LO MEJOR DE BUENOS AIRES:
Hotel Alvear
ENRIQUE CASTILLO-PESADO
ESTE SIMBOLO DE LA ELEGENCIA es indiscutible de la Belle Epoque, fue inaugurado oficialmente en el mes de octubre de 1932, siendo elegido el barrio de La Recoleta para ubicar este resort el cual es considerado como de las zonas más refinadas de la capital argentina.
LA HOSPITALIDAD es excelente, se rodea de la más alta tecnología y la personalización en el servicio todo se distribuye a través de las 197 habitaciones con las que cuenta: 100 suites, 12 salones maravillosos, salas para realizar reuniones de negocios, sin faltar la gastronomía que se ofrece en los mejores restaurantes de la ciudad de Buenos Aires.
Nuevamente, me paseé por los elegantes salones y suites del célebre Alvear de Buenos Aires, un icono hotelero mundial. Se distingue por la majestuosidad de su arquitectura y decoración colocándolo como único en su estilo. Allí se percibe la excelencia del servicio de mayordomo, las amenities de Hermes, flores frescas y frutas; servicio de personal shooper, entre otros. Y para los fumadores de puro, cuentan con uno de los mejores Cigar Bar del planeta.
El concepto del hotel consistió en crear un espacio de lujo para hospedar a la enorme cantidad de visitantes europeos que llegaban en aquella época. Alvear Palace fue dando la muestra del modelo de gran nivel. El responsable de influir con las mejores ideas fue el doctor Miero, quien viajó a Francia para obtener los primeros planos desde París para iniciar con el ambicioso proyecto respaldado por el diseñador Verschere, junto con los arquitectos Pirovano y Brodsky. Este último se responsabilizó del diseño de la hermosa fachada del hotel. Por su parte, los ingenieros Escudero y Ortúzar, el arquitecto Medhurst Thomas y G. E. Harris, se encargaron del proceso de la construcción y decoración del edificio. Por cierto, su feudo culinario La Bourgogne, uno de los más solicitados por la crema y nata de Buenos Aires. Alguien susurró: “Si usted no quiere pagar la cuenta (¿?), puede salirse por la calle de atrás!!!”. El chef ejecutivo es Jean Paul Bondeaux.
Es sorprendente la majestuosidad de las habitaciones y suites, el lobby así como las áreas públicas muestran el estilo Luis XV y Luis XVI, muebles, candelabros de cristal, las paredes decoradas con láminas de oro y obras de arte de reconocidos artistas. Este edificio se erige con 11 niveles y cinco subsuelos que son parte de la estructura del lujoso hotel que se encuentra ubicado en la esquina de la Avenida Alvear y la calle Ayacucho.
LA VISION DE SUTTON
Para conservar la elegancia y el estilo, recientemente el Alvear fue restaurado y reacondicionado y en el año 2003 fue reconocido como Monumento Histórico de la Ciudad de Buenos Aires. Por coincidencia, me encontré en el lobby con el dueño de este magnífico hotel, David Sutton, con quien mantuve una breve conversación. Me enteró de que no tiene ninguna intención de vender su resort, sino todo lo contrario, ya que está desarrollando otros dos proyectos: una torre de condominios (más de 60 pisos) en Puerto Madero, que será el más alto de Buenos Aires (el costo del metro cuadrado oscila entre 4 y 6 mil dólares), y la creación de un condominio—hotel (Alvear, Hotel & Residences, torre de 33 pisos, cuya inauguración está prevista para el 2014( y departamentos habitacionales, para viajeros ejecutivos y yuppies).
Otro comentario de David Sutton: “Mire, Enrique, aquí se acaba de celebrar una reunión de los hombres más ricos del orbe”. Y agregó: “Enrique, este evento se conoce aquí también como la ´Reunión de Padres e Hijos´. Por cierto, aquí estuvieron Bill Gates, Warren Buffet, Carlos Slim y familia; Rupert Murdoch, Amancio Ortega y Emilio Botín, entre otros. ¿Ya te podrás imaginar como fue la inolvidable noche”. Y cómo no se van a reunir estos empresarios si el hotel cumple con el máximo estándar de la excelencia internacional. ¿Qué personalidades han disfrutado de las instalaciones del Alvear? Les diré que Walt Disney, Bob Dylan, Ted Turner, Karl Lagarfeld, Salma Hayek, Antonio Banderas, Melanie Griffith, Claudia Schiffer, presidentes y embajadores de todo el mundo y, por supuesto, empresarios, gente del espectáculo y del mundo deportivo.
METRÓPOLI QUE CAUTIVA
Es un verdadero placer regresar a la ciudad de Buenos Aires, Argentina, gracias a LAN. Este gusto lo comparto con Olga Petroni y Eugenia Santos, dos pilares de la hotelería argentina. Con ellas y con cientos de miles de argentinos y visitantes, comparto siempre el gozo de la nostalgia. Uno siempre tiene alguna historia cuando habla de “No llores por mí Argentina”. Sus barrios elegantes (Alvear, La Recoleta, Palermo Chico y Palermo, etcétera), la zona histórica, sus espacios arquitectónicos y turísticos, son de una metrópoli avasallante.
