El Covid-19 es un ser vivo, y sí, nació, se está reproduciendo y seguramente morirá. Queremos ver el fin de la pandemia de acuerdo a las agendas personales o del poder, pero como cualquier virus tiene su propia historia y un árbol genealógico combativo.
MÉXICO Y LOS VIRUS,
DE LA VIRUELA CONQUISTADORA AL COVID-19… (PASANDO POR IZTAPALAPA)
Dr. Saúl Santana Hernández*
Deslumbrados por la luz de la esperanza recapitulemos la historia de este tipo de mal en México, no siempre cronológico ni lógico.
LA PASIÓN DE CRISTO de Iztapalapa inició con “una manda”, ofrecida por los habitantes a cambio de superar la plaga del cólera de 1833. En 2020, la representación fue limitada por otro virus, el Coronavirus, denominado científicamente 2019-nCov y posteriormente rebautizado por la ONU como Covid-19. Hoy es parte de nuestro lenguaje, de nuestra vida y de nuestra muerte.
Recorramos la relación de los virus biológicos con México, de otras variantes como los “virus” políticos o económicos… los iremos topando.
De acuerdo con el estudio Historia de las Epidemias en el México antiguo, de la UAM, firmado por Angélica Mandujano, Luis Camarillo y Mario Mandujano, en la era azteca se sufrieron las siguientes epidemias:
1450. “Catarro pestilencial” debido a bajas temperaturas. Afectaba vías respiratorias, pudiendo ser influenza de alta mortalidad.
Año 7 tochtli. “Gran pestilencia” que atribuye una de las causas abandono en Tula. Las crónicas dicen que de las mil partes toltecas murieron novecientas.
1456. Los aztecas sufrieron de posible difteria.
1496. Xochtlan, Tequantépec y Amaxtlan sufrieron tifo exantemático y enfermedades respiratorias. Escasas referencias se tienen y debido al arrase posterior se ignoran cómo las curaban. Suponemos herbolaria.
La viruela, traída por los españoles
El primer gran impacto formó parte del surgimiento del mestizaje. La viruela, traída en la sangre y secreciones de los españoles de aquella época, diezmó a los combatientes y mandos de los locales. Cuitláhuac hermano del Tlatoani Moctezuma fue una de las víctimas, Moctezuma, murió lapidado, pero le tocó, aparte de las pedradas, ver a su pueblo infectado.
En aquel contexto la enfermedad fue vista por los indígenas como parte de un designio divino, lo que implicó una doble vulnerabilidad: La biológica y la mental ante un enemigo. La misma visión de que se trataba de una penitencia se vivió con la peste negra en Europa en el medievo.
La investigadora de la UNAM Isabel Pérez, refiere el libro Historia de las Epidemias en el México Antiguo. Algunos aspectos biológicos y Sociales, texto que atribuye al brote de viruela “aún no había terminado la conquista cuando se produjo la epidemia de viruela transmitida por un hombre negro: Francisco de Eguía… trajeron enfermedades desconocidas que atacaron a los indígenas y que contribuyeron mucho a disminuir el número de habitantes y el espíritu de quienes lograron sobrevivir.”
1531. A una década de la llegada de Cortez, se registró la epidemia de sarampión, también los españoles fueron el vector. Aunque fue más leve, penetró culturalmente los indígenas conquistados la denominaron “zahualtépitl”, o lepra chica, mezcla de náhuatl y español de uso. Afectó lo que ahora es Tabasco.
1545. Llegó el “Cocoliztli. Con síntomas como tos sanguinolenta y calentura o como lo llama la investigadora puma “padecimiento febril hemorrágico con un síndrome cólico sangriento”, se supone fue salmonelosis por los síntomas agregados de sangre en heces y fuerte dolor abdominal. Duró 5 años y acabó con el 80 por ciento de la población, por las condiciones insalubres impuestas a los conquistados. Fue paralelo a la parte final de la pestenegra que mató a 25 millones de personas en Europa entre los siglos Siglo XIV y XVI. Acá lo vieron como una calamidad divina, en Europa también y la combatían quemando enormes cirios en las plazas centrales.
1555. Registró más brotes de viruela, sarampión, hambre, guerra, opresión, tributos, esclavitud y trabajo en las minas”. “Dios castigó a la Nueva España con plagas trabajosas…, además los esclavos indígenas y de la tercera raíz, afro, padecían constantemente portaban y padecían: diarrea, disentería, neumonía, paludismo, fiebre amarilla, amibiasis, lepra, sífilis y tripanosomiasis. Según datos de la UAM.
