MADURO CUMPLE:
Golpea a la burguesía vendepatria
ANGEL GUERRA CABRERA*
¿Se ha vuelto loco el presidente de Venezuela Nicolás Maduro, al ordenar
la drástica rebaja de los precios de infinidad de productos, intervenir cadenas
de tiendas, detener gerentes especuladores y asignar a la guardia popular la
misión de cuidar el orden de esta operación?
Recordemos que Maduro prometió mano dura contra la guerra económica y
vaya si lo está haciendo; tanto, que ha levantado la moral combativa del chavismo, evidenciado que la inflación
es artificial y poniendo a la burguesía en la picota.
Pero esa no es la idea que transmiten los ponzoñosos contenidos de CNN y
de la maquinaria mediática imperial, impresa o electrónica, que las reproduce
país por país.
No. Ésta adopta un tono de burla ante los dichos y los hechos del
gobierno venezolano, al que achacan mendazmente la responsabilidad por el
supuesto casos, desorden y ruina del país. La economía venezolana es sólida, más
que la de países que presumen de competitivos por su entreguismo y los salarios
de hambre que pagan a sus trabajadores.
Reitero: La batalla que se libra desde el año pasado en Venezuela es un
nuevo capítulo de una antigua disputa: Quién controla la pletórica renta
petrolera y su distribución. Si es el pueblo y, por consiguiente, el Estado
venezolano encabezado por su gobierno popular, a quien corresponde según la
Constitución aprobada por amplia mayoría en 1999, o si es el imperialismo
yanqui y sus aliados parásitos de la oligarquía local.
Esos parásitos nunca han aceptado el orden jurídico y político
independiente y soberano que se dio en histórico referendo la nación venezolana
en esa fecha y desde entonces pretenden derribarlo apelando al camino de la
desestabilización y del golpe de Estado. Su único objetivo es restaurar en la
patria de Bolívar un régimen corrupto, proyanqui, capaz de tomar las más
antipopulares medidas y reprimir sin piedad las protestas como era costumbre
hasta la elección de Hugo Chávez a la presidencia en diciembre de 1998.
¿O es que vamos a permitir que las hienas mediáticas metan bajo la
alfombra el caracazo (1989), ese vigoroso levantamiento popular contra un cruel
paquetazo neoliberal? ¿O la rebelión encabezada por esa misma razón en 1992 por
el entonces teniente coronel Hugo Chávez?
La contrarrevolución venezolana, dirigida por Washington, ha visto cómo
sus proyectos subversivos contra la Revolución Bolivariana han sido derrotados
uno tras otro y su cabecilla Henrique Capriles no es más que un mequetrefe
multimillonario manufacturado como líder en un gabinete de guerra sicológica
yanqui.
Pero el repertorio de acciones desestabilizadoras de la CIA es casi
infinito, por lo que adoptó una nueva táctica desde antes de las elecciones de
octubre del año pasado en que resultó reelecto el comandante Hugo Chávez,
enormemente intensificada previamente y después de los comicios de abril de
este año ganados por el candidato de la Revolución Nicolás Maduro.
El nuevo modelo golpista es muy semejante al aplicado por la central de
inteligencia gringa en Chile contra el gobierno constitucional de Salvador
Allende hace ahora cuarenta años.
Consiste en crear el desabastecimiento artificial mediante el
acaparamiento de productos, el aumento astronómico de los precios por las
grandes empresas privadas importadoras y distribuidoras, la organización de
motines callejeros y, en el caso venezolano, el jineteo descarado de las
divisas del pueblo por los bancos privados, que llegó a provocar la fuga de
sumas millonarias de dólares. Todo hay que decirlo, para ello han contado con
la complicidad de funcionarios gubernamentales, muchos ya sometidos a proceso
después de una total reestructuración del sistema de asignación de divisas del
Estado.
Venezuela no es Chile, aunque existan semejanzas. La fuerza armada
venezolana es patriota y constitucionalista, tiene generales y almirantes
revolucionarios y cientos de oficiales jóvenes muy radicales; la situación de
América Latina y del mundo es mucho más favorable para la Venezuela chavista
que lo que era para el Chile de Allende.
En Venezuela hay una población revolucionaria con experiencia de poder
popular que sabe actuar y movilizarse autónomamente sin esperar orientaciones
de “arriba” y hay miles de hombres y mujeres del pueblo listos para el combate.
Eso sí Venezuela, como nunca, necesita nuestra solidaridad.
Twitter: @aguerraguerra *Rebelión
More articles by this author
|