La creciente tensión de los fondos buitres sobre Argentina podría tener relación con los planes de Buenos Aires de desarrollar, con la ayuda de Rusia, la segunda mayor reserva mundial de gas de esquisto, opina un analista geopolítico.
No es ningún secreto que la existencia de grandes reservas de energía podrían ser causa de injerencia por parte de países occidentales, puesto que la historia conoce muchos ejemplos de tales casos. Por esta razón, Argentina —que después de China tiene la segunda mayor cantidad de gas de esquisto recuperable— podría ser el siguiente objetivo de EE.UU., que practicando el “terrorismo económico”, como lo definió la presidenta de Argentina durante su discurso en la 69.ª Asamblea General y en el Consejo de Seguridad de la ONU, a través de sus fondos especulativos trata de frenar el desarrollo económico del país, escribió en un artículo de opinión el analista geopolítico Mahdi Darius Nazemroaya.
Las relaciones entre Argentina y EE.UU. son cada vez más tensas, señaló el autor. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha criticado fuertemente las actividades de los fondos buitres ante la ONU y ha indicado que los fallos del juez de Nueva York Thomas Griesa “no son un movimiento aislado”, sino una estrategia bien calculada “debido a que los buitres se parecen mucho a las águilas de los imperios”, aludiendo al águila calva, símbolo nacional de EE.UU.
Al mismo tiempo, la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires emitió una advertencia de seguridad para los ciudadanos estadounidenses que quieren viajar a Argentina o ya están en el país y Cristina Fernández de Kirchner acusó a Washington de conspirar para derrocar a su gobierno elegido democráticamente o incluso para deshacerse de ella. “Si me pasa algo, que nadie mire hacia oriente, miren hacia el norte, por favor”, alertó la presidenta durante una emisión de televisión el 30 de septiembre.
Mientras tanto, el pasado julio, en el marco de su gira por Latinoamérica, el presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que Argentina “es uno de los socios más importantes de Rusia en América Latina”.
Las delegaciones de ambos países firmaron una serie de documentos importantes, algunos de ellos del campo de la energía, una de las áreas con más perspectivas de la cooperación bilateral.
A principios de octubre, Buenos Aires y Moscú contemplaron la producción conjunta dentro de Argentina, el abastecimiento por parte de Gazprom y la explotación de gas no convencional. La ministra de Industria de Argentina, Débora Giorgi, y el presidente del gigante estatal ruso Gazprom, Alexéi Miller, debatieron la posibilidad de llevar a cabo proyectos conjuntos y llegaron a un acuerdo sobre la cooperación de Gazprom con la empresa estatal argentina YFP.
Argentina también está interesada en la cooperación con Gazprom para la exploración de hidrocarburos no convencionales, como el gas de esquisto, tanto en la plataforma continental como en su frontera con Chile.
Mientras que Rusia está dispuesta a ayudar a Argentina a desarrollar su economía, EE.UU. se esfuerza para seguir presionándola, desestabilizar aún más la economía argentina para su propio beneficio e impedir que el país salga adelante convirtiéndose en un exportador energético, concluye el analista.
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