Martes, 21 de Enero de 2014 17:52 | 
Author: Rodolfo Sanchez Mena | 
| Edición 314 |
El nuevo Estado mexicano
RODOLFO SÁNCHEZ MENA
Peña Nieto con su gabinete de la reforma.
Los mexicanos nos despertamos el 2014 con un acontecimiento: El Nuevo Estado Mexicano. Contamos con un nuevo andamiaje constitucional, nuevos códigos y nuevas relaciones de poder. Las leyes secundarias en manos del Congreso están siendo consensuadas y entrarán en vigor este mismo año.
Nos anima el volver a la paz, dejar atrás el terror y el caos impuestos por los intereses mineros energéticos y su cobertura geopolítica de guerra al narcotráfico.
Estamos pagando los enormes costos de la guerra impuesta a México; estados endeudados, municipios sin fondos, pueblos enteros expulsados, familias mutiladas y una enorme deuda social diferida.
Ahora emergen -ininterrumpidamente- grupos de presión armados, trasnacionales con propósitos secesionistas y balcanizadores, promovidos por imágenes seductoras de nuevos protectores del pueblo.
La imagen del general Manuel Peláez Gorrochotegui, jefe del ejército de las guardias blancas de las petroleras extranjeras en tiempos de Revolución, cobra vigencia; hoy es Peláez santo patrón de todas las expresiones paramilitares, impulsados por corporaciones minero-energéticas.
El Nuevo Estado Mexicano se desenvuelve en el contexto del cambio geopolítico y geoestratégico del Medio Oriente, impulsado por el bloque del G3, Estados Unidos-Rusia y China.
El poder norteamericano se consolida con Obama, en búsqueda de una nueva hegemonía en la multipolaridad, con el nuevo modelo energético global; continentalmente, el proyecto de seguridad americano avanza, como el proyecto continental de electricidad, análogo al modelo de Putin con Gazpron para Europa.
El Nuevo Estado Mexicano, es producto del reordenamiento de factores de poder. El objetivo es crear una nueva hegemonía política y, consecuentemente, un nuevo bloque de poder, así como de su inclusión global.
Ejemplos destacados de la reordenación de los factores de poder son los mecanismos e instrumentos de federalización de la República, como son la educación, las elecciones, la salud, entre otras no menos importantes.
Anteriormente, su manejo por los estados fue disperso, de gran opacidad y manejo caprichoso, contribuyó al agotamiento del Estado-Nación, con fuertes dosis de corrupción.
Ahora, el propósito es fortalecer la República con una educación integrada; la salud de la población como prerrequisito productivo y mejorar el nivel de vida, opción para acceder al conocimiento; las libertades políticas consagradas en la Constitución se fortalecen con su federalización; omitidas por los poderes locales, son un factor de expulsión y migración por causas extra económicas.
El Nuevo Estado Mexicano cuenta con tres nuevos ejes para reordenar las tareas estratégicas del gobierno del residente Enrique Peña Nieto: 1) El hacendario; 2) El energético; 3) y la Fiscalía General de la República, (que viene a suplir a la PGR.)
La triada establecida es una refuncionalización del aparato del Estado y gubernamental, con propósitos de orden estratégico. Se trata de de reordenar las actividades socio productivas, en una economía global.
Su propósito es romper con las disfuncionalidades de organismos como Pemex y CFE sobrepuestos como feudos de poder al aparato institucional. Desde allí se forjó un presidente, José López Portillo y naufragó el encumbramiento de otro. Ahora, la Secretaria de Energía emerge con todo el poder y la disputa de quien la encabezará dibuja el futuro de uno de los sucesores.
La Fiscalía General de la República (FGR) operará la Gendarmería Nacional. El secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón, asegura que la gendarmería no se integrará por marinos o militares. El argumento es muy sencillo: ambos cuerpos no tienen facultades para investigar. (El Sol de México. Manrique Gandaria. “En la gendarmería no habrá marinos ni soldados.” 10/12/2013.)
La Fiscalía, más allá de una presunta homologación con el aparato norteamericano, pretende incorporar en un outsourcing del Tecnológico de Monterrey a la policía de inteligencia táctica, formada en sus aulas por el colombiano general Naranjo, asesor de la Presidencia de la República en estos menesteres.
La Fiscalía está por nacer mientras que la PGR aún no muere. Se presume seguirá al mando de Chucho Murillo Karam, después de la firma del convenio de seguridad con Turquía. Para darle vida a la FGN, el discípulo de Murillo Karam, y secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, perderá los dientes. Pero no sólo gobernación perderá la policía federal. Los gobernadores se quedarán sin secretaria de seguridad pública.
