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2012: ¡Qué opciones!
Narcos: Plata o plomo. Sistema:
Votos o balas.
Ultima ratio regnum.
(Último argumento de los reyes)
Grabado en los cañones de Luis XIX
Dentro de ocho meses, el Instituto Federal Electoral (IFE) acometerá en firme la agenda preparatoria de las próximas elecciones generales. Dentro de 15 meses, México enfrentará el desafío de las urnas para elegir un nuevo presidente de la República. Si nos ponemos exigentes, en vez de nuevo, deberíamos decir, simplemente, un presidente de la República. Estamos, pues, a la vuelta de la esquina para saber si el proceso de ingobernabilidad se profundiza o si el resultado electoral logra contenerlo; que revertirlo ocupará más tiempo y, sobre todo, de autoridad legal y legítima, y voluntad política. La moneda está en el aire.
El Estado no es un
montón de fragmentos
El alucinante tema nos incita a bucear en el estado que guarda la nación -preferimos entender ésta como comunidad política- y no oponemos la menor resistencia para remitirnos a la sabiduría de don Jesús Reyes Heroles aún antes de que el Partido Revolucionario Institucional fuera expulsado del poder presidencial. O, quizá, advirtiendo esta fatalidad. El Estado federal, precisó el ilustre tuxpeño, no es un montón de fragmentos carentes de sentido, desconectados; ni el Estado es un ser inanimado, inmóvil, por sus contradicciones internas, neutralizado por un manejo de intereses antitéticos o contrapuestos: El Estado es substancia y debe ser fuerza regida por el derecho y obediente a los intereses populares. El PRI no escuchó y, con el pecado, carga la penitencia.
Dante nos adelantó un retrato del México 2012.
Pero dijo más Reyes Heroles refiriéndose al gobierno: Siguiendo líneas ajenas, indefectiblemente se acaba por carecer de línea propia. Medrosos regímenes que se refugian o simulan tal pretensión; abrigan apetitos totalitarios o están dispuestos a renunciar a lo que es gobierno, a la unidad de acción estatal y caer en aquello que en nuestros días se llama policracia: el poder de muchos fuertes o que aparentan fuerza; el gobierno de variados poderes o incluso seudopoderes. Cuando ello ocurre, se presenta la paradoja de no gobernar para seguir en el gobierno y, en consecuencia, se origina la impotencia gubernamental. Por supuesto, el Partido Acción Nacional (PAN) no escuchó, aunque haya oído. Después de todo, el PAN, entonces, medraba en la furiosa oposición. Si por curiosidad ahora leyera aquellas palabras, resulta ya demasiado tarde.
Ya galopaba aquí el
neoliberalismo de pastiche
Cuando el ex líder del PRI dijo en voz alta esas juiciosas reflexiones un 5 de febrero de 1979, era secretario de Gobernación. Para entonces, el incipiente neoliberalismo de pastiche vaciaba la médula vertebral del nacionalismo mexicano, que sólo por ósmosis -no más por la acción revolucionaria- intentaba trasmitir a las nuevas generaciones el proyecto nacional sustanciado en la Constitución de 1917.
Echeverría y Díaz Ordaz.
Desde el gobierno de José López Portillo, en la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP), creada a principios de su gestión presidencial, se empezó a preparar el asalto tecnocrático al PRI, en ese momento en efervescencia por la presión de un transitorio e ilusorio pacto obrero-campesino -Confederación de Trabajadores de México (CTM) y Confederación Nacional Campesina (CNC) a la vanguardia- que exigía una reforma económica nacionalista, con el petróleo en auge como poder de negociación en las relaciones con el exterior, desde donde el Fondo Monetario Internacional (FMI) empezaba a imponer su ley en la política económica mexicana.
López Portillo.
Gustavo Díaz Ordaz, ya como ex presidente de México, con la socarronería que lo caracterizaba, había dicho que Luis Echeverría había resultado más inteligente que él: Había escogido mejor a su sucesor. López Portillo pudo haber repetido la expresión del poblano después de haber experimentado las consecuencias de digitalizar a Miguel de la Madrid para su sucesión.
Aparición de la
hormiga atómica
Precisamente, como titular de la SPP, De la Madrid; más bien su tanque pensante en la dependencia, armó una acerada resistencia a las demandas de los movimientos obrero y campesino, que el PRI, bajo la dirigencia del campechano Carlos Sansores Pérez, había hecho suyas, al grado de que abrió un debate cuyo centro de gravedad era la iniciativa para que el tricolor se asumiera como partido de los trabajadores.
