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Ediciòn 294

INSTANTÁNEAS DEL PODER
ABRAHAM GARCÍA IBARRA


El cambio también es reversa


LAS TROMPETAS DE LOS HERALDOS ensordecían a la humanidad toda: ¡Cayó la dictadura perfecta! ¡Fox echó al PRI de Los Pinos! Y los exégetas de la democracia nativos escribían en ensayos. Que digo,  abultados tratados para contar los 70 años de supremacía del Partido de la Revolución mexicana en la política nacional. El PRI era echado -con fanfarrias trotskistas- “al basurero de la  historia”.


¿Qué tortuosos expedientes tiene en su poder Genaro García Luna?
¿Qué tortuosos expedientes tiene en su poder Genaro García Luna?

El diputado federal por el Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa lo dijo así, en tribuna, el 1 de diciembre de 2000: La existencia de un partido dominante, marcó la vida política con encono. Ahora, ya no existe ese régimen. Se cierra una página triste en la historia nacional; queda el recuerdo del México oprimido, empobrecido y saqueado. Hacia el largo plazo, Vicente Fox recibe finanzas públicas en quiebra, pues con la estructura actual de ingresos, técnicamente es imposible hacer frente a las obligaciones de pagos futuras ya contraídas por el gobierno. “Fin al rostro deformado de la Revolución”, fue la eufórica síntesis.

Era la temporada en la que el guanajuatense, que había marchado con El barzón, exhibiendo viejas botas con las suelas agujeradas, andaba ya estrenando flamantes botas Fox. Que días aquellos. El héroe del 2 de julio era objeto de babeante adulación de algunos intelectuales: Llegó, al fin, la transición democrática. La etapa que sigue es la de la metapolítica.

Se convirtió en “doctor” en Derecho

Y El muchachote de lo creía. Destripado en la Universidad Iberoamericana, que de manera oportunista le dio veinte años después el título de Administrador de Empresas, leía el Discurso sobre Estado de Derecho, nada más, pero nada menos. Era un compendio de ideas fuerza. Escucharlo en silencio: La nueva forma de gobernar tendrá por propósito promover una cultura ciudadana en la cual se conciba que  el Estado de derecho es aquel orden jurídico en que se reconocen, tutelan y salvaguardan los derechos de sus habitantes y los derechos políticos de sus ciudadanos, mediante el sometimiento de todos los poderes al orden jurídico. ¡Hurra! ¡Bravo! Las aulas magnas del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), sin embargo, se impregnaban de solemnidad académica. De lo que hablaba entonces Fox era de las reformas de la Justicia Penal y de la Seguridad Pública. Que digo, de toda una nueva política criminal.

El presidente Ernesto Zedillo Ponce de León -que, maquillado cuidadosamente, había abierto las puertas de Los Pinos a Vicente Fox Quesada-, aceptaba que el grupo parlamentario del PAN asumiera la paternidad de una iniciativa de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal “y otras disposiciones relativas…”.  La todavía asustada pero dócil bancada del PRI era instruida para que, como celebración del XC aniversario de la Revolución mexicana, hiciera una demostración de que los revolucionarios sí saben perder. Primero, las prioridades nacionales.

 

Ejercito

Y, entonces, el Congreso de la Unión parió la Secretaría de Seguridad Pública (SSP). Había que echar toda la carne al asador para que, en una sola estructura orgánica, se sumaran todos los esfuerzos y recursos destinados a atender estas atribuciones, de manera que el ejercicio de las mismas se soportara en criterios de atención especializada y  profesionalismo, incorporando instrumentos científicos y técnicos idóneos,  favoreciendo la prevención del delito y dando prioridad a la participación ciudadana. Todo lo anterior, en estricto apego al Estado democrático y de derecho, por el cual los mexicanos nos hemos inclinado.

Y se dijo más: La distinción orgánica entre la agenda política y la de seguridad pública supone que las funciones en esta materia, que hasta el momento ha sido atribución de la Secretaría de Gobernación, “se trasladen a la Secretaría que se propone crear, ya que ésta será responsable de diseñar la política criminal. Es así como resulta lógico que la representación del Ejecutivo Federal en el Sistema Nacional de Seguridad Pública y la presidencia de su consejo, recaiga en el titular de la Secretaría de Seguridad”. Hasta la autorización de portación de armas, facultad de la Secretaría de la Defensa Nacional, quedaría bajo control de la SSP. Todos los “políticamente correctos” aplaudieron. Que tal.

Por cuenta del FBI, la AFI

Hombre de palabra, Zedillo Ponce de León planchó la iniciativa por el expedito método de Fast track. El entregar a Fox el nuevo instrumento, México sería país de paz y de justicia para todos. Ya por cuenta del FBI, se inauguraría en la Procuraduría General de República, la Agencia Federal de Investigación (AFI). Ésta sería puesta en manos de quien había sido coordinador de Inteligencia de la primera Policía Federal Preventiva (PFP), el astuto ingeniero Genaro García Luna. El tabasqueño debió dar excelentes resultados en la gestión foxista, pues ya en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa recibió la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública.

Pues, mexicanos todos, viudas y huérfanos, desaparecidos o desplazados, les tenemos noticias. Todo aquello fue basura retórica durante aciagos doce años en los que el baño de sangre fue el santo y seña del gobierno azul de la alternancia. Mes de la Revolución, la nueva impronta corre a cargo del PRI. A limpiar las llagas y costras dejadas por la emulsión hemorrágica en todo el territorio nacional.

¿Cómo restituir el honor y la confianza en las Fuerzas Armadas mexicanas? ¿Cómo esperar que el Departamento de la Defensa y El Pentágono de los Estados Unidos sancionen un esquema logístico y estratégico con el que, otra vez ahora sí, “funcionarán” las ideas fuerza y el Estado democrático y de derecho?

Las manecilla al revés

Desde los primeros meses del sexenio de Fox, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, diputados de la bancada del Partido del Trabajo (PT) se aventaron la puntada de obsequiar como aguinaldo un modelo de reloj, cuyo mecanismo fue adaptado para que las manecillas corrieran al revés. El cambio también es reversa, se inscribió en la carátula azul. Vimos a legisladores del PRI celebrando la puntada a mandíbula batiente. No pocos de aquellos legisladores están de nuevo en curules y escaños, “devengando” la bonita suma de 315 mil pesos mensuales. Vamos a ver cómo explican ahora los votos “por la afirmativa” que emitirán dentro de algunos días, para que la Seguridad Pública se restaure y la tranquilidad permita dormir sueños reparadores a 115 millones de compatriotas.



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