Goza de tus días:
Es más tarde de lo
que te imaginas
ALFREDO PADILLA PENILLA
2010 es un excelente año para otorgarle a Felipillo Calderón Hinojosa la medalla de oro como Presidente turístico de México. Ni tanto por promover el turismo en favor de nuestra patria, sino porque él es, ante todo, un viajero inigualable que ha convertido a la primera magistratura de la Nación en pachanga turística.
Tal parece que el lema de Felipillo es el siguiente: “Goza de tus días. Es más tarde de lo que te imaginas”.
¿Como será el goce?
Pues ya está enunciado: Viajando a costillas de nuestro vapuleado y hambriento pueblo y ser recibido en los países visitados con los honores máximos, dada su investidura presidencial. ¡Así, qué bello es vivir!
¿Qué tanto es gozar ad infinitud. México da para eso y más. Viajar y viajar placenteramente. Tiene a su favor el erario nacional, producto de impuestos más impuestos, cargados a la clase trabajadora.
Escena cotidiana
La escena cotidiana en Los Pinos o en Palacio Nacional es la siguiente: Un empleado favorito le sugiere al señor Presidente de la República de los Estados Unidos Mexicanos, Calderón Hinojosa, lo siguiente: “Mire: Están a su disposición viajes placenteros para recorrer tanto el Viejo como el Nuevo Mundo. Trasladarse en aviones de primera, lujosos automóviles y servidumbre para que atiendan a Don Felipillo a cuerpo de rey y luego exclamar cínicamente en plena euforia, como lo hizo el 17 de mayo pasado en Madrid, España: “México hizo la tarea y está mejor que países europeos”.
Al respecto, la Presidencia de la República posee un excelente equipo de servicio. Basta con oprimir un botón de sus computadoras para obtener vasta información de cualquier país, con lo cual elaborará bellos discursos al ser recibido con los máximos honores en cualquier país del siglo XXI.
Puede trasladarse al continente africano para divertirse con los pocos elefantes, leones y demás fauna de dicho continente. En el desierto de Sahara montará un camello. Y recordará aquella famosa frase del conquistador francés Napoleón Bonaparte al arengar a sus soldados:”Cuarenta siglos de civilización os contemplan”.
Pero, pensándolo bien ¿para que arriesgarse tanto? A ejemplo: En Australia puede divertirse con los canguros que aquí no existen.
Si cambiamos de rumbo, podrá ir a España y pronunciar bellos discursos exaltando las grandes virtudes de lo que fuera la España Imperial, y lo que es ahora, después de sacudirse la dictadura franquista.
Por eso podemos denominar a Felipe Calderón como el Presidente alegre, puesto que dispone alegremente a su antojo del dinero de nuestro pueblo para viajar, y producir discursos y degustar alimentos y bebidas internacionales eso sí a todo placer.
Mientras tanto, México se debate en la miseria, la desigualdad social y padece el avance, como jamás se había producido en nuestro país del narcotráfico y la podredumbre, producto de la corrupción-impunidad.
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