Gomez Mont y la estupidocracia
RAMI SCHWARTZ
Aventuro una hipótesis: Gomez Mont presentó su renuncia a Calderón y este la rechazó. Para quedarse, Gómez Mont negoció ser una mera figura decorativa en todo lo que resta del sexenio y no meter las manos para frenar al PRI. Se salvó su imagen como persona y como político, pero a cambio se hundió Gobernación.
Supongamos que soy un habitante de Oaxaca, enojado porque me incrementaron los impuestos y quiero apoyar con mi voto a uno de los partidos que votó en contra de subir el IVA, ISR, IETU, IDE, aumentos a gasolinas y demás. Me doy cuenta que Convergencia y el PT fueron los partidos que se opusieron al alza en los impuestos y votaron en contra. Sólo qué, si decido apoyar con mi voto a Gabino Cué, estoy apoyando también al PAN, el artífice del incremento en los impuestos. Del otro lado está el PRI, que también aprobó el aumento de impuestos. Entonces, vote por quién vote, estoy apoyando a los que aumentaron los impuestos. Hay por ahí un anuncio de Convergencia que sale en el radio donde dicen que ellos se opusieron al aumento y que hay que apoyarlos para que eso ya no vuelva a suceder, pero esto, en Oaxaca es imposible, porque como van de la mano del PAN, votar por Gabino Cue es votar por más impuestos, así de sencillo.
Otro ejemplo: supongamos que soy duranguense y que me gusta la agenda liberal del PRD y la quiero apoyar en mi estado para que las mujeres decidan sobre su cuerpo, los que tienen distintas preferencias sexuales las puedan ejercer con libertad y que gocen de los mismos derechos que los heterosexuales. ¿Por quién voto? ¿Por el PRD?. No, imposible, porque como van en alianza con el PAN, y este último es el gran promotor de las contrarreformas sociales valientemente impulsadas por el PRD capitalino, entonces votar por Rosas Aispuro es dar mi voto a un novo-inquisidor.
Otro más: Supongamos que soy duranguense o oaxaqueño y detesto al PRI y considero que lo mejor que le podría pasar a mi estado es que pierda ese partido y haya alternancia por primera vez en más de 80 años (en esos estados siempre han gobernado priistas), ¿por quién voto?. ¿Por el priista Gabino Cué? ¿Por el priista Rosas Aispuro?
Supongamos que soy de Oaxaca y no estoy de acuerdo con López Obrador y que voté en el 2006 por Calderón y supongamos también que considero que eso de llamar al presidente fecal, espurio y no reconocerlo como presidente constitucional ha hecho mucho daño a México. ¿Por quién voto? ¿Por Gabino Cué?. Supongamos que soy comerciante o restaurantero y que mi negocio se fue a la quiebra por lo de la APPO y quiero que eso no se repita nunca en mi querida Oaxaca, ¿por quién voto? ¿Por Gabino Cue que va de la mano con los revoltosos de la APPO o por el PRI?.
En medio de esta confusión y sabiendo que se quebró una promesa al PRI qué mal que bien, ha apoyado en cosas sustanciales a Calderón, de plano el secretario de Gobernación presentó su renuncia, fue rechazada y la salida decorosa que se buscó fue su renuncia al PAN. Él aduce “razones que me veo obligado a no revelar por discreción profesional”, pero yo creo que la razón es una sola. Gomez Mont no es un esquizofrénico, tendrá otros defectos (como ser abogado por ejemplo), pero lo de las realidades inexistentes y lo de decir una cosa y hacer otra definitivamente no es lo suyo. Será el PAN nuestro de cada día del presidente del paseo y su gabinete así como del legítimo el suyo, será el PAN nuestro de cada día de Cesar Nava y Jesús Ortega, será el PAN nuestro de cada día de la estupidocracia y mediocrecracia que nos gobierna, pero no lo es del secretario de Gobernación.
Por ello, en un intento desesperado por no perder toda credibilidad y para tratar de sacar en este sexenio algo de provecho, que ya se ve difícil, se buscó que Gomez Mont permanezca en su cargo a cambio de renunciar al PAN, pintar su ralla con el Presidente y clavar el primer clavo a su vida política. La renuncia de Gomez Mont al PAN es el anuncio de que este será su último cargo público.
Yo creo que Gomez Mont presentó su renuncia al Presidente y que este se la rechazó. Convertido en el único funcionario congruente del gobierno federal, su salida hubiese provocado serios problemas. Fuga de capitales, incertidumbre, un desplome en la bolsa y por ello se buscó una salida negociada. Pero Gomez Mont seguramente condicionó su estancia en Gobernación a hacer de esta una mera oficialía de partes, es decir, se mantiene el secretario pero desaparece la secretaría como tal.
Ya no va a impulsar la reforma política, ya no va a mediar entre los partidos, ya no va ser enlace con los gobernadores, no va a meter la mano en procesos electorales, ya no va a impulsar iniciativas como la cédula de identidad, ya no va a tocar ningún tema espinoso. Tenemos ahora un secretario de Gobernación con mucha credibilidad como persona y como político, (que de nada le va a servir porque se va de la política), pero al frente de una secretaría inútil.
Y un secretario de Gobernación “blanco” sólo podrá provocar que crezca el voto del mismo color. Porque el mensaje ideológico que envía la renuncia de Gomez Mont a ese oaxaqueño o duranguense que ya no entienden nada es que no traten de entender los colores, que es mejor píntense de blanco y nadar de muertito.
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