Siria
ha cambiado
THIERRY MEYSSAN
DE PASO EN DAMASCO, el enviado especial de los
secretarios generales de la Liga
Árabe y de la ONU,
Lakhdar Brahimi, presentó “su” proyecto de conferencia de paz, Ginebra 2.
Una conferencia que tendría como objetivo poner fin a la “guerra civil”.
Esa terminología retoma el análisis de un bando en contra
del otro bando; es el análisis de quienes afirman que este conflicto es la
continuación lógica de la “primavera árabe” en contra de los que señalan
que se
trata de un conflicto fabricado, alimentado y manipulado desde el exterior. La guerra, según la oposición armadaPara
los occidentales y para la mayoría de la Coalición Nacional,
Siria está viviendo una revolución. Su pueblo se ha sublevado contra una
dictadura y aspira a vivir en una democracia similar a Estados Unidos.
Pero esta visión se enfrenta al desmentido que le oponen el Consejo de
Cooperación del Golfo, el Consejo Nacional Sirio y el Ejército Sirio Libre.
Para estos últimos, el problema no es una ausencia de libertad sino la personalidad de Bachar al-Assad.
El presidente de Siria.
Esas
fuerzas se conformarían con mantener las actuales instituciones si el actual
presidente de Siria aceptara ceder su lugar a uno de sus vicepresidentes. Pero
esta otra visión se ve desmentida a su vez por los combatientes que se mueven
en el terreno, quienes estiman que el problema no es la personalidad del
presidente, sino la tolerancia que este último representa. El
objetivo de estos combatientes es la instauración de un régimen de tipo wahabita, donde las minorías religiosas
tendrían que someterse o ser destruidas, y la Constitución
sería reemplazada por la charia. La libertad de expresión Al
principio, cuando alguien caía bajo las balas de francotiradores, nos decían que
eran francotiradores del régimen que querían imponer el terror. Cuando
estallaban coches-bomba, nos decían que eran atentados montados por
los servicios secretos del régimen. Cuando se produjo un gigantesco
atentado que costó la vida a varios miembros del Consejo de Seguridad de Siria,
también se acusó a Bachar al-Assad de haber eliminado así a sus rivales. Hoy
por hoy, las dudas han desaparecido: Aquellos crímenes fueron obra de los yihadistas, que
aún hoy siguen cometiendo nuevas fechorías. Al
inicio, había una ley de urgencia. Las manifestaciones estaban prohibidas desde
1963. La entrada de periodistas extranjeros estaba muy restringida y sus
movimientos eran objeto de una estrecha vigilancia. Hoy en día, se ha levantado
la ley de urgencia y las manifestaciones siguen siendo poco numerosas pero
es por temor a los atentados terroristas. Hay numerosos
periodistas extranjeros en Damasco, donde ahora se mueven libremente y sin ser
vigilados, pero la mayoría siguen contando que el país vive bajo una horrible
dictadura. Pese a ello, se les permite que hagan lo que quieran con la
esperanza de que se cansen de mentir cuando sus países dejen de predicar el “cambio
de régimen”. Al
principio, los sirios no miraban los canales de televisión nacionales.
Consideraban que estos sólo transmitían propaganda, así que preferían
informarse con Al-Jazeera.
Así seguían en vivo las hazañas de los “revolucionarios” y
los crímenes de la “dictadura”. Poco
a poco los sirios han tenido que enfrentarse directamente a los acontecimientos.
Han visto con sus propios ojos las atrocidades de los seudorevolucionarios
y, a menudo, han tenido que agradecer su propia salvación
al ejército nacional. Hoy
en día, los sirios miran mucho más las televisiones nacionales, que se han
hecho más numerosas, y también están prestando cada vez más atención
a un canal de televisión líbano-iraquí -Al-Mayadeen. Este último medio,
con puntos vistas caracterizados por un nacionalismo abierto, incluso ha
sabido captar gran parte de la teleaudiencia que anteriormente seguía las
transmisiones de Al-Jazeera
en todo el mundo árabe. La libertad de concienciaAl
principio, la oposición armada decía ser pluriconfesional. La respaldaban
personas provenientes de minorías religiosas. Pero empezaron a aparecer los
tribunales islámicos que condenaban a muerte y degollaban a los “malos” sunnitas que “traicionaban”
a su comunidad, mientras que los alauitas
y los chiitas comenzaron a ser
torturados en público y los cristianos eran expulsados de sus casas. Hoy
en día, cada cual ha comprendido que a los ojos de los “puros” -los takfiristas- todos los demás son herejes.
