Obligado: exámen psiquiátrico a los candidatos
ALFREDO PADILLA PENILLA
En lo sucesivo, a los aspirantes a presidentes de la República hay que hacerles un examen psiquiátrico. Posteriormente otro sobre los problemas políticos, económicos y sociales, así como sus posibles soluciones.
A juzgar por la acción presidencial en los últimos años. Tanto de priistas como de panistas, los resultados han sido no sólo insultantes o demenciales, sino catastróficos.
La nación ha sido destrozada, singularmente desde el siglo pasado con el priista Carlos Salinas de Gortari, que tejió una alianza subrepticia con el Partido Acción Nacional.
Tuvimos parecidos resultados con los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa. Todos ellos muy hábiles para manipular y hacer discursos, frente a la televisión, la radio y algunos periódicos, pero tortuosos y nefastos en sus acciones políticas.
La novísima manera de gobernar ha sido a través de la demagogia discursiva. Todos los días nos salpican con su verborrea.
Los mexicanos estamos hartos de más de lo mismo, tal como dice el refrán popular: “De lengua me como un plato”. Y esa tal lengua, sin fundamento en la realidad, ha sido fatal para el país.
Destacan no sólo el vendepatrias por excelencia Carlos Salinas de Gortari, quien ante la televisión mostraba su mirada de rata y su había hipócrita. Luego devino Ernesto Zedillo con su apariencia de curita de aldea. Así proseguimos hasta la fecha.
Todos ellos hábiles manipuladores y hacedores de discursos frente a cualquier medio publicitario.
Tales presidentitos han hecho a un lado a han violado flagrantemente la Constitución Política de los estados Unidos Mexicanos. Sin conciencia patriótica juran, de dientes para afuera, hacer valer el artículo 87 de la Constitución, que a la letrea, estipula:
“El Presidente, al tomar posesión de su cargo protestará ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los recesos de aquél, la siguiente protesta: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y la prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande”.
Constitución en mano: ¿Cuándo, ha sido demandado algún presidente de la República?
Todos los mandatarios que han atentado contra la Nación, han quedado impunes. Jamás se le ha llamado a cuentas. Su gran labor se ha reducido a figurar cotidianamente ante el imperio televiso y radiofónico. Figurar por figurar es la demencial obsesión de los gobernantes que valga la redundancia “gobiernan” a través de la imagen, de la bastada imagen.
Y mientras tanto, que el país se lo lleve el demonio, al cabo que “los demonios andan sueltos”, desde antes del asesinato de Luis Donaldo Colossio, perpetrado impunemente por el Salinismo. Demagogia pura, en la cual no se quedan atrás los manlio Fabio Beltrones, la Elba Esther Gordillo, los Enrique Peña Nieto.
Todo ello queda inmerso en el jolgorio conmemorativo del Centenario de Revolución Mexicana y del Bicentenario de la gesta de Miguel Hidalgo y Costilla de 1810.
Mientras tanto los mexicanos, que nos caracterizamos por tener demasiado aguante, seguiremos lamentado tristes resultados. Al respecto, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados pronosticó que entre diciembre de 2008 y diciembre del presente años, se perderían 539 mil plazas laborales inscritas en el Instituto Mexicano del Seguro Social.
Agrego el mismo organismo que las exportaciones disminuyeron 25.9 por ciento respecto al tercer bimestre de 2008. Nuestras reservas internacionales disminuyeron 4 mil cien millones de dólares.
Sin embargo, Feli – pillo declaró cínicamente el 29 de noviembre pasado, sin ningún rubor, a manera de triunfal festejo de sus tres años de gobierno, lo siguiente “El país se nos fue de las manos. Eufórico expresó la seguridad de tener un “Vigor renovado”.
Tiene razón Feli – pillo: El país no se le fue de las manos a él. Porque desgraciadamente lo seguimos tolerando en el puesto máximo de gobierno, pero que tal ha dañado al país.
Y así tiene la audacia de anunciar que propondrá reformas política y petrolera, claro está para seguir con su anhelo de privatizar en alguna forma el petróleo, vieja ambición de su contaminada mente.
Y lo que no tiene nombre es que también buscará la reelección de legisladores, violando así el principio revolucionario de Madero, de “No Reelección”.
Imaginémonos diputados reelectos por uno, dos o más periodos, algo así como reelección porfiriana en materia legislativa. ¿Qué no bastó la reelección casi eterna del general Díaz, lo cual prohijó la Revolución Mexicana con su tragica cauda de más de un millón de mexicanos muertos al fragor de las batallas?
Nuestro país no está ya jugarretas políticas de ese estilo. Lo que se requiere, pero ¡Ya!, es arrojar del poder a los gobernantes espuríos, con Calderón a la cabeza. De lo contrario….
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