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Edición 306

La “misericordia”islámica

(o, de cómo España y Pakistán

quieren asesinar a un artista)

 HÉCTOR CHAVARRÍA

 

             En el nombre de Dios, el compasivo, 
el misericordioso...”
(Invocación al principio de todos 
los suras coránicos, excepto el IX).

 

   “Porque quien salva una vida 
es como si salvara a la humanidad.”
El Talmud y El Corán.

 

CINCO VECES AL DÍA, de acuerdo al ritual musulmán, los fieles son llamados a la oración y esta convocatoria siempre comienza con la cita sobre la misericordia de Dios: Bismillahi’rrahmani’rrahim... en el nombre de... etcétera. 



Imran Firasat

Mientras eso ocurre de boca para afuera en el completo ámbito del Islam, en el mundo que no comulga con sus ideas -con todo el derecho que da la Libertad de Expresión- los seguidores fundamentalistas fanáticos de este credo, en contraposición al verbo, reparten generosamente el terrorismo en la tergiversada Jihad de sus líderes... al mismo tiempo y con la misma “liberalidad” el clero gobernante en los países musulmanes donde se han hecho con el poder, impone condenas de muerte para todos aquellos que mencionen al profeta Mohamed de cualquier manera que ellos consideren impropia, insultante o blasfema, como si Mahoma fuera su dios y no su profeta, como marca su propio libro sagrado El Corán. Y expresa su fórmula de conversión (Shahada): “Profeso que no hay otro dios que dios y que Mahoma es el enviado (profeta) de dios.” 

Obra dudosamente atribuida al propio Mahoma (que según se dice era analfabeta), cuyo título puede traducirse como “la lectura”, “la recitación”, etcétera. El árabe, como el japonés y el hebreo, es un idioma rico en significados. 

Como suele ocurrir con estas posturas fundamentalistas, se deben a las muchas interpretaciones personales dadas a un texto bastante oscuro que puede ser “entendido” desde diversos ángulos y, cuando las “traducciones” individuales de algún “estudioso”, (obviamente religioso), interfieren con los juicios imparciales... el resultado suele ser sangriento, como muestra la historia mundial. 

Imran Firasat, artista, crítico; víctima 

Imran Firasat nació en Pakistán y fue educado como musulmán. Viajó a Europa y terminó afincándose en España, donde estudió cine y diseño gráfico, desencantado del culto islámico que a su libre juicio y viviendo en una democracia, ahora le parecía muy injusto; también renunció al Islam, se convirtió al cristianismo y solicitó asilo en aquel país. Las autoridades ibéricas le concedieron la protección y le dieron carácter de residente, con todos los derechos que esto concede... así él pudo seguir estudiando, trabajando y supuestamente ejerciendo su derecho a la Libertad de Expresión. 



Todo iba bien y en paz para el artista paquistaní, hasta que inició una crítica en serio de la religión islámica fundamentalista; según sus propias palabras porque es necesario denunciar los crímenes del terrorismo, los radicales que no aceptan que se critique su interpretación de la doctrina del profeta catalogaron a Imran Firasat de renegado, blasfemo y apóstata... aún más rápido que a Salman Rushdie, lo condenaron a muerte en su país. 

Dada la distancia y su carácter de refugiado el joven artista parecía estar a salvo, hasta que el nuevo gobierno español tomó cartas en el asunto... 

El ministerio del Interior calificó a Imran Firasat como un peligro para la seguridad nacional de España. Le retiró de inmediato su tarjeta de residente, su permiso de trabajo y por lo tanto perdió su calidad de refugiado... 

Como un ilegal en el país que le había dado asilo Imran Firasat puede ser detenido por las autoridades y, deportado de inmediato a Pakistán. 

Eso equivale a una sentencia de muerte para el artista quien ya ha sido condenado a la pena capital por los radicales islamistas. 

Pero, ¿qué les pasa a los españoles? 

Al parecer el gobierno español está muerto de miedo ante la amenaza del terrorismo y listo para hacer lo que los terroristas deseen... 



Luego de despojarlo de su asilo, las autoridades españolas le dieron a Imran Firasat un mes para presentar un recurso de apelación, pero mientras lo hacía fue despojado de sus documentos y convertido de inmediato en un  indocumentado ilegal que puede ser deportado... al parecer esto buscaba dejar contentos a los musulmanes radicales; la persecución inicial no parecía suficiente. Como si hubiera prisa por deportar al artista sin siquiera esperar el tiempo reglamentario para la sentencia de la Audiencia Nacional sobre la apelación realizada por Imran Firasat.

Y nuevamente surge la pregunta; ¿qué les pasa a los españoles? 

El propio Imran Firasat declara: “Esto que me está pasando es a causa de mis críticas al Islam. Mi situación legal en España no fue revocada por haber cometido un delito sancionado por la legislación española; soy perseguido por mi oposición al Islam. Parece ser que expresar nuestra opinión sobre el Islam en Occidente ha sido declarado como un crimen oficial.”

La siguiente pregunta obligada ante esta situación es; ¿dónde quedó la Libertad de Expresión en un país occidental supuestamente democrático? Y una más: ¿el Estado español se está convirtiendo en cómplice de homicidio? 

¿El temor frenará al terrorismo?

Es un hecho que las actitudes temerosas de los países occidentales no van a calmar la furia de los asesinos fundamentalistas quienes han equiparado a su profeta con su deidad en una particular interpretación dada a las masas ignorantes e intolerantes. 


“Amigos estoy triste: ¿dónde quedó mi derecho a la libertad de expresión? ¿Por qué en vez de estar protegido soy perseguido por las autoridades españolas? ¿Es un crimen ahora decir la verdad sobre las atrocidades del Islam? ¿Voy a morir a causa de mis opiniones expresadas libremente? Si soy deportado, luego no habrá quien se atreva a luchar de manera pública contra la ideología violenta del islamismo y, esa es una manera de someterse con mansedumbre al Islam.”(Imran Firasat).

Esta sección del Islam carece de sentido del humor, no soporta la crítica, es fanático y predispuesto al asesinato, consideran un deber sagrado matar a los infieles y desea ser muerto a su vez al grito de “dios es grande” para así ingresar al paraíso (reservado a los hombres porque las mujeres no son humanas según ellos), consideran un deber sagrado imponer su superstición y su ignorancia. 

Esos fanáticos no van a detenerse por el temor de sus antagonistas, como no se detuvieron los nazis por la actitud timorata de franceses e ingleses quienes esgrimían la necesidad de la tolerancia para arreglar la paz... Adolf Hitler habría contestado desde el Mein Kampf: “La tolerancia es el refugio del hombre sin convicciones.” 

Hoy Adolf está muerto, también Mahoma; los neonazis son unos payasos lastimeros, pero los islamistas que han “endiosado” a su profeta siguen intentando imponer las absurdas ideas de un camellero epiléptico y un monje cristiano nestoriano refugiado, el cual si sabía escribir... 

Cuando se reprime con asesinatos la Libertad de Expresión o la diversidad de opiniones, se vulnera el más elemental de los derechos humanos. Y, los periodistas sabemos bastante de eso.



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