Edición 254 |
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Sitiada, la mayor reserva de petróleo
del mundo: Arabia Saudita
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Banderas del reino de Libia fueron colocadas ayer ante la refinerÃa de la ciudad de Ras LanufFoto Reuters
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Ann Koh y Kim Kyoungha narran que las apuestas (sic)†del precio del barril de petróleo han alcanzado 200 dólares para el “dÃa de la rabia†-a no confundir con el “dÃa de la ira (sic)†en otros confines, que no es la misma reacción hormonal polÃtica- a celebrarse en Arabia Saudita (AS) el viernes 11 de marzo tras las plegarias de las mezquitas (Bloomberg, 7/3/11.)
Los mercaderes de las “opciones†(un género de los ominosos hedge funds) “apuestan (sic) más que nunca (sic) que el petróleo se encamina a 200 dólares el barrilâ€, cuando el “número de contratos sobresalientes ha crecido (sic) en Nueva York para comprar crudo en junioâ€.
¿La causa? “Empeoramiento de la revuelta civil en Libia y las raras (¡supersic!) manifestaciones en Arabia Sauditaâ€. Entonces, ¿por qué se asustan tanto?
Si el mercado neoyorquino que cotiza la calidad WIT (West Intermediate Texas) se dispara a 200 dólares el barril, ¿a cuánto ascenderá aún más la calidad Brent que se cotiza en Londres?
Cabe recordar que las calidades WIT y Brent se han desacoplado mediante un diferencial artificialmente acentuado en beneficio del último.
Koh y Kyoungha citan a Yingxi Yu, analista en Singapur del banco británico Barclays PLC (por cierto, implicado en blanqueo de dinero y en tráfico de armas), el cual justifica que “la gente (sic) está temerosa de que las protestas se difundan a varias partes de la regiónâ€.
La muy polémica Human Rights Watch -presunto instrumento del megaespeculador George Soros (supuesto hombre de paja de los banqueros esclavistas Rothschild) para encubrir sus “filantrópicas†apuestas financieristas- le ha dado vuelo al “dÃa de la rabia†nacional (sic) programado para 11 y 20 de marzo. Por lo menos tendrán durante 10 dÃas los “mercados†bajo la espada de Damocles bursátil a la supuesta producción de Arabia Saudita por 9.71 millones de barriles al dÃa -existen datos muy variados al respecto, asà como sobre sus reservas reales, que el mismo EU menguó considerablemente cuando el rey Abdalá se atrevió a reclamar a Obama la defenestración de su amigo Hosni Mubarak- que representarÃa “la tercera parte de la producción de la OPEP y casi seis veces la de Libiaâ€.
Koh y Kyoungha aducen que cinco de los ocho vecinos inmediatos del reino saudita han obligado al rey Abdalá a estimular la vivienda, la seguridad social y la educación para frenar los disturbios (sic)â€. ¿Cuáles “disturbios (sic)â€, si todavÃa no empiezan?
No rebato que puedan suceder, pero al corte de caja de hoy no los hay, para lo que se necesitan dos atributos: 1) una “masa crÃtica†de manifestantes (con 500 twitteros, dicho sea respetuosamente, no se consigue una revolución ni el derrocamiento de un rey, menos en Arabia Saudita), y 2) una agenda de objetivos: ¿qué buscan: reformas, derrocamiento de la monarquÃa o una “monarquÃa constitucionalâ€?, ésta todavÃa inexistente en las ocho monarquÃas árabes: seis del Consejo de Cooperación del Golfo, además de Jordania y Marruecos, curiosamente todas aliadas de los “demócratas†EU y Gran Bretaña.
El rey Abdalá, de 88 años, sobre quien pende una sucesión que virtualmente puede descarrilar en una secesión, a su regreso después de tres meses de un tratamiento en EU (¡cómo les encanta compartir el lecho con el “amigoâ€!), abrió las arcas con estÃmulos de emergencia por 37 mil millones de dólares para aminorar el malestar en el “Chiistán†saudita: la parte oriental donde habita 30 por ciento de la población (según Stratfor) de confesión chiÃta y donde Alá deseó se ubique la mayor producción del mundo.
