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Edición 309
Escrito por Svetlana Mironyuk   
Lunes, 16 de Septiembre de 2013 20:41

DÉCIMA CUMBRE DE VALDAI:

Una cita de ideas y emociones



EL PAÍS Y EL MUNDO no son los mismos que hace un año. ¿De qué hablarán esta vez los prestigiosos expertos internacionales que acudirán a la décima cumbre del Club Internacional de Debates Valdai?



Svetlana Mironyuk


SVETLANA MIRONYUK, redactora en jefe de la agencia rusa de información internacional RIA Novosti, uno de los organizadores del Club Valdai, reveló algunos de los secretos del foro a celebrarse en septiembre.

De primera mano

- La idea del club consistía en reunir a los especialistas en temas rusos y promover tanto los debates regulares entre ellos como los encuentros con destacadas personalidades en Rusia para que, de esta manera, obtengan de primera mano la información para sus publicaciones. ¿Ha tenido éxito esta idea?

- Hoy, diez años después de la fundación del Club Valdai, podemos no sólo decir que la idea ha tenido éxito, sino que ha resultado mucho más fructífera de lo que esperábamos. Si dejamos a un lado los tópicos y estereotipos que pintan a Rusia como un país donde los osos deambulan por la Plaza Roja (que es la percepción de la política actual de nuestro país en los medios extranjeros), en los centros educativos, políticos y de investigación, se forma gracias a la actividad de un restringido círculo de especialistas sobre Rusia.

Son expertos de prestigio internacional, sus libros y artículos influyen de manera decisiva en la percepción de Rusia por parte de las élites; una percepción, por lo demás, muy reticente al cambio. Al idear el proyecto del club de debates partimos de que la imagen de la Rusia actual está hasta cierto punto empañada y deformada por las reminiscencias soviéticas y que nos gustaría presentar una imagen más fiel.

Para esto hace falta eliminar intermediarios en el proceso de divulgación de la información. Hay que crear un acceso directo a la misma a través de un diálogo abierto con los que están en el poder y con sus opositores políticos (desde el presidente y primer ministro hasta los legisladores, desde los gobernadores de provincias hasta los líderes de la oposición) con todos los que ven el paisaje político nacional desde dentro.

- ¿Ha funcionado?

- En diez años el grupo de treinta politólogos de todo el mundo que se reunieron en 2004 con el presidente ruso Vladimir Putin en las orillas del lago ruso Valdai, al cual debe su nombre, ha crecido hasta convertirse en una amplia comunidad de expertos independientes. Ya no se dan tantas interpretaciones disparatadas de la realidad rusa. Aunque no nos engañemos: muchos criticaron la idea viendo en ella un intento de pintar la realidad de color de rosa, pero nada de eso ocurrió.

Como un péndulo

-¿Cree que los encuentros auspiciados por el club también son útiles para los expertos y los políticos rusos?

-Creo que sí, porque ayuda a asimilar la idea de que el mundo no es en blanco y negro. En algunos sectores opositores en Rusia estaba muy arraigada la creencia de que Occidente, ante su primera queja o solicitud de ayuda, ejercería cualquier presión al gobierno ruso, cancelaría todos los contratos, impondría un embargo económico, un boicot, lo que sea. Ahora ni los opositores más acérrimos piensan que los colegas occidentales son tan fáciles de manipular solicitando un ‘castigo’ para las autoridades rusas en los momentos de crisis política.



- En los últimos años nos enfrentamos a otra tendencia, justo la contraria: apelar a Occidente se considera ‘pasado de moda’ e incluso podría ser peligroso a raíz de la campaña contra los “agentes extranjeros”. De ahí que, según los sondeos, en la sociedad rusa crezca la percepción negativa de Occidente.

- Esto no tiene nada que ver con el funcionamiento del Club Valdai. Son unos procesos internos que tienen lugar en nuestra sociedad. Es como un péndulo que primero va hacia un lado y luego hacia el opuesto. No sucede sólo en Rusia, muchos países, en particular los de Europa del Este, vivieron momentos de intensa admiración por Occidente seguidos por períodos de una profunda decepción. Luego se alcanza un equilibrio. Creo que esto fue muy evidente en el caso de Polonia. Ahora Rusia está viviendo un momento similar.

Lo cortés no debe quitar lo valiente

- Últimamente, el Club Valdai amplió sus actividades: además de las reuniones anuales se celebran muchos eventos durante el año dedicados a temas muy variados, desde los problemas económicos de Rusia hasta la situación en Oriente Próximo. Pero a la plataforma, por ser una iniciativa nueva y rusa, le cuesta abrirse paso a nivel mundial, obtener subvenciones ya repartidas entre los ‘gigantes’ y ganarse la confianza donde la percepción de Rusia sigue siendo negativa.

- En estos diez años, creo, conseguimos superar la desconfianza e ideas preconcebidas de la comunidad internacional de expertos. Después de muchos años de trabajo hemos podido crear una fundación que acepta donaciones de las organizaciones y personas físicas, que se destinan para financiar los proyectos del Club Valdai. Este mecanismo empezó a funcionar en 2011 y no tardó en dar su fruto, ya contamos con varios informes de gran resonancia. Uno de los más relevantes es el proyecto ‘Élite rusa 2020’. Un grupo de investigadores rusos y estadounidenses analizó los valores, los objetivos y las posturas ideológicas de las élites rusas desde la desintegración de la Unión Soviética, para, a partir de las tendencias reveladas, realizar pronósticos sobre el desarrollo del país en los próximos años. Es curioso que la visión de los procesos internos en Rusia desde fuera coincide en muchos puntos con la opinión de los expertos rusos.

