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Edición 315


Tardará el progreso prometido

 por la reforma energética

 

Un viejo y sabio proverbio hindú sentencia: Cuidado con que se te conceda todo lo que pides. El caso es que  diputados y senadores concedieron al presidente Enrique Peña Nieto todo lo que les pidió en materia de reformas estructurales, dentro de lo que destacan la controvertida reforma energética  mediante la cual  el gobierno federal ha prometido que “habrá  más y mejores empleos y mejor pagado”, que  “pagaremos menos por la luz y el gas” y que  este mismo año de 2014 empezaremos a ver  dichas mejoras. 



Mas de la mitad de los mexicanos vive en la pobreza.


El caso es que el Banco Mundial (BM ),  con sus declaraciones del 7 de enero pasado, ha lanzado una especie de cubetazo de agua fría  a todos los mexicanos, incluyendo a los que nos gobiernan, puesto, al afirmar que   “serán a mediano plazo los efectos de la