En una revisión de las proposiciones hechas particularmente por la CTM, desde Programación y Presupuesto, en el verano de 1980, se remitió a Los Pinos un documento confidencial, previo al último informe de gobierno de López Portillo, en el que sus redactores-detractores reprobaron más de 90 de 100 puntos analizados. La tecnocracia daba desde entonces su declaración de principios y adelantaba su ruta de navegación.
De la Madrid y su delfín.
Aunque De la Madrid, en función de su encargo, se responsabilizara de la firma de dicho documento, ya era evidente que sus autores formaban parte del bloque que en el interior de la SPP capitaneaba Carlos Salinas de Gortari, conocido en Palacio Nacional, sede de dicha secretaría, como la hormiga atómica. El lanzamiento de la candidatura presidencial de De la Madrid, fue el momento auspicioso para que los tecnócratas neoliberales se apoderaran del control del PRI, tomando el mando del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales (IEPES), cuyo cometido era, para efectos prácticos, proponer los programas de acción de los candidatos priistas a puestos de elección popular. Nada más, pero nada menos.
Si se nos permite la licencia, conviene hablar del entorno de la administración de López Portillo en aquellos momentos: Las cuentas nacionales para 1981, en virtud de la bonanza petrolera, reportaban un crecimiento anual del producto interno bruto a partir de 1977 de 8.5 por ciento y el del ingreso per capita de 5 por ciento. Se habían generado cinco millones de empleos (no ocupaciones eventuales) y la masa salarial había crecido también en 5.4 por ciento. El producto agrícola se elevó, entre 1980 y 1981, a una tasa de 18.5 por ciento. Era la imagen de Jauja. Es que la producción de petróleo se había disparado a 1981 en tres veces respecto de la de 1977. Con todo y el ingreso petrolero, para 1982 se anunciaba un margen de endeudamiento de 11 mil millones de dólares. Se explicaba que el saldo total de la deuda externa, que rozaba los 100 millones de dólares, equivalía apenas al dos por ciento del valor de las reservas probadas de hidrocarburos o a 48 meses del valor de las exportaciones petroleras al ritmo y los precios del momento. Pero la reserva de divisas sólo sumaban, a junio, unos cuatro mil millones de dólares.
Apasionada defensa
de los sacadólares
¿Qué pasaba? La respuesta podía darla Ernesto S. Maurer ante los socios del Club Rotario de la Ciudad de México. Quiero, dijo, hablar de los sacadólares: ¿Por qué las alharacas contra los sacadólares? ¿Por qué los estridentes ataques contra los que pusieron a salvo sus ahorros líquidos ante el vendaval del despilfarro y el déficit monstruoso del gobierno? “La realidad es que entre los aquí estamos presentes nadie dudaba desde hace tiempo de que la devaluación se venía inexorablemente. Nada se gana con señalar con índice de fuego al ahorrador que salvó su economía dolarizándose”.
Suave, López Portillo declaró que mientras las divisas ingresaron a México en forma suficiente, el país ha sido tan generoso que una y otra vez ha admitido que el dólar no sólo sirva para lo que técnicamente conviene, sino para que una clase social que dispone de recursos, los use, incluso, para la especulación. No lo dijo López Portillo, pero era un secreto a voces que los funcionarios públicos, sobre todo los de las secretarías de Hacienda, Programación y Presupuesto e Industria y Comercio y del Banco de México, enterados con anticipación de las devaluaciones, eran los primeros en alzarse con el santo y la limosna.
Sería hasta junio de 1982 cuando el titular de la SHCP, Jesús Silva Herzog Flores, en Acapulco, le diría a los banqueros que la crisis que aqueja al país no podrá ser superada por un solo sector: O la resolvemos entre todos, o todos pagaremos caro el precio de la deserción.
General Galván.
Aborta tentativa
de golpe de Estado
En agosto siguiente, en Los Pinos, se prefiguró un golpe de Estado. Las corporaciones del sector privado, invitadas por López Portillo a una reunión dominical de emergencia, aprovecharon la hora crítica para exigir, como contraprestación de la solidaridad que el Presidente les pedía, la renuncia en pleno del llamado gabinete económico. La respuesta la dejó López Portillo para el 1 de septiembre.
