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Somalia: El País de los Olvidados
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Edición 265

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Geografía de Desolación y Muerte

Somalia:

El País de los Olvidados

Jacques Bombardier Renaud

(Exclusivo para Voces del Periodista)

* Una nación sin gobierno que padece las consecuencias de una larga y cruel herencia de colonialismo: guerra civil, miseria, corrupción, piratería y marginación internacional.

 

El Contexto

En nuestro ya largo recorrido por las diversas geografías del planeta, siempre hemos encontrado dos grandes constantes dentro del llamado mundo del subdesarrollo (al que se le ha motejado demagógicamente: “Tercer Mundo”, “Países en vías de desarrollo”, etc.). Constantes tan dramáticas como crueles, pues se trata de miseria y guerra con sus tremendas cargas de muerte, hambre, corrupción, violencia, intolerancia religiosa y política, desigualdad, injusticia y muchos factores negativos más. Tales han sido los casos del Congo, Biafra, Angola, Sudán y Somalia, entre otros.

 

Por sus condiciones históricas de coloniaje, por su situación geográfica entre la riqueza natural y la tierra estéril, por las diversas agrupaciones humanas, lenguas y confesiones religiosas, África está conformada por las naciones más jóvenes del planeta, pero sobre asentamientos humanos y culturales antiquísimos, convirtiéndose, como ya lo apuntamos antes, en continente de contrastes, de contradicciones. Por un lado es botín de las potencias y por otro el patio trasero del primer mundo; lo mismo es exótico atractivo turístico que gigantesco campo de concentración, campo de batalla permanente; continente de magia y olvido, de profundo pasado y lamentable presente que apunta hacia un futuro cada vez más incierto. Y hoy, Somalia es “la lápida de la gran tumba africana”.

 

LapidacionSomalia

El Caso de Somalia

Para entender a esta pequeña nación enclavada en la península Este del continente negro, primero debemos considerar los factores que la componen: pobreza, intolerancia religiosa, violencia étnica y anarquía, misma que define muy bien la catedrática, investigadora y politóloga estadounidense, Francesca Varda de la Universidad de Cornell, EE.UU., quien, basándose en la lista de “estados fallidos” que cada año se publica en esa nación, Somalia ocupa desde hace mucho el nada honroso primer lugar. “Esto quiere decir que hay una ausencia total del aparato estatal. No hay control, hay muchísima corrupción, no hay transparencia institucional. Es un Estado absoluta y completamente debilitado al punto de que no funciona”.

 

GUERRILLEROSSOMALIESY ahora ha vuelto a la escena noticiosa por la terrible hambruna que padece desde el mes de julio y está costando miles de vidas inocentes, especialmente de indefensos menores cuyo pecado es haber nacido allí. La ONU y las potencias se hacen cruces para paliar en algo el grave problema de que en pleno siglo XXI, entre la cibernética y el dominio del espacio sideral, sigan muriéndose por falta de alimento mucha gente. Somalia, cuyo nombre en la lengua original es Dalka Somalidá y de manera oficial islámica es Jamjuuriyadda Sumaaliya, a pesar de sus declaradas producciones agrícolas de sorgo, mijo, mandioca maíz, trigo, dátiles, arroz, legumbres, caña de azúcar, plátano, cacahuate, sésamo, algodón y tabaco, y no obstante criar ganado bovino, ovino y caprino, además de la captura de atún y tiburón,  todas estas resultan insuficientes, mal administradas y todo ello realizado de manera muy primitiva en un terreno desértico casi en su totalidad.

