Edición 248 |
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La balcanización del euro:
cuatro escenarios muy discutibles
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Peter Boone y Simon Johnson –este último autor del libro aclamado 13 banqueros: la captura de Wall Street y el próximo desastre financiero esbozan cuatro escenarios que constituirán “el juego final de la eurozona†(Baseline Scenarios, 28/11/10) cuando “mayores turbulencias se avizoranâ€.
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En última instancia, “existirá una eurozona con mayor autoridad fiscal compartida, una autoridad transfronteriza de resolución común para los bancos quebrados, y probablemente una mayor integración económica. Pero existen cuatro escenarios sobre quienes formarán parte de la eurozonaâ€.
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Cabe recordar que la eurozona cuenta con 16 miembros (donde brilla la ausencia de Gran Bretaña) pertenecientes a la Unión Europea (UE) –a su vez de 27 integrantes– y cuenta con un banco central, el Banco Central Europeo, a cargo de las reservas del euro y su emisión, asà como del manejo monetario y la estabilidad de los precios.
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Primer escenario (el “más improbable): los rescates del FMI para Grecia e Irlanda pueden funcionar†al garantizar a los inversionistas que “habrá suficiente crecimiento†para hacer más sostenible el peso de la deudaâ€. Los miembros de la eurozona podrán permanecer en su seno, aunque “el perfil de la deuda de Grecia y Portugal permanecerá vulnerableâ€, asà como el lento crecimiento de Portugal y la banca española (pese a sus ocultamientos contables). Mientras el BCE compra masivas cantidades de bonos, Alemania no tiene más remedio que avalar la operación debido a las temibles consecuencias polÃticas –se infiere: la desintegración polÃtica de la UE.
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Segundo escenario: “un paquete de apoyo conjunto del FMI y la UE a Portugal y quizá (sic) a España que estabilice verdaderamente la situaciónâ€, lo cual representa “la ilusión de la lÃnea Maginotâ€, una “idea que ignora el potencial perturbador que salte a otros paÃses potencialmente más débiles de la eurozona, como Italia, Francia (¡supersic!) o Bélgicaâ€.
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Aquà es probable que Grecia abandone la eurozona y reestructure sola su deuda. Alemania será generosa con sus empréstitos e Irlanda podrá permanecer en la eurozona, pero “muchos (sic) de sus ciudadanos emigraránâ€. ¿Adónde? Tampoco existen tantos paÃses recipiendarios en la presente coyuntura anti-migratoria.
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Tercer escenario: constituye “la visión lúcida de Willem Buiter [economista en jefe de Citigroup]â€, quien predice “tres o más quiebras soberanas en los próximos cinco añosâ€, pues “todo el mundo será más proclive a reestructurar con facilidad sus deudasâ€.
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Van dos afectados (Grecia e Irlanda) y faltan tres o más para llenar plenamente el criterio humillante de los analistas británicos sobre la inevitable quiebra de los PIIGS (acrónimo inglés de Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España) a los que quizá se agreguen Bélgica y Francia. Aquà no especifican quiénes se quedan o son eyectados de la eurozona.
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Cuarto escenario: “impensable†y “bellamente (sic) articulado por la columna Lex, de The Financial Times†(25/11/10), a juicio de la dupla Boone-Johnson, que “divide a la eurozona entre los “relativamente prudentes†y los “relativamente imprudentesâ€, en términos de polÃtica fiscal.
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Se asienta algo asà como la región de un “nuevo marco alemánâ€: Alemania, Holanda, Austria, Finlandia y algunos (sic) pequeños (sic) paÃsesâ€. Italia es eyectada, aunque su parte norte pudiera permanecerâ€.
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¿Abandonará Francia la eurozona que resquebrajarÃa la alianza franco-alemana que inició la integración europea?
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Aducen que “este escenario extremo (sic) no es tan nocivo para la estabilidad polÃtica y la recuperación económicaâ€, ya que “los paÃses periféricos más débiles serán dañados durante una generación (¡supersic!), pero la integración europea es mucho más que intentar compartir una divisa entre paÃses con polÃticas fiscales divergentes (sic) y nula convergencia en productividadâ€.