1596. Epidemias simultáneas de sarampión, paperas y tabardillo.
Las constantes entre todas las epidemias, pandemias, fue que las víctimas fueron en su mayoría indígenas, o de raza negra, solo al final del siglo XVII lograron crear anticuerpos contra los virus. Contra los latigazos, tardarían 300 años más. Otra constante fue la mencionada visión de que las enfermedades eran un mandato divino. Los españoles de entonces fomentaban la versión de que las enfermedades eran castigos divinos por intentar levantarse o robar.
Pasó la época colonial y el inquieto Siglo XIX enfermó:
1813. Epidemia de tifo en Cuautitlán. Un total de 3,114 víctimas en siete meses.
1833. El cólera mató a 324,000 personas en todo el país. Precisamente este episodio fue el que dio origen a la representación de La Pasión del Cristo de Iztapalapa por la que los habitantes de los barrios de la ahora Alcaldía montan la representación de la Pasión de Cristo, como “una manda”. Eran los remedios de la época y nótese que, a pesar del imperio de la ciencia, el temor de que el mal vuelva este 2020, por no cumplir la manda obliga a los iztapalapeños a reducir, pero no omitir el ritual. Optaron por crucificar “al cristo” en la iglesia de “La Cuevita” en plena avenida Ermita-Iztapala, donde inicia la pendiente hacia el Cerro de la Estrella, que verá su Gólgota anual abandonado por el Covid-19.” La pasión se representa porque se representa “vaya a ser el pinche diablo”, dice un habitante. Esto nos indica que persiste la visión-versión de la causal divina por encima de la científica.
1883. Fiebre amarilla en Mazatlán. Desembarcaron 33 enfermos procedentes de
Panamá. Murieron 2,541 personas, aproximadamente 16 por ciento de la población. Se aplicaron medidas de época pero que dos décadas después serían insuficientes.
Entrando al siglo XX la cosa se puso peor
1902-1903. La peste negra o “Bubónica” también en el puerto de Mazatlán. responsabiliza a unos marineros que venían a bordo del vapor “Curacao” procedentes de San Francisco California. Se infectaron 824 personas, de las cuales fallecieron 582 (71 por ciento). Las autoridades aplicaron medidas que de alguna manera nos recuerdan las aplicadas en 2009 y 2020 en México: “Se desinfectaron 1,399 casas y se incineraron 1,103, Se aislaron 2,146 personas, Se eliminaron 13,908 ratas, Se aplicaron 17,260 dosis de suero Yersin, llamado así por el médico suizo que aisló el bacilo de la enfermedad.
1918. Un año después de firmarse la Constitución que acabó oficialmente con la Revolución, pegó la que es considerada le peor epidemia mundial, la Influenza española, mató a 40 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 500 mil murieron en México. De nuevo las medidas tomadas son “un recuerdo del porvenir infeccioso”: Evite cines, teatros y lugares de reunión mal ventilados, Estornude o tosa con un pañuelo; Prohibición de escupir en el suelo; Adoptar saludo higiénico; Realizar 20 respiraciones profundas por la nariz; Ejercicio 3 horas a la semana para destruir gérmenes.
1940. En plena Segunda Guerra Mundial, el mosquito Anopheles, fue el vector del Paludismo (Malaria) que mató a 24,000 personas, entre los cambios sexenales y la inteligencia del insecto se declaró erradicada hasta el 2002, gracias a una campaña de vacunación. No fue virus, pero si epidemia.
1948-1955. Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta los años sesenta, la poliomielitis azotó a los niños mil 100 casos, hasta que se aplicó una campaña nacional de vacunación. El problema no solo fue el virus en sí, sino el escepticismo de quienes negaban las bondades de las vacunas, y se negaron a aplicarla a los hijos, sentenciándolos a una silla de ruedas y a una muerte por aplastamiento de la caja toráxica en edad adulta. Eso sí, desde la silla acrecentaban sus facultades mentales y de perspectiva.
Fiebre de mitad del siglo XX
1946. La fiebre aftosa, conocida también como glosopeda, no afectó a humanos directamente, pero sí las vidas y economías de la cada vez menos gente de campo de los años 40,” atacó al ganado vacuno de doble pesuña, bovinos, caprinos, porcinos y ovinos, dando al traste a la producción de carne y leche. El gobierno ordenó la muerte de vacas lecheras y sementales a metralla en todo el país sin indemnizar a los dueños, gente de campo.
El portal de gobierno lo califica de “El primer gran reto sanitario en México”, era mayo de 1946 arribaron a México 327 animales de ganado cebú brasileño al puerto de Veracruz, en octubre se reportaron los primeros animales infectados, se reconoció la epidemia en diciembre.