 

A estos problemas de suyo claves, pues no es ni siquiera autosuficiente para su propia alimentación, el país siempre fue, históricamente, colonia estratégica, punto de paso y enclave de naciones europeas que la han ocupado únicamente con esos fines dada su ubicación cercana al Canal de Suez; Portugal, Italia, Gran Bretaña y Francia han pasado por su territorio dejando una huella indeleble pero no ventajosa y sin beneficio real alguno, pues a raíz de obtener su independencia en 1960, Somalia cayó en una serie interminable de guerras intestinas hasta llegar al golpe de estado de 1991 y la caída del régimen dictatorial de Mohamed Siad Barré, con lo cual la anarquía se enseñoreó del país hasta nuestros días, dejándolo en manos de los llamados señores de la guerra, los grupos tribales armados, el domino armado islámico de las milicias de Al Shabab y los tristemente célebres piratas somalíes en el Golfo de Adén. Tan es así que el gobierno del presidente Sheik Sharif Ahmed ha sido un gobierno de opereta con un títere a la cabeza.

 

La Naturaleza También se Ensañaussomaliaanalysis

Como si todo lo anterior fuera poco, el pueblo somalí sufre de la peor sequía de los últimos sesenta años, la que ha disparado la terrible hambruna contra casi cuatro millones de seres humanos desprotegidos; la historia se repite amarga y dolorosamente, Somalia ha sufrido sequías y hambrunas en 1978, 1979 y 1992. Y como consecuencia obligada de este estallido masivo de hambre, aparecen con gran virulencia las enfermedades como el sarampión, el cual cobra vidas infantiles a una velocidad que horroriza.

 

Human Right Watch, la ONU, el Comité Internacional de la Cruz Roja, Amnistía Internacional y cuanta organización internacional, pública o privada, informan y denuncian los impactantes acontecimientos en ciudades como Mogadiscio, Hargeysa, Merca, Kisimayo, Bardera, Giamama o Corolei, en los campamentos de refugiados de la guerra y el hambre, como es el caso del Campamento Kobe, mueren un promedio de diez niños al día en medio de atroces sufrimientos y el enorme dolor de madres y familiares; estos infantes que no alcanzaron la edad adulta, y mucho menos a comprender su trágico destino, se suman a los casi 30 mil menores muertos en tan sólo tres meses de hambruna. Mientras tanto, el tribalismo, otro factor negativo en Somalia por su carga de intolerancia étnica, sigue contribuyendo a bloquear parcialmente toda ayuda posible del exterior. Tales son los casos de las tribus dir, darod, Ishac, hawija, digil y los rahanwen, cuyas concepciones y posiciones ancestrales se enfrentan unas con otras, enturbiando más la situación nacional.

 

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Números alentadores, pero insuficientes

De acuerdo a los datos proporcionados a los medios internacionales por parte de la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Roja Somalí, hasta el momento se han logrado atender a casi 50 mil niños desnutridos, a 24 mil mujeres embarazadas y proporcionado agua potable a casi medio millón de personas. También se ha informado que se han destinado 89 millones de dólares, vía ampliación de apoyo, para afrontar la crisis somalí hasta diciembre del año en curso. Desde luego que es encomiable este esfuerzo de organizaciones que siempre se han destacado por su accionar en beneficio de los más necesitados, sin embargo, esto no es suficiente y se espera el apoyo internacional de los gobiernos del orbe.

miliciasislamicassomalia

Desgraciadamente se ha descubierto y denunciado que la ayuda de los donadores internacionales no fluye, en parte por la enorme corrupción en Somalia, país en donde se están desviando recursos frescos del exterior para pagar las dietas y sueldos de 550 diputados y 39 ministros con cartera del gobierno actual. Solamente los legisladores cobran 700 dólares mensuales, situación que ha causado el enojo de los donantes extranjeros.

 

Así las cosas, Somalia seguirá pagando el altísimo precio del mortal coctel que hemos detallado; sus niños no tendrán más futuro que la tumba, los combatientes seguirán sembrando horror, violencia y muerte, sus gobiernos hundidos hasta el cuello en la corrupción y la demagogia política estéril por su ineptitud y apatía, mientras el mundo les observa como noticia de primera plana pero de segunda importancia ante la crisis financiera internacional.

 

Somalichildrenwaiting

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