¿Justicia en México?
¿Cuál?
ALFREDO PADILLA PENILLA
La Justicia social e individual se han desmantelado en las últimas décadas por los regímenes neoliberales, de los cuales el calderonato es un desastre, en tanto la miseria nos carcome con el aumento de impuestos, la creciente corrupción - impunidad y el narcotráfico.
Pues bien ¿qué entendemos por justicia social?
El maestro Mario de la Cueva, tratadista del Derecho del Trabajo y de Teoría Genera del Estado, define en su libro “La idea del Estado” (UNAM 1975):
“La justicia social es poner la riqueza al servicio de todos a fin de que cada una conduzca una existencia material decorosa y pueda desarrollar libremente sus facultades y aptitudes”.
La Constitución Mexicana de 1917 se consagró como la primera en el mundo que estableció las Garantías Sociales, ejemplo, el artículo 123 en materia de trabajo.
El trabajo, según la definición marxista, “es un hacerse el hombre a si mismo…. Un hacerse la sociedad del mañana, que será el reino del trabajo desenajenando….” A los cual se añade que es preciso suprimir totalmente la explotación del hombre por el hombre.
Y esta concepción se enlaza con lo que estipula el artículo 123 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la organización social para el trabajo, conforme a la ley”.
En consecuencia vemos que nuestro código supremo tiene una concepción muy clara y humanista de lo que es y debe ser el sistema de trabajo.
Desgraciadamente nuestras autoridades están ciegas al respecto: sirven e idolatran al gran capital a fin de explotar a l hombre por el hombre. Adoran al becerro de oro, cuyas consecuencias pueden nefastas para el Estado Mexicano con su más de cien millones de habitantes.
Es preciso reiterarlo: El salinismo, indicado desde 1988, goza de cabal salud en detrimento de la gran mayoría de los mexicanos y por supuesto Feli – pillo Calderón continúa en la misma dirección.
Ejemplos sobran:
Allí esta Arlington.
¿Pero que podemos esperar de Felipillo?
Va de tumbo en tumbo. Alguien ha dicho de él: “No lo empujen, se cae solo”.
¡Y vaya si sobran demostraciones de que nuestro Presidente es un Presidente alegre. Todo la hace con alegría, como entregar economía, dignidad y soberanía nacionales!.
En mayo pasado Calderón Hinojosa fue a Estados Unidos y alegremente rindió homenaje en el cementerio de Arlington a los soldados de Estados Unidos que perecieron en las guerras provocadas por Washington, en contra de nuestro país, como la gran invasión imperialista de 1846 – 1848, cuando nos cercenó gran parte de nuestro territorio.
Calderón, que ha demostrado hasta el cansancio tanto su ignorancia histórica como su afán entreguista, pasó por alto lo que fue la agresión más contundente y dañina para México.
Legisladores exigen
Explicación a Calderón.
Senadores de diversos partidos del PRI, PRD, y PT exigieron, en mayo pasado, una explicación al Presidente Calderón, ante el Congreso y a los ciudadanos, por haber rendido dicho homenaje, puesto que “llevaba la representación del Estado Mexicano, y debió actuar con dignidad”.
El senador priista Carlos Jiménez Macías hizo un comentario irónico, al respecto: “Dado que al Presidente le gustan mucho las consultas en Internet” debió haber tomado en cuenta la opinión de los mexicanos. “Seguramente la inmensa mayoría se habría pronunciado en contra de que fuera a homenajear a los soldados de Estados Unidos.
Por su parte, Pablo Gómez expresó: “Nadie sabe por qué fue a Arlington, ya que tampoco dijo nada”. El coordinador del Partido del Trabajo Ricardo Monreal, señalo que el mandatario actuó “De manera entreguista y ofendió a los mexicanos que desde hace 200 años han luchado por una nación independiente.
Monreal agregó: “Es injustificable ese homenaje sobre en momentos en que nos sentimos lastimados por la ley contra los migrantes aprobada en Arizona”.
Por nuestra parte, reiteramos: No empujen a Calderoncito ¡Se cae sólo!
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