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Ediciòn 293

Mexicanos,

los peores enemigos de la naturaleza
RAMI SCHWARTZ

 

NO HAY PEORES ENEMIGOS DE LA NATURALEZA QUE LOS MEXICANOS. Nadie odia más a la madre naturaleza que aquellos que habitan desde el Río Bravo hasta el Suchiate. En ningún lugar las pobres criaturas sufren más peligro de extinción que en México. En ningún lugar se da un holocausto contra las criaturas de la naturaleza con en México.

Rami

Qué ganas de decirles a las tortugas, águilas, venados, zorros o búhos que no aniden en nuestros árboles, que no deshoven en nuestras playas, que no tengan sus crías en nuestros bosques porque los van a matar, a palos, con saña, a sacarles las entrañas, a robarles sus huevos. Qué ganas de hacer un arca de Noe donde subirlos a todos los animales y llevarlos a lugares seguros, donde no sean blanco de hueveros, de depredadores, de cazadores furtivos, de traficantes de especies, de políticos corruptos, de la familia Hank González, de animales con cuerpo de humanos.

¿Pero qué podemos esperar del pueblo más violento del planeta?, ¿si no respetan la vida humana, si torturan y descuartizan humanos, si les cortan la cabeza poco a poco con cuchillos para prolongar su agonía, ¿Qué les espera a los pobres e indefensos animales?

Esta una nota de Reforma… “Cabo Corrientes, Jalisco (15 octubre 2012).- Cada noche, desde hace casi tres meses, las costas de Jalisco y Nayarit son escenario de un crimen ambiental que amenaza los esfuerzos de conservación: la matanza de tortugas marinas.

Para Blanca Alicia Bojórquez Martínez, coordinadora de extensión del Centro Universitario de Ciencias Biológico y Agropecuarias (CUCBA) de la UdeG, el ritmo de las matanzas es tan elevado que neutraliza los efectos positivos de una década de campamentos tortugueros.

"Con los datos que tenemos parece que el trabajo de conservación que hemos estado realizando ha sido, casi, casi, para los tortugueros", expresó.

Desde las playas de San Blas, en Nayarit, hasta las de Cihuatlán, en Jalisco, pasando por las de La Huerta, Tomatlán y Cabo Corrientes, los campamentos tortugueros que tiene la Universidad de Guadalajara (UdeG) estiman un incremento en el sacrificio de quelonios en hasta un 30 por ciento respecto a los años previos.

Aunque no se cuenta con cifras oficiales, tan sólo en el Playón de Mismaloya, en Tomatlán, una zona que de acuerdo con el gobierno federal es un santuario natural protegido desde hace un cuarto de siglo, los voluntarios que patrullan la arena han constatado el sacrifico de 140 tortugas marinas en lo que va de la temporada de arribazón que comenzó en julio.

Sin embargo, de acuerdo con Antonio Trejo Robles, investigador de la UdeG y coordinador de los campamentos de la costa sur de Jalisco, debido a que en la mayoría de las ocasiones las tortugas no son asesinadas en la playa, sino en otro lugar, la cantidad de sacrificios en esa zona podría ser superior a los 350 animales.

"Ahora se está dando mucho que levantan a las tortugas, vemos sus rastros desde que salen del mar a desovar, pero luego ya no hay rastro de regreso, se las llevan al monte y ahí las destazan, o al pueblo (de donde vengan)", lamentó.

"Hay como un rumor ahorita en toda la costa, de que hay mucha tortuga y lamentablemente las están matando mucho, como hace años que no veíamos".

¿Y qué hace al respecto el gobierno federal y los gobiernos locales? Absolutamente nada y ¿porque? Muy sencillo, porque las tortugas no tienen dinero con que corromper a las autoridades. Por el contrario, son los hueveros, los cazadores furtivos, los traficantes de especies como la familia Hank González los que tienen los recursos para corromper a las autoridades y que estas se sigan haciendo de la vista gorda ante el holocausto ecológico que estamos haciendo en esta tierra que alguna vez fue la tercera con mayor biodiversidad. Ahora vamos camino a ser un desierto, sin fauna, sin flora, con bosques, ríos y mares llenos de basura y cadáveres de animales y caparazones vacíos.

Por eso decimos, no hay peores enemigos de la naturaleza que los mexicanos, nadie odia más a los animales que los mexicanos. Hay honrosas excepciones, pero en general, nadie mata más y mejor que los que habitamos entre el Río Bravo y el Suchiate. Eso sí tenemos, en eso sí somos competitivos, en eso si ocupamos un honroso primer lugar, estamos creando el mayor holocausto en contra de la naturaleza que jamás se haya visto.

Y claro, no van a faltar los que digan que no se puede generalizar, los que nos comparen con Timbuktú y digan que los timbukteanos también matan, los que justifiquen nuestra crueldad contra la naturaleza con causas como la miseria, la ignorancia y demás. La realidad es una y solo una, para los pobres animalitos somos unos nazis implacables y nada altera esta triste realidad.



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