Juerg Kiener, funcionario de inversiones de Swiss Asia Capital Ltd (sede Singapur), fulminó que “el precio del precio subirá, quieran o no. Si Arabia Saudita cae, entonces tienen un incendio en la casaâ€, lo cual es cierto siempre y cuando se cumplan la “masa crÃtica†y los objetivos (aún etéreos) de la agenda contestataria.
A nuestro humilde juicio, el destino de los chiÃtas de Bahrein (75 por ciento del total), al unÃsono de Kuwait -30 por ciento de chiÃtas, sin contar trabajadores foráneos y “apátridasâ€, los bidún (“sin nadaâ€), que superan a los sunitas-, representa el verdadero barómetro de lo que pudiera constituir un “efecto dominó chiÃta†que alcance la parte oriental del reino wahabita (ver Bajo la Lupa, 27/2/11.)
Llama la atención el silencio sepulcral de los multimedia de Irán sobre Arabia Saudita, a quien tratan como seda, al haberse enfocado en el devenir de los chiÃtas en Bahrein, Kuwait y Yemen, mientras han sido más condescendientes con los avatares de Omán, con quien comparten el superestratégico estrecho de Ormuz.
Todo lo contrario de la prensa británica, que se da el lujo de balcanizar lo balcanizable (bajo su pérfido apotegma de “divide y vencerásâ€): desde Yemen, pasando por Libia, hasta Arabia Saudita, a la que divide en tres entidades: el “Chiistán†oriental; el Hijaz, en el estratégico mar Rojo (con el puerto de Yeddah), y el restante para los wahabitas.
Los desalmados especuladores de hedge funds (“fondos de cobertura de riesgosâ€) descuelgan “enormes ganancias†conforme se calientan los frentes petroleros en el mundo árabe (por ahora Libia y Bahrein) en “las pasadas semanas†gracias al alza de las materias primas, primordialmente del “petróleo, los alimentos y los metalesâ€, según narran Sam Jones y Gregory Meyer, del rotativo británico The Financial Times (7/3/11), portavoz de la globalización financierista y de la que es accionista nada menos que el coronel Muammar Kadafi a través de la empresa propietaria Pearsons (Michael Skapinker, The Financial Times, 7/3/11). ¡Vaya,vaya!
Que la inmaculada London School of Economics haya sido financiada por Saif Al-Islam, el pimpollo “reformista†de Kadafi, lo cual orilló a la defenestración pestilente de su director sir (sic) Howard Davies, es otro tema que obliga a practicar más adelante un examen anatomo-patológico de las inversiones del nepotismo de los Kadafi.
Nada casualmente el megaespeculador y “filántropo†George Soros ha vaticinado “un baño de sangreâ€, no en Arabia Saudita, sino en Irán (BBC, 4/3/11). No es gratuito que Soros detente el quinto lugar mundial entre los principales especuladores de hedge funds (Business Insider, Clusterstock, 8/3/10). ¡Las ganancias mayúsculas se hacen con rÃos de sangre!
Con excepción de sus dos relativamente insignificantes transfronteras con Qatar y Emiratos Ãrabes Unidos, lo real es que las superlativas producción y reserva de petróleo del mundo de Arabia Saudita se encuentran literalmente sitiadas en sus dos mares (mar Rojo y golfo Pérsico), en sus dos estrechos (Bab El Mandab y Ormuz) donde atraviesa la mayorÃa del “oro negro†mundial, y en sus cinco fronteras (Yemen, Jordania, Irak, Kuwait y Omán), a los que habrÃa que agregar la isla de Bahrein, conectada al reino wahabita por un puente de 24 kilómetros que se puede convertir en el más incandescente e indecente del planeta y que -cada vez queda más diáfano- buscan incendiar los megaespeculadores de la City y Nueva York, donde reina imperturbablemente el sionismo financierista global.
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* La Jornada
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