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A su juicio, “la zona del nuevo marco alemán†se desempeñará convenientemente y es “donde el crecimiento es ahora vigorosoâ€.
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La eurozona sufrirá forcejeos, “pero los efectos positivos de la devaluación de las tasas de cambio serán redescubiertas, por lo menos para aquellos con mucha deudaâ€.
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A nuestro juicio, lo inconveniente de este “escenario extremo†es que balcaniza de facto a Europa mediante una extraña lÃnea divisoria tanto latina como sureña (con excepción de Irlanda y la mitad de Bélgica de por sà balcanizada avant la lettre) y en su mayorÃa católica (incluyendo a Irlanda y la mitad de Bélgica), es decir, retorna la tesis social-religiosa de Max Weber (La ética protestante y el espÃritu del capitalismo) ahora con enfoque monetarista-fiscalista.
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Peor: se trata de un regalo envenenado de los fiscalistas británicos neoliberales, quienes buscan en última instancia la salvación de la City, más insolvente que nunca, mediante un darwinismo financierista.
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Que en la Alemania unificada exista un empate técnico entre católicos y protestantes (cada uno con 34 por ciento de creyentes, según la CIA) es otro tema que pone en tela de juicio al neoweberismo hungtingtoniano fiscalista.
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Por cierto, el texto aludido de la columna Lex arremete contra la estructura de un voto por paÃs del gobierno del BCE que “crea la percepción de un dominio del Club Med†(léase: un eufemismo británico de los “latinos sureños católicosâ€): en el “consejo de gobierno de 22 personas, ocho de los 16 representantes nacionales y cuatro miembros del staff del banco provienen de tierras con costas en o muy cerca (sic) del Mediterráneo. Irlanda es ahora un sureño (¡supersic!) honorarioâ€.
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El británico y anterior economista en jefe del FMI, experto en crisis financieras, Johnson, en otro artÃculo en solitario (Baseline Scenario, 2/12/10) aborda el grado de “probabilidad de una quiebra inminente de la eurozonaâ€.
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Considera que una lectura minuciosa de la declaración de los ministros europeos “vislumbra vivir las futuras crisis de la eurozona en dos tiposâ€: los “solventes†y los “insolventesâ€, lo cual desembocarÃa “en la creación de una coalición austera (una Liga Hanseática modificada) de Alemania, Austria, Finlandia, Estonia y algunos pequeños paÃses†–un tanto cuanto el cuarto escenario referido.
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Admite que “el FMI y la UE juntos poseen dinero suficiente para ayudar a Portugal y a España, en caso necesario. Pero no tienen fondos suficientes para lidiar con Italia, Bélgica y otros grandes paÃses (léase: Francia) en caso de una secuencia de crisis el año entranteâ€.
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El problema es que el FMI no dispone efectivo por más de un millón de millones de dólares (un trillón en anglosajón) y “palidece cuando se inicia una discusión para comprometer 500 mil millones de dólaresâ€. ¿A quién recurrir en caso de zozobra? La lista es corta: “China, Abu Dhabi, Arabia Saudita y, quizá, Singapur, Rusia y muy pocos otrosâ€.
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El FMI puede crear su propio dinero, los “derechos especiales de giroâ€, pero a juicio de Johnson no es el momento polÃtico propicio para ello, como no lo es el alza de los impuestos en Alemania que pueden dislocar su gobernabilidad.
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Johnson adopta la teorÃa del efecto dominó para la eurozona, donde las fichas se derrumban en forma secuencial, al estilo de la crisis asiática de 1997.
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¿Se resignarán Francia y Alemania a la balcanización de la eurozona y, por ende, del euro, que parece anhelar la prensa británica para “redireccionar†los capitales globales a la City y a Wall Street, otro género seudoweberiano de “la guerra de las divisas�
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