Estados Unidos cerró la frontera a la importación de ganado mexicano aquí se decretó cuarentena y emergencia nacional. Es hasta de abril de 1947 que se crea la Comisión México-Americana para la Erradicación de la Fiebre Aftosa, consistente en campaña de “inspección, cuarentena y sacrificio de animales enfermos, medida que se conoció como “rifle sanitario” y donde se eliminaron en promedio 2 mil cabezas de ganado bovino y porcino al día”.
A los ganaderos se les indemnizó oficialmente. Llegó 1947 y la enfermedad siguió y se decidió iniciar campaña de tras analizar la situación, se decidió incorporar la vacunación con sustancias europeas y solo hasta 8 meses después fue producida en México. “Para 1950 se habían aplicado 60 millones de dosis y se observó una drástica reducción de brotes, quedando totalmente erradicada en 1955.
De acuerdo con las cifras oficiales, con el “rifle sanitario” se sacrificaron más de un millón de cabezas de ganado”. El gobierno dice “La erradicación de la fiebre aftosa representó uno de los más grandes éxitos sanitarios en México, lo que permitió entrar de lleno en el mercado internacional para la comercialización de productos cárnicos, dice la página oficial https://www.gob.mx/senasica/articulos/la-fiebre-aftosa-el-primer-gran-reto-sanitario-en-mexico
Pero, si me permiten, mi abuelo materno, Don Encarnación Hernández, platicaba: “Qué fiebre ni que fiebre, eso fue un invento de los gringos y de Alemán (Miguel, presidente) para hacer negocio y meter carne gringa a pie y en canal desde y para Estados Unidos...”. En casa les decomisaron y ametrallaron a “El Espejo” un semental “todo oscuro” y, contaba, nunca le dieron un peso.
Ya en el XXI “nos alcanzó el pasado”
2009. H1N1. Imposible olvidar que nadie recuerda a alguien cercano enfermo o muerto, pero las autoridades actuaron ante el fantasma de la Influenza, de origen porcino. El caso se registró en una granja de “La Gloria”, Perote, Veracruz, pero oficialmente registró casos en Oaxaca, San Luis Potosí y el Estado de México, Estados Unidos y Canadá, España, Inglaterra y Nueva Zelanda y 74 países más que el 11 de junio de 2009 temblaron día en que la OMS declaró, que el mundo se
encontraba ante una pandemia y todo mundo culpaba a México y desde capitales hasta exiliados huyeron.
La OMS estimó 16 mil muertes en todoel mundo. En México, al final de diciembre, de ese año, hubo 70 mil casos confirmados y alrededor de mil muertes, oficialmente. Este virus sembró un escepticismo de cara a la autoridad que resurgiría en 2020. H1N1, trastornó el sistema.
Era presidente Felipe Calderón Hinojosa, quien se replegó a “Los Pinos” dejándole el paquete al entonces jefe de gobierno Marcelo Ebrard, quien no dudó en “atrincherar” la ciudad. Cuando Calderón vio que crecía la imagen de Ebrard instruyo actuar al Secretario de Salud José Ángel Córdova Villalobos, al fin políticos ambos, Ebrard y Córdoba se coordinaron. Córdoba Villalobos es recordado por su eficacia y ética y acusar a las corbatas de ser vector del mal y dar conferencias de prensa sin esa prensa de ornato.
2018. Como si hubieran presentido, la Coordinación de Protección civil y el Cenapred presentaron un recorrido histórico completo de las epidemias registradas en México, el trabajo fue presentado por la Ingeniera María de Lourdes Ydirín Alonso, subdirectora de Riesgos sanitarios y Toxicología de la Coordinación Nacional de protección Civil. De ahí parten muchos años-cifra de este trabajo.
Sin ser infecciosa, por extensión del lenguaje se considera epidemia toda enfermedad que se generaliza entre una determinada población como la diabetes o la obesidad, y no hay vacuna solo prácticas preventivas y de alivio. Ampliando el lenguaje vivimos una epidemia de violencia, el arsenal se adquirió en sexenios anteriores y pareciera que el actual no haya la vacuna o el remedio.
También se han registrado lo que podríamos llamar “epidemias mediáticas” que, aunque suceden en otras latitudes, generan temor y resquemor acá, por el ejemplo el ébola, esencialmente africano pero que, dadas las condiciones de intercambio mundial, nada garantiza que no lleguen en sus versiones actualizadas.
2020. Covid-19. Así actualmente entre miedos y excesos de confianza, la relación bilateral México-virus, llena de dudas… insistiría lo puesto en internet “sería irresponsable pensar que no se trata de algo biológico, pero seria ingenuo pensar que no fue político-mediático.
*) Reportero del eco-portal “La meta del planeta” y Dr. en CF.
|