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Ediciòn 289

DEFINICIONES
MANUEL MAGAÑA CONTRERAS
(Exclusivo para Voces del Periodista)

 

La libertad que jamás toleran los

tiranos es la libertad de expresión

 

 

HACE UN SIGLO -EL DOMINGO 14 DE JULIO DE 1912- el creador de periodismo moderno en México , propietario y director de El País, Don Trinidad Sánchez Santos, al salir de la cárcel después de haber sido  reducido a prisión y golpeado en los inicios del maderismo, pronunció un discurso que viene a la memoria, con motivo  de la “cacería de brujas” internacional  de que viene siendo objeto el fundador de  Wikileaks, Julián Assange, asilado, al momento de escribir esta nota, en la Embajada del Ecuador en Londres, Inglaterra.

Sánchez Santos, en la ocasión citada fue objeto de un homenaje que le ofrecieron sus amigos y colaboradores luego de abandonar la prisión, dijo en el principio de su discurso de agradecimiento  a la solidaridad que se le manifestó:

De todos los afluentes que forman la civilización, el único incompatible  con el despotismo es la libertad de la palabra, especialmente de la palabra impresa. Todas las demás libertades, salubres y legítimas unas, morbosas  y aún criminales otras, han tenido  algunas veces en el curso doloroso  de la vida, en el ‘valle de lágrimas’, déspotas tolerantes, hasta amigos y hasta protectores. Sólo el pensamiento -la palabra-  fue siempre, es y será odiado, viperinamente odiado, por toda tiranía“.

Enfatizó que “la libertad de la palabra, de pensamiento...  no ha recibido la protección de un solo déspota”.

Muerte o cadena perpetua

A cien años de haber pronunciado estos conceptos Trinidad Sánchez Santos, cobran actualidad, porque en la troika integrada por  EU, Inglaterra y  Suecia conocido es mundialmente que no sólo existen libertades legítimas, sino también “libertinajes”  que rebasan la violación de normas éticas y naturales y que las costumbres  que se califican de corrompidos, reciben amplia protección, como el consumo de drogas y un hedonismo  que amenaza con disolver a la sociedad.

periodista

Sin embargo, en el caso de Julián Assange, quien difundió por su sitio Wikileaks documentos sobre el intervencionismo norteamericano en el mundo, es algo que no se tolera y -al momento de redactar esta nota- se pretendía triangular el itinerario entre Inglaterra,  Suecia y los Estados Unidos. Aquí se le pretende aplicar leyes tipo macarthismo norteamericano, para sentarlo en el banquillo de los acusados, acusado de “terrorista” y luego condenarlo a muerte o, “si hay suerte”,  tenerlo tras las rejas  para el resto de su vida.

Amenaza mundial al periodismo

Conociendo como conocemos a los lacayos  de los EU, de consumarse la sentencia de muerte o la prisión a perpetuidad de parte Washington  contra Julián Assange, tal cosa significaría llevar al mundo a una era de opresión del periodismo, con el pretexto de la “seguridad nacional”, a costa de los derechos humanos. La libertad de la palabra escrita entraría en un largo período de sufrimientos y  las libertades de los pueblos sufrirían mengua considerable, puesto que la Libertad de Expresión  es la base de todas las libertades en los países democráticos.

No faltan opiniones en nuestro gremio periodístico, en el sentido de que “mientras se le niegue el salvoconducto a Assange, la Libertad de Expresión, en cierta forma, se siente encarcelada, porque, hay que reiterarlo,  existen muchos lacayos que exageran y, en este caso, para quedar bien con Washington, en relación a la espada de Damocles que se cierne sobre el fundador de Wikileaks,   se esforzarían en crear cadenas a la Libertad de Expresión en los países donde gobiernen tiranos adictos al imperialismo gringo.

Imperio en entredicho

La fuerza de la palabra escrita es tal, que, al momento de escribir esta nota, cuando aun no se vislumbraba la solución esperada, o sea el salvoconducto de Inglaterra para que Assange reciba asilo en Ecuador,  las contradicciones que ahora caracterizan al “sueño norteamericano” -al que muchos califican de “pesadilla”-,  saltan a la vista  y el deterioro en el campo de la judicatura internacional y la diplomacia tanto del vecino país del norte, como de Suecia, han caído al nivel más bajo.

Inglaterra, por su parte,  de la que siempre han dicho los historiadores internacionales que ella y los EU, forman un solo imperialismo, el anglo-norteamericano, se empeñó, desde un principio,  en violar el derecho internacional,  mismo que, en el capítulo 22 de la Convención de Viena, sobre Relaciones Internacionales, dice desde 1961  que una sede diplomática es intocable  para al Estado anfitrión.

Los ingleses argumentan que tienen “la fuerza legal”, para entrar a la embajada de Ecuador, detener y conducir a prisión a Julián Assange en  Londres, para después entregarlo a Suecia y finalmente, este país, ponerlo en manos de los EU, donde se le juzgaría y condenaría a muerte  o a prisión perpetua.

Assange benefactor de la Humanidad

Julián Assange tiene el mérito de haber dado a conocer  a nivel mundial documentos secretos de la diplomacia norteamericana  y papeles que, de acuerdo a lo que se ha publicado  en varias ocasiones, ponen de manifiesto los “crimenes de guerra” en que ha incurrido el vecino país del norte, tanto en Afganistán, como en Irak y  otras naciones.

La medida que los documentos difundidos por Wikilileaks han dado a conocer la injerencia de los EU en el mundo, resulta de alto interés positivo para millones de seres humanos que tenemos el derecho a estar informados. Un periodista, como Assange y cualquier otro colega, tiene el derecho y el deber de informar, porque la esencia del periodismo es esa, servir a la sociedad a través de la información, el análisis y la conclusión, sobre todo tratándose de hechos  de tanto interés para la Humanidad, como lo difundidos por Julián Assange.

El artículo 22  de la Convención de Viena es bien claro, al expresar que los locales  de las misiones diplomáticas son inviolables  y los agentes del Estado recetor no podrán penetrar  en ellos sin el consentimiento del jefe de la misión.

Protesta en todo el mundo

El crimen que se pretende cometer contra  Julián Assange, por el “delito” de difundir información del interés de millones de personas  en los cinco continentes, ha despertado una oleada de protestas en los cinco continentes, tanto en Europa, como en el continente americano, especialmente.

Assange

La Humanidad desea estar informada y Julián Assange ha hecho así un beneficio a millones de seres humanos en el mundo. La Civilización, para serlo, requiere de la libertad de expresión. El domingo 19 de agosto, al salir Assange a una ventan de la sede de Ecuador en Londres, para solicitar a los EU que cese su “cacería de brujas”, se puso de relieve el interés de la sociedad por evitar que se haga víctima al fundador de Wikileaks de las iras del Tío Sam, el cual no tolera la libertad de expresión con todos los déspotas.

Sin libertad de expresión no pueden existir otras libertades fundamentales de los países democráticos. La suerte del periodismo en el mundo depende  de la suerte que corra Julian Assange, víctima de una “cacería de brujas”  de EU, Inglaterra y Suecia.

Dicho lo anterior, a sabiendas de que en este “affaire” o triangulación EE-Inglaterra Suecia que se pretende, según evidencias. EU, tira la piedra  esconde la mano y dice, por conducto de su Departamento de Estrado,  que “nada tiene que ver Wikileaks con Suecia”. En esta trama serán los hechos  los que dirán la última palabra.



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