- Dice que han conseguido superar la reticencia de la comunidad de expertos. Pero hay otro problema. No es ningún secreto que los expertos extranjeros se comportan con mucha más delicadeza mientras están en Rusia y, especialmente, en las reuniones con los altos cargos rusos, que cuando presentan los informes en sus países ¿Esto no molesta a nadie?

- Es verdad. Le revelaré un pequeño secreto: antes de la reunión con el presidente pedimos a los expertos, medio en broma y medio en serio, ser más activos, incluso más agresivos, y menos cautelosos en sus expresiones. Muchas veces esta cautela es un tributo a la tradición cultural, al protocolo. El concepto de cortesía varía mucho de un país a otro. En Gran Bretaña y en Oriente es admisible decir algo ofensivo al interlocutor si el mensaje es expresado con cortesía. En ruso las palabras, las emociones y los significados se encuentran más entrelazados. Un estilo demasiado rebuscado oscurece el sentido de la pregunta o de la frase. Esta diferencia de los códigos culturales siempre tenemos que tenerla en cuenta durante los debates. Pero lo importante es que nadie cambia su postura, que no hay temas tabúes.

Al mismo tiempo los miembros del club durante los encuentros con el presidente caen bajo el encanto personal de Vladimir Putin. Quiero subrayar que es una reacción puramente emocional, que estoy segura que de ninguna manera influye en las opiniones de los expertos, lo cual viene demostrado por sus informes. Sus autores simplemente reciben la oportunidad de conocer de primera mano las motivaciones de las autoridades rusas y su postura ante las cuestiones de la agenda global. Las reuniones con el presidente suelen durar tres o cuatro horas, sólo un par de veces fueron más cortas. Otros años siempre se ha excedido del tiempo reglamentario porque ha habido interés mutuo, un contacto personal impresionante. El encuentro más dramático fue el primero, en 2004, después de la trágica masacre en la escuela de Beslán (Osetia del Norte, en el Cáucaso ruso). Duró casi cuatro horas y fue una conversación muy especial: triste, dura y sincera.

De opiniones a hojas de ruta

- ¿A qué tipo de audiencia van dirigidos los eventos del Club Valdai?

- Primero no pensamos en atraer a una amplia audiencia. Nuestra idea principal consistía en impulsar el intercambio de opiniones entre los expertos, los politólogos rusos y extranjeros, que inevitablemente enriquece a ambas partes. Pasados tres o cuatro años nos dimos cuenta de que nuestra audiencia es un colectivo de un potencial intelectual impresionante, son personas capaces no sólo describir los problemas existentes sino también ofrecer soluciones. Así, el Club Valdai dio el paso del intercambio de opiniones hacia la elaboración de estrategias.

Los últimos informes se han realizado conjuntamente por parte de expertos rusos y extranjeros, por lo tanto no hay motivos para decir que Occidente nos impone su criterio. En absoluto. Ahora el club ha entrado en la tercera fase de desarrollo: la elaboración de ‘hojas de ruta’, las recomendaciones de los expertos para la solución de los problemas mundiales de diversa índole: desde la situación en el Oriente Próximo hasta el papel de Rusia en la agenda global. En vez de “Rusia en el mundo”, “Rusia para el mundo”: el análisis de los problemas globales y de la capacidad de Rusia de contribuir a su solución. De esta manera el país queda inscrito en el cambiante contexto global.

Las opiniones de todos los miembros del club tienen el mismo peso, no están condicionadas por nada, tampoco por un interés económico, ya que los expertos participan en el trabajo del club de manera desinteresada. El Club  Valdai es un grupo único de profesionales, ningún centro de investigaciones del mundo puede contar con tantos especialistas que estudien diferentes aspectos de la vida de un país y su papel en el mundo.

Dividir para unir

- La décima cumbre del Club Valdai reunirá a un número de participantes sin precedentes. Pero un club intelectual no puede convertirse en una concentración masiva. ¿Qué sentido tiene?

- El club cumple diez años de existencia, hemos querido celebrar este aniversario invitando a todos los expertos que hayan participado en su trabajo durante este decenio. Los participantes de nuestros eventos no son los mismos todos los años. Además de los miembros permanentes invitamos a los profesionales especializados en el tema de la conferencia o una reunión. Ahora queremos reunirles a todos.

- ¿Tendrán puntos en común que discutir?

- Vamos a dividir a los expertos en varios grupos temáticos. El tema general de la cumbre es la identidad de Rusia. Se discutirán diferentes aspectos de esa identidad: el regional, el religioso, el histórico… Hablaremos de la diversidad de Rusia y de los puntos de referencia que la convierten en una nación. Le revelaré otro pequeño secreto: por parte rusa también participará en la cumbre un número sin precedentes de personalidades, desde los líderes del país hasta los dirigentes de la Iglesia ortodoxa rusa, desde los representantes de la oposición y los medios hasta los gobernadores de regiones, que se enfrentarán a sus oponentes en un debate público. Resumiremos los resultados de este trabajo del Club Valdai para entrar en una nueva etapa. Así lo ha hecho la propia Rusia, que va superando poco a poco el estrés postraumático en el que vive desde la desintegración de la URSS en 1991. Hay una nueva generación de rusos, han surgido nuevos valores y nuevos aspectos de identidad. También el mundo ha cambiado y sigue cambiando.

El nuevo país, el nuevo mundo y cómo interactúan: éstas son las preguntas a las que intentará responder el Club  Valdai.



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