Temas muy a la ligera…
Ernesto Salayandía García
Somos una sociedad altamente enferma, emocionalmente tenemos serios problemas estructurales y la salud mental es una serie de eficiencia de la cual hay infinidad de víctimas.
Las emociones están a flor de piel, el hígado a este cáncer social hay que agregarle las conductas tóxicas y comprender que ésta es una enfermedad cruel progresiva, incurable contagiosa y no es de la mente alcohol y drogas. Es mucho más complejo, la enfermedad tiene a la sociedad en jaque que, una sociedad dependiente de sustancias tóxicas en cantidades industriales. El número de adictos activos es impresionante, hay sustancias que lideran el mercado como lo es el alcohol y la marihuana. Pero también hay sustancias muy peligrosas.
Que nadie las toma en cuenta y son por ejemplo los fármacos.
Hay ahora drogas peligrosísimas con efectos jamás pronosticados por la imaginación de un adicto, y por desgracia el índice de crecimiento es enorme. Somos una nación enferma, sin un programa Nacional de prevención de adicciones y de conductas tóxicas. Sin una cultura de prevención y capacitación para proteger a nuestros niños qué están propensos en caer en las garras de esta maldita enfermedad perversa del alma, la salida del diablo. Y en cuanto a conciencia estamos simplemente en la calle, en pañales, porque tener un drogadicto en casa es como parte de la decoración. Ya son muy contados los hogares que no carecen de un enfermo emocional, son pocos los que se salvan.
Adictos al por mayor
UNA ADICCIÓN es una conducta tóxica que no puedes evitar, como lo es también la dependencia a una sustancia química o natural, que tampoco puedes evitar. Y de esta manera, las adicciones nuevas o reconocidas se pueden empezar a citar con la adicción a los aparatos electrónicos. Hay personas que son capaces de durar más de 8 horas frente al aparato televisor, o el celular. Hay quienes viven al lado de una computadora o de una Tablet.
Por supuesto que como en todo, no aceptan ni reconocen que tienen una adicción, ha crecido también la adicción a la pornografía, y qué decir de las mentiras. Hoy la gente es adicta a decir mentiras, somos mitómanos por inercia de adictos también, a meternos en lo que no nos importa, a la crítica, al chisme, a levantar falsos y por supuesto, a las relaciones tóxicas y por ende destructivas; son conductas tóxicas, como la pereza, la mediocridad, el conformismo, el abandono, la autoestima baja, la conmiseración y otras conductas negativas que hunden en el pantano de las arenas movedizas a cualquier persona.
Sin olvidar, por supuesto, la adicción a la depresión, al sufrimiento y ligado a ella a la fuerte dependencia de medicamentos controlados. Hay que reconocer, no estamos preparados para reparar o prevenir el daño que reciben infinidad de seres inocentes, cómo las niñas, que de los 12 a los 16 años se hacen adictas a la autodestrucción. Y se cortan sus piernitas con la navaja del sacapuntas, se queman su piel con la brasa de un cigarro, encendido a esta adicción, se le conoce como cutin y en las escuelas y en las casas donde hay este tipo de víctimas. No saben nada sobre este crudo tema, lo ignoran por completo y por ello la negación, es enorme, hay en esta compleja enfermedad, una completa desinformación, e ignorancia, es un verdadero crimen que exista un criterio equivocado y tomado, tan a la ligera.
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HABLAR POR HABLAR
NO ES BUENO
HACE ALGUNOS años cuando di un taller en Ciudad Juárez, Chihuahua, sobre liberación emocional, hablé de depresión, de mi propia experiencia, como maníaco depresivo. Una maestra dentro del grupo me dijo que yo no sabía de lo que estaba hablando, que hablaba a la ligera. Había expuesto cuál era el cuadro emocional que me secuestraba por días enteros, donde no me bañaba, no me cambiaba de ropa. No comía, estaba completamente aislado, secuestrado, debajo de mis sábanas, sin ganas de nada; recuerdo que se me caía el cabello, en la almohada dejaba una alfombra de cabellos.
Mientras que en la regadera, la coladera se tapaba de tanto cabello que se me caía, narré mi estado de ánimo, triste, apagado abandonado, claro qué prendido de los antidepresivos, acompañado del alcohol mas drogas. Yo no sé a qué se refería esa maestra; al decir, de que yo hablaba a la ligera. Lo que sí sé es que me tardé muchos años en salir de mis depresiones, y sé perfectamente bien lo que es esta conducta tóxica. A través del tiempo he aprendido técnicas para evitarla, no dejo que el virus entre en mí, ahora con mi experiencia puedo ayudar a otros a que no caigan, o a que salgan de ese infierno que yo viví en vivo y a todo color. Pero a dónde voy es muy claro, en cuanto a los temas que yo manejo, llevo casi 22 años escribiendo de ello, por esa razón me doy cuenta sin ofender a nadie.
Qué reina la ignorancia, por ende, la rotunda negación, las mamás, muchas de ellas, salvo honrosas excepciones creen, que con una junta de Alanon o Familias Anónimas, con eso ya lo saben todo. Y se convierten en madrinas de madrinas, y no se han dado la oportunidad de profundizar en todos los temas a fondo, descosen, que son muchísimos los temas que abarca esta enfermedad emocional. Así que la próxima vez que te toque formular una pregunta, en alguna plática o conferencia, creo, que lo más justo sería, que te apegara a la información, a la documentación, a testimonios, sobre todo, documentarte y no opinar a la ligera
ES UN PROCESO MUY
LENTO Y DOLOROSO
LA RECUPERACIÓN del adicto y del mismo enfermo emocional es sumamente difícil, más no imposible. Un adicto puede llegar a recuperarse y dejar de consumir sustancias tóxicas, pero el riesgo que tiene son las recaídas emocionales y ésta se deben a que tiene un pésimo manejo con su vida emocional. Sigue siendo igual o peor de mentiroso, informal, mediocre, perezoso, conformista, chismoso y tantas cualidades tóxicas que no abandona, ni ha podido erradicar, lo que no le permite es vivir la vida en libertad. Por ello requiere trabajar intensamente en sus patrones de conducta sobradas de gobernabilidad. Por ende, en sus defectos de carácter, de lo contrario, nunca saldrá del hoyo y de una adicción pasará a otra adicción, tapar el hoyo, para destapar otro más profundo y negro.
QUE QUEDE
MUY EN CLARO
LA RECUPERACIÓN sí existe. Como también existe el crecimiento espiritual cuando se desarrolle el servicio a los demás, si es posible vivir la vida en libertad y en armonía, vivir la vida en plenitud, recuperar trabajo-familia, imagen, salud y emprender el vuelo hacia un camino de alegría y de sobriedad. Pero por desgracia, este manto maravilloso no cubre a todos los adictos, protege sólo aquellos que trabajan con honestidad su recuperación. Quienes se guían por el camino de bien a quienes elijan disfrutar de la vida sin sustancias y sin conductas tóxicas muchos, se quedan en el camino, por endebles, por conformistas, mediocres, enanos nacidos para perder, qué en su haber, forman parte ya de los inventarios de los anexos. Algunos, han acumulado hasta 10 procesos de 3 meses cada uno en 20 años.
La ignorancia mata vidas, más que la misma droga.
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