Osorio Chong le entregará en paquete a Murillo Karam la Policía Federal, bajo el mando de Manuel Mondragón, pero con el control real de Carlos Slim. Se incluye en el paquete el aparato de espionaje norteamericano del CNS, como es publicado recientemente por Der Spiegel, incluyendo los correos de los comandantes.
La creación del Nuevo Estado Mexicano y la reordenación de los factores de poder, conduce por lógica al desmantelamiento y desaparición obligada de una serie de instrumentos, considerados como aliados del viejo Estado. Nos referimos a los grandes sindicatos de las “áreas estratégicas”, desparecidas por las reformas a la Constitución.
Los grandes sindicatos y los pequeños, consecuentemente, están en proceso de extinción. Es el caso de los maestros, SNTE; campesinos, CNC; petroleros, SNTPRM; electricistas, SUTERM. La CNC, ya hace un buen tiempo despareció.
Una expresión del empresariado sinarquista-panista, la Coparmex, en los pasados gobiernos representada por los Carlos Abascal, dio muestras de interés de incorporar a sindicatos dentro de sus activos. La izquierda en sus diferentes modalidades, ha repudiado ideológicamente acercarse a los obreros; son marxistas sin proletariado.
La creación del Nuevo Estado Mexicano puso en evidencia la fragilidad e inconsistencia de las organizaciones y partidos opositores, para demostrar capacidad de convocatoria que legitimen sus dichos opositores a la reforma energética.
El surgimiento del Nuevo Estado Mexicano apenas empieza a ser visualizado por los opositores al régimen de Peña Nieto. Le exigen volver a un pasado mítico, donde el general Cárdenas, después de nacionalizar la industria petrolera, dispuso un reparto equitativo de petróleo en ollas y cazuelas de barro.
La omisión critica del carácter estratégico y geopolítico del petróleo mexicano que se entregó a los norteamericanos -por ser aliados México y Estados Unidos durante la segunda guerra mundial-, es fundamental. Explica y fundamenta cómo México se industrializó y dejó de ser un país rural para pasar a uno urbano y de rápido crecimiento gracias a su producción e ingreso petrolero, negociado con visión geoestratégica de largo plazo.
Pero todo ello es ahora historia y ejemplo de negociación. Nuestro punto de partida es ahora visualizar el aprovechamiento energético de México y plantear las prioridades de la República, en términos de la urgente reindustrialización, la formación de los trabajadores del conocimiento de la ciudad y del campo y el desarrollo de una nueva cultura creativa y organizativa para multiplicar resultados positivos.
Nuestro país contó con un poderoso movimiento social, sindical de obreros y campesinos. Un vigoroso equipo de intelectuales y creadores que dieron forma al nacionalismo en todas sus excelentes y variadas representaciones. Pero todo es ahora historia.
Las tareas para el futuro que ha empezado con el Nuevo Estado Mexicano son enormes. Todos pueden participar desde sus múltiples visiones de la realidad. Nadie se encuentra excluido.
Nuevos liderazgos sociales, empresariales, científicos, tecnológicos y creativos esperan nuestra mejor contribución individual y colectiva. La apertura de México como potencia y su inclusión global, está a la vuelta; lo demuestran casos complejos como Michoacán. Así, el Nuevo Estado Mexicano, será un referente de los mexicanos del futuro.
La Federación se hará cargo
de restablecer el
orden constitucional
en Michoacán
La Federación, representada por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, determinó restablecer la paz pública en Michoacán y el 13 de enero puso en marcha un operativo excepcional para hacerse cargo de la seguridad en la zona de Tierra Caliente, donde se concentran los más atroces resultados de la guerra contra el narco declarada hace ocho años por el ex presidente Felipe Calderón.
Tierra Caliente -cuyo centro neurálgico es Apatzingán- está envuelta en una incesante violencia desde que, con la coartada de combatir los cárteles de la droga foráneos, irrumpió la Familia Michoacana, cuyo desprendimiento, identificado como Los caballeros templarios, ha atizado el fuego, dando pie a la acción de guardias comunitarias y recientemente la de los grupos de autodefensa armados.
Desde el arribo de Fausto Vallejo al Palacio de Morelia, el gobierno del estado, paralizado por la precaria salud del jefe del Ejecutivo, ha sido impotente para hacer respetar el orden constitucional. Osorio Chong anunció la aplicación de 250 millones de pesos adicionales para reforzar el programa de prevención del delito y subrayó la necesidad de reconstruir el tejido social para volver al estado a la normalidad.
El vocero las brigadas de autodefensa, Severiano Beltrán, declaró el mismo 13 de enero que sólo entregarán las armas hasta que sean aprehendidos los principales cabecillas de Los caballeros templarios.
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