Soldados sirios
Algunos
intelectuales afirman que Siria ha sido destruida y que hay que
redefinirla. Pero es precisamente ahora cuando la gente ha aprendido
realmente lo que es Siria y está a menudo dispuesta a morir por ella. Hace
10 años, cada familia se esforzaba por evitarle el servicio militar
al adolescente varón de la casa. Sólo los pobres se enrolaban en el ejército,
porque lo veían como un medio de subsistencia. Hoy
en día, muchos jóvenes sirios se enrolan en el ejército y sus mayores se
incorporan a las milicias populares. Todos defienden la Siria eterna, en la que
conviven las diferentes confesiones, y juntos veneran a su Dios, cuando lo
tienen. Los
sirios han evolucionado con el desarrollo del conflicto. Al principio, la
mayoría de ellos observaba los acontecimientos manteniéndose al margen y a
menudo decían no sentirse identificados con ninguna de las partes. Después
de dos años y medio de terribles sufrimientos, cada uno de los que han
decidido quedarse en su país ha tenido que definirse. La guerra ya no es
otra cosa que una intentona de las potencias coloniales, empeñadas en soplar la
brasa del oscurantismo con la esperanza de quemar con ella la civilización. La libertad política Por
conocer Siria desde hace una decena de años y por vivir en Damasco
desde hace dos años, hoy puedo ver cuánto ha cambiado este país.
Siria resiste otan terroristas
Hace
diez años, los sirios contaban en voz baja los problemas que habían tenido
con los mujabarats, que se metían en todo. En este país, con el Golán
bajo la ocupación israelí, los servicios secretos habían acumulado un poder
realmente extravagante. A pesar de ello, no fueron capaces de prever
ni descubrir los preparativos que ya estaban en marcha con vista a iniciar
el actual conflicto, ni los túneles, ni tampoco los envíos de armas. Hoy
en día, muchos oficiales corruptos han huido al extranjero, los mujabarats
han vuelto a concentrarse en su misión de defensa de la patria y los
únicos que se quejan de ello son los yihadistas. Hace
diez años, el partido Baas era constitucionalmente el líder de la nación, era
la única formación política autorizada a presentar candidatos en las
elecciones, pero había dejado de ser un partido de masas. Y las instituciones
se alejaban cada vez más de la ciudadanía. Hoy en día, hay tantos partidos que
cuesta trabajo seguir su nacimiento y desarrollo. Y todos ellos pueden
presentarse a las elecciones y ganar. La única oposición que, con
tal de no perder, prefirió boicotear las elecciones fue la oposición democrática
que tiene sus sedes en París y Estambul. Hace
diez años, en los cafés no se hablaba de política, algo que sólo se hacía
en casa y con personas de confianza. Hoy en día todo el mundo habla de
política, en todas partes… en las zonas controladas por el gobierno, pero
nunca en las zonas bajo control de la oposición armada. ¿Dónde
está la dictadura? ¿Dónde está la democracia? Reacciones de claseLa
guerra es también un conflicto de clase. Los ricos, los que tienen dinero en el
extranjero, se fueron cuando Damasco fue atacada. Amaban su país, pero
preferían proteger sus vidas y sus bienes.
Bashar y Chavez
Los
burgueses estaban aterrorizados. Pagaban el impuesto “revolucionario”
cuando lo exigían los rebeldes. Y decían que apoyaban al Estado, cuando les
preguntaba el ejército. Inquietos, estaban a la espera de la partida del
presidente Assad, cosa que Al-Jazeera
anunciaba como algo inminente. No salieron de su angustia hasta que
Estados Unidos renunció a bombardear Siria. Ahora sólo piensan en redimirse
financiando las asociaciones de ayuda a las familias de los mártires. Los
de abajo -los del pueblo- sí sabían, desde el inicio, lo que estaba en
juego. Unos veían en la guerra un medio de vengarse por su condición económica.
Otros querían defender la libertad de conciencia y la gratuidad de los
servicios públicos. Estados Unidos e Israel;
Francia y Gran Bretaña; Turquía, Qatar y Arabia Saudita, países todos que
desencadenaron esta guerra secreta, que la libraron y la perdieron, no habían
previsto este resultado: En esta lucha por sobrevivir, Siria ha liberado
sus energías y ha recobrado su libertad. Si
la conferencia Ginebra 2 llega a concretarse, las grandes potencias
no tendrán nada que decidir en ella. El próximo gobierno sirio
no será producto de un arreglo diplomático. Lo único que podrá hacer
la conferencia será proponer una solución que sólo podrá aplicarse después
de ser ratificada en un referéndum popular. Esta
guerra ha costado a Siria un altísimo precio, se ha vertido la sangre de sus
hijos, la mitad de sus ciudades y de su infraestructura ha sido destruida
en el intento de satisfacer la codicia y los sueños de las potencias
occidentales y de las monarquías del Golfo. Si
algo positivo debería surgir de Ginebra 2, es el financiamiento
de la reconstrucción por los mismos que tanto han hecho sufrir este
país.
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