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Edición 307



La docena trágica

 A río revuelto, 

ganancia de apátridas

                                       

A la memoria del maestro Rafael Decelis.

Tiene la política baja diferentes grados; unos peores que otros. El primero es el de la disimulación y cautela. El segundo el de la simulación y mentira. El tercero el de la maldad e insolencia”.
Locke

LOS NIVELES DE LUCHA por control político en nuestro país está alcanzando  puntos  de ruptura y recomposición de fuerzas en todos los ámbitos de la nación; tanto entre quienes se están dando cuenta que ya no tienen el poder hegemónico y aquellos -expertos en las virtudes de la plastilina- que buscan amoldarse a los nuevos tiempos del primer priísta,  esgrimiendo su proclividad  al gatopardismo  ideológico y moral.

Muchos gobernadores se forjaron en la inercia pragmática, saqueadora y blindada en la impunidad total del PRIANRED de  Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón,  quienes basaron sus alianzas de tolerancia  poniendo como garantía el patrimonio petrolero y energético de todos los mexicanos, mediante varios pactos con el Tesoro de los Estados Unidos,  denominados “Acuerdo marco” y ”marco plus”, en los que la auténtica riqueza nacional se pone cual señuelo consentido y admitido en las esferas del neoliberalismo global.



Salinas de Gortari

El botín en lucha es y sigue siendo la total involución de la gesta expropiatoria del presidente Lázaro Cárdenas del Río, para cumplir la venganza de las petroleras afectadas que de inmediato respondieron con la creación del Partido Acción Nacional (PAN) llevando al frente a su operador financiero apátrida Manuel Gómez Morín.

El Pacto Por México, que algunos estudiosos consideran supletorio de las funciones del Poder Legislativo en sus dos instancias a las que dejan como simple ventanilla de trámite y aplicación de temas cabildeados a cambio de jugosas comisiones, viajes y algunos depósitos que hoy los belicosos escuderos del ex presidente Calderón han ventilado en sus rencillas casi de buitres, devorando los despojos del PAN.

En el circo romano en que se ha convertido la política mexicana, lo que menos importa es hacer justicia o reconstruir los esquemas institucionales en completa decadencia. De nuevo se aplican acciones selectivas esgrimiendo el Imperio de la Ley para combatir evidentes hechos de corrupción en todos nuestros rincones y sus tres niveles de gobierno.  Se muestra un hipócrita rubor frente a  los colosales endeudamientos y la falta de justificación a semejantes saqueos que podríamos considerar inéditos.

La primera batalla consistió en cortarle los tentáculos a la soberbia líder del magisterio Elba Esther Gordillo quien, con el control pleno del SNTE, e instituciones como el ISSSTE y la Lotería Nacional, y su partido Nueva Alianza, había superado en poder la mítica figura de Fidel Velázquez, que lo mismo ponía gobernadores, diputados, senadores, que administraba su Banco Obrero, sin olvidar la cloaca que aún existe con  los dirigentes en el INFONAVIT. 

Importante es recordar que la profesora, aparte de ser creación de Carlos Jonguitud Barrios, se atavió de intelectual al formar parte de aquella utopía transformada en pandilla que fue el Grupo San Ángel, que arropó al singular Vicente Fox. Aliada al ilegítimo y exterminador de daños colaterales que podrían encuadrar en crímenes de lesa humanidad (Felipe Calderón) contribuyó al ascenso de unos 18 gobernadores en alianza con el PRI,  PAN  o PRD, llegando al grado de exigir que el gobernador de Campeche  Fernando Ortega Bernés -parte de la alianza de Manlio Fabio Beltrones contra de Enrique Peña Nieto, fuera nombrado titular de la Secretaría de Educación Pública.

Para entender lo que sucedió en Tabasco antes, durante y después de las elecciones recurrentes del 2012, tendremos que remontarnos a los tiempos cuando en el Estado de México el  entonces gobernador Arturo Montiel aspiraba a ser candidato a la presidencia por el PRI y enfrentaba virulenta oposición del líder del partido Roberto Madrazo Pintado, quien había enviado de delegado al operador estrella del hankismo, Rafael Rodríguez Barrera para impulsar e imponer a Carlos Hank Rhon, pero la oposición de Montiel llevó a incorporar como contrapeso al  operador campechano, al tamaulipeco Manuel El Meme Garza González, quien planchó la nominación de Peña Nieto. Este fue un agravio que nunca perdonó Madrazo Pintado a Arturo Montiel. 

Tabasco ha sido desde entonces una trinchera de Madrazo Pintado, quien después de perder la elección contra Calderón, impulsó el proyecto de hacer candidato presidencial al  sonorense Beltrones Rivera, aprovechando la fuerte alianza con el ya poderoso  grupo de los Mouriño, sin calcular que las simpatías entrañables y patológicas de Calderón Hinojosa por Juan Camilo lo convertirían en su proyecto por encima del hábil sonorense.

En Tabasco se pretendió repetir los juegos de alta y baja traición a favor de Josefina Vázquez Mota, mientras se apostaba a crear conflictos postelectorales que abrieran paso a nuevas negociaciones a la impunidad, a cambio de preservar cotos locales de poder y gobernabilidad al nuevo Presidente.



Zedillo Ponce de León

El caso Andrés  Granier es parte de esos ajustes de cuentas, sin tener muchos problemas para encontrar elementos que sobran en todos los estados, enriquecidos al calor del poder público. Al declarar el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong que fue el gobierno federal el que detectó las irregularidades, se espera un auténtico “efecto dominó” como consecuencias de estas investigaciones que podrían tocar expedientes “congelados” de Oaxaca contra Ulises Ruiz; de Puebla contra  Mario  Marín; el que se ha abierto en Aguascalientes, más los que se acumulen después de las elecciones del 7 de julio.

Indiscutiblemente que, así como todos los caminos conducen a Roma, estas épicas batallas gravitan en temas como la reforma energética, sobre cuyo fin se empeñan en asegurarnos no es privatizar, sino modernizar con la sacrificada participación de la Iniciativa Privada nacional e internacional, ansiosa por crear empleos bien remunerados, aumentar la productividad y hacernos competitivos (como lo ha logrado Pemex en Galicia, España, al rescatar de la quiebra a astilleros gallegos, sin olvidar el acto supremo de generosidad de inyectar más de mil millones de dólares para revivir REPSOL en la Bolsa de Valores.)

Obviamente, nadie quiere ser simple testigo del negocio del siglo de privatizar Pemex con el disfraz de la  “modernización” que no lograron consumar Zedillo, Fox ni Calderón. (La apertura existe. Solamente bastaría ver cuantas empresas tienen el control de plataformas, ductos  e investigación de campos potenciales que, se ha cedido con imperdonable facilidad y traición a nuestra Carta Magna.)

Por ello, dentro del PAN se libra una virulenta lucha entre el senador Ernesto Cordero,  marioneta de Grupo Energético del Sureste. y el jefe nacional del PAN Gustavo Madero, quien desde el interior del Pacto por México se niega plagarse a las órdenes que desde Harvard envía Felipe Calderón, quien pudo cumplirle a George W. Bush, Dick Chaney, Tony Blair y el español José María Aznar el endoso petrolero. El móvil de la guerra de estos dos grupos está lejos de ser los millones que se depositan a los senadores azules. Esta es simple cortina de humo. 

Veremos si esta clase política no está equivocada en sus cálculos al  desestimar los sentimientos de una nación.

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