Es, simplemente, una ciudad que cautiva los sentidos de cualquier viajero. En 1969 llegué por primera vez a Buenos Aires. El viaje sería por una semana. Mi estancia terminó después de diez meses en Palermo Chico y trabajaba en el diario La Prensa, de la familia Gainza Paz. Conocí después a Jorge Luis Borges, Héctor J. Cámpora (que llegó a la presidencia sólo por dos meses y luego se fue de embajador a México), Nacha Guevara, Alberto Favero, Sandro, Alberto Cortés, Valeria Lynch, Gabriela Sabatini, al Flaco Menotti, Manuel Puig, Mauricio Macri (alcalde de Buenos Aires) Augusto Paz y a muchos otros argentinos célebres.
El tiempo ha sido testigo de la transformación de Buenos Aires, pero conserva la esencia del pasado que se combina con el presente. En esta ocasión les hablo del Barrio de la Recoleta, porque esta considerado como el más prestigioso de la capital argentina, por su estilo y su imagen, que muestra el lujo que le distingue hasta pensar que el metro cuadrado resulta ser de los más caros de la ciudad.
EL PARIS DE AMERICA
Para hacer más interesante el recorrido por la Recoleta, es conveniente adentrarse en su historia que se originó gracias a la presencia de los Padres Recoletos, quienes eran integrantes de la comunidad franciscana; ellos fueron los fundadores del convento y la iglesia dedicada a Nuestra Señora del Pilar casi al finalizar el siglo XVIII. En el siglo XIX, el lugar fue adquiriendo elegancia que atrajo a las familias ricas, poderosas económicamente y de la “alta alcurnia”, por lo que se fueron construyendo mansiones, casas, así como hoteles de lujo. Todo este desarrollo hizo que a Buenos Aires se le llamara también la París de América por sus edificios tradicionales y modernos. Por cierto, recomiendo caminar por el Paseo de la Recoleta porque se van a encontrar con dos hoteles--boutique de antología: Mio Hotel (Av. Quintana y Ayacucho) o el Alghodon (Quintana y Montevideo).
Otro dato de la Recoleta: esta es parte de la zona conocida como Barrio Norte donde se concentra la mayor parte de la vida cultural de Buenos Aires. Aquí se ubica, además de los monumentos históricos, el Museo Nacional de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional y el Centro Cultural Recoleta. Agrego que una de las principales atracciones turísticas de la zona, es el cementerio de la Recoleta; el diseño, de estilo francés, estuvo a cargo de Prosper Catelin por iniciativa del presidente Bernardino Rivadavia. Este cementerio se inauguró en el año de 1822, consta de una arquitectura funeraria del siglo XIX, aquí se encuentran los restos de diversos protagonistas de la historia de Argentina. Allí está enterrada Evita y su tumba es una de las más visitadas a nivel mundial.
Entre las avenidas más elegantes, comento que la del Libertador es una de ellas y allí se encuentra el Museo Nacional de Bellas Artes, donde se puede admirar una exposición permanente de obras de arte que tienen un valor incalculable. Por la calle Posadas, se ubica el Palais de Glace, que fue sede de la pista sobre hielo a principios del siglo XX. Posteriormente, se transformó en el gran centro de exposiciones multimedia, un sitio dedicado a exposiciones y eventos culturales de diferentes expresiones. En esta avenida se encuentra también el remozado y famoso Teatro Colón, todo un orgullo para los bonaerenses.
CAFÉ TORTONI
Dentro de las atracciones del barrio de la Recoleta, también hay instituciones educativas de gran prestigio, con algunos años de antigüedad, en la capital. Entre estas escuelas destaca la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, las facultades de Medicina, Derecho, Ciencias Sociales, entre otras, de la Universidad de Buenos Aires. Desde el Alvear se puede ir al Patio Bullrich, al Café Tortoni y a la famosa Biela, ambos, todos, unos clásicos de Buenos Aires, ciudad que he visitado en cuarenta ocasiones.
El Tortoni es el modelo del café porteño. Se inauguró a finales de 1858 y era frecuentado por un grupo de pintores, escritores, periodistas y músicos. Parece que el tiempo se detuvo en este café porque la gente que lo visita actualmente se da la oportunidad de jugar billar, a las cartas o únicamente se toman el café con los amigos. Este era el lugar preferido de Jorge Luis Borges quien le agradaba charlar con otro de los grandes personajes como Centeya; Julio Decaro, Carlos Mastronardi o Carlos Cañas, quien dibujaba el placer de una mesa compartida. No pudo faltar la presencia del máximo exponente del tango. Me refiero a Carlos Gardel. En uno de los muros del Café Tortoni, se puede apreciar la dedicación hecha a la notable poetisa Alfonsina Storni. Hay una mesa donde uno observa a Borges, Gardel y la Storni (hechos en cera) como si estuvieran dando la bienvenida a los clientes.
La Biela ha escrito su propia historia. Su origen se dio cuando un español bautizó el espacio como Viridita porque era una angosta vereda con sólo dieciocho mesas, después creció con el nombre de Aerobar y se dio a conocer posteriormente como La Biela al finalizar la era de los años 50. Es y ha sido, a lo largo de los años, el punto de encuentro de los héroes y fanáticos del automovilismo. Allí se han dado cita intelectuales, artistas, políticos y, sobre todo, turistas. La Biela es parte del paisaje y motor de la vida social en La Recoleta.
Por ultimo, Alvear (léase: The Leading Hotels of the World) está reconocido como uno de los 20 mejores y más distinguidos hoteles del mundo. Y hasta la próxima, ¡abur!
|
RSS Comentarios