No hubo sólo deserción, sobre la que previno Silva Herzog Flores. Hubo traición: Los tecnoburócratas en el primer plano. Nadie resolvió la crisis. Nadie la resuelve. Por eso, la realidad actual contradice la convicción reyesheroliana: El Estado ha quedado convertido en un montón de fragmentos… Para analistas de El Pentágono, el de México entra ya en el rango de Estado fallido, consecuencia de la irracionalidad de la kakistocracia, la envolvente y anárquica acción de la policracia, la supremacía de una inescrupulosa plutocracia y la insaciable rapacidad de la cleptocracia. Y, ¿dónde quedó la democracia?
El infernal
aliento de 2012
El 2012 ya está aquí. Su infernal aliento nos envuelve. Todo poder público dimana del pueblo y se constituye para beneficio de éste: El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno, dice el precioso texto constitucional. Ocho meses, dijimos, restan para que el IFE arranque los preliminares del julio presidencial. Tres consejeros tres le faltan. Mientras que, en la Cámara de Diputados, “la casa del pueblo” (je je je) no termina de deshojarse la fétida margarita para asignar la cuota de partidos, los cuatro consejeros en activo se entretienen disponiendo, a lo que su discrecionalidad administrativa interesa, de remanentes del presupuesto de 2010, en vez de rembolsarlo a la Tesorería de la Federación. Las ventajas de ser órgano autónomo. Para ese teje y maneje de supuestos ahorros sí. Ah, pero espera también, frotándose las manos, que la Suprema Corte de Justicia de la Nación niegue el amparo a intelectuales orgánicos que lo pidieron para impedir la vigencia del 41 Constitucional, que prohíbe a individuos y agrupaciones la contratación de propaganda electoral en medios electrónicos, y le confirme esa facultad exclusiva (al IFE).
A propósito, en jurisprudencia, la Corte Suprema -teóricamente garante de la constitucionalidad de la ley- que las legislaciones electorales deben promulgarse (tiempo diferente al de aprobarse) 90 días antes del inicio de los procesos que van a normar. ¿Le va esto a la Cámara de Diputados? Le vale. Al menos en dos recientes ocasiones, por lo que respecta a la formación del IFE, ha burlado el mandato constitucional. ¿Qué le cuesta alargar el plazo para designar a los consejeros pendientes hasta el último día, si para eso tiene su reloj parlamentario? Ya puede seguir el IFE mocho sesionar dos, cuatro, nueve veces y no pasa nada.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, de su lado, atiende impugnaciones partidistas en procesos estatales y otros chismes, en tanto dedica sus tiempos de ocio, con el Programa de la ONU para el Desarrollo, a impartir talleres de “administración electoral” que, a decir verdad, sólo ellos saben para qué servirán.
Los avisos del
general Galván
Ensimismada la autoridad electoral civil en su propia agenda, parece no recordar que el comandante supremo de las Fuerzas Armadas mexicanas, el presidente designado Felipe Calderón Hinojosa amagó ya con mantener a las tropas en las calles hasta el último día de su sexenio. Para lo que pueda ofrecerse en los inquietantes meses por venir, el secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván Galván, blande un día si y otro también, las cartas de presentación de la carrera de las armas, en los últimos cuatro años muy a la carrera: Está sustentada, dice, en los valores del honor, abnegación, espíritu de cuerpo, valentía, fraternidad y, sobre todo y para siempre, del patriotismo, que nos hizo un Ejército popular íntegro y fiel a las instituciones. Obviamente, la primera lealtad se profesa al Comandante Supremo. “Hombro con hombro”. Éste corresponde: Aumento en las haberes y prestaciones adicionales y más y memores armas. Lo que suena ominoso es lo que destacan algunos medios como pacto alianza cívico-militar.
Memoria del 2006,
según Tony Garza
En la ruta de 2006 a 2012, es preciso tener presente el cable que, unos días antes de hacerse la declaración de presidente designado en septiembre de 2006, según revelaciones de Wikileaks, el embajador Anthony Tony Garza mandó a Washington, avisando que Calderón Hinojosa arribó a Los Pinos en la mayor situación de debilidad posible. “Corremos el riesgo de que asuntos de la mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal e apoyo para que logre imponer su agenda”. En diciembre de 2006, Calderón Hinojosa empezó a imponer su agenda: La militarización del país.
Desde entonces y hasta éste invierno de 2011, las señales de apoyo desde la Casa Blanca han venido acompañadas de larvadas o tácitas amenazas. Sí: Para 2012, la contienda se dará entre dos presagios: plata o plomo, del narco o votos o balas del stablishment. ¡Qué terrible opciones!.
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