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Edición 405 | ||||
Escrito por Alejandro Ruíz Robles | ||||
Viernes, 29 de Mayo de 2020 22:44 | ||||
TRAS LA PANDEMIA: “La Nueva Anormalidad” Alejandro Ruíz Robles ¡Qué recuerdos! HASTA HACE UNOS MESES, la “normalidad” era vivir de acuerdo a los valores familiares comúnmente aceptados por la sociedad, atender a los principios religiosos que correspondieran a cada uno, el cumplimiento de las normas jurídicas, ser congruente con nuestras acciones, emociones y pensamientos; contar con un espíritu de esfuerzo y superación, estudiar a través de la educación formal y lo más importante, respetar al derecho ajeno. En este contexto, lo “anormal” era que se presentaran errores o acciones deliberadas contrarias; es decir, una excepción a nuestro actuar común. No obstante, con la pandemia generada por el COVID-19 y un largo período de cuarentena, podríamos decir que hay un “algo” que ha revolucionado el cambio, de tal manera que veo con inquietud la nueva forma de vivir de los mexicanos a raíz de que se reestablezcan las actividades sociales, educativas y económicas en México de conformidad con las medidas determinadas por las autoridades federales, estatales y locales. De tal manera que la llamada “Nueva Normalidad” por la autoridad, la veo yo como la “Nueva Anormalidad”. “La Nueva Anormalidad” LA RAZÓN DE LLAMARLA así es simple, hay muchas situaciones contrarias a las que conocíamos hasta hace unos meses y durante la pandemia. Cito varios ejemplos: --Con la desaparición de los “Pueblos Mágicos” surgen los “Municipios de la Esperanza”. Los primeros eran considerados así por las características propias que se manifestaban en su arquitectura, artesanías, tradiciones y características sociales y naturales que les dan una identidad única, propia. Los segundos, son aquellos que por decreto la autoridad señala que no tienen riesgos de que se contraiga el COVID-19 y mucho menos, que haya un real peligro para la gente. Sin duda en ambos hay “magia”. --Si algo ha sido una constante para motivar a los niños y adolescentes a que no abandonen la escuela, es incentivándolos a que estudien y se conviertan en profesionales de la ingeniería o arquitectura; no obstante, ahora ¿cómo les diremos que lo hagan?, máxime que la autoridad ha mencionado que no se necesita tener esta formación para construir viviendas, caminos y mucho menos para extraer petróleo; esto último es tan simple que basta hacer un hoyo para explotarlo. Y ni que decir de los médicos o profesionales de la salud que han sido tildados de oportunistas, de enriquecerse a costa de la salud del pueblo por ser neoliberales. En este sentido, recuerdo que en mi “normalidad” estos profesionales nos dieron grandes apoyos; basta recordar sus acciones en momentos de tragedia para México, como fueron los terremotos de 1957, 1985 o 2017. Ni hablar de su esfuerzo durante esta pandemia. ¡Paseos con militares y con una izquierda feliz, feliz! --Ni que decir del orgullo que era caminar por las calles, disfrutar de los jardines, recorrer los sitios turísticos saludando a la gente y bajo la vigilancia de los policías en ocasiones. Desafortunadamente, ahora serán los militares los que estarán cuidando a la ciudadanía, ante la mirada atónita de los humanistas y el aplauso de los izquierdistas que antes se mostraban contrariados de su presencia. Lo que antes eran profundas convicciones y lucha continúa, ahora serán posiciones acomodaticias a los designios de una autoridad que los ha traicionado. Empresarios de éxito y libertad de expresión --El odio a los empresarios se traslada en sonrisas cuando quienes generan riqueza son los familiares de quienes detentan el poder. Las asignaciones directas han dejado de ser consideradas corrupción y quienes sean corruptos pueden ser exonerados con las palabras de un iluminado. Pensar que alguien lograra el éxito económico en menos de dos años era prácticamente imposible; hoy hay quien con menos de mil dólares en su cartera puede crearles empresas a sus hijos, pasearlos por el mundo y darles lujos. Antes sé era feliz al vestir bien y poseer un guardarropa; hoy son objeto de condena y quien lo hace, suele utilizar zapatos de casi mil dólares. El bienestar y la felicidad, dichas por la autoridad sustituyen cualquier índice de medición de la realidad económica, política o social y ni hablar de las gráficas que son interpretadas, al contrario. --Lo que antes era libertad de expresión, ahora se ha convertido en persecución política contra las autoridades. Las editoriales que antes eran objetivas se han convertido en medios mentirosos, aunque sigan su mismo estilo periodístico. La verdad que resulta de la investigación objetiva desaparece ante las fuentes ficticias, los “otros datos”. Denostar a otros se ha convertido en el ejercicio público. Más de lo nuevo
Mundo al revés EN ESTE NUEVO mundo al revés, las ideologías desarrolladas por décadas hoy pasan a ser ocurrencias y se transforman en ideas válidas si se dictan desde un evento matutino. La unidad de los mexicanos sólo cuenta cuando se unen en contra de quienes no están a favor de la actuación del gobierno. Los programas de entretenimiento que eran protagonizados por actores hoy se destacan por sus políticos. La página de los periódicos más buscada por las personas ya no es la sección de sociales sino los obituarios. Los sermones que se daban en las iglesias, hoy se presencian en los sitios gubernamentales. --La honestidad era un aspecto de congruencia, no de elocuencia. Hoy a los delincuentes se les libera de su encierro y a los ciudadanos se encierran en sus casas. Los bloqueos de carreteras hechos por el magisterio no son disensos para presionar a la autoridad sino métodos para alcanzar acuerdos. En fin, ante este nuevo paradigma sólo me resta señalar el orgullo y la alegría que me provoca haber vivido y ser producto de mi “vieja normalidad”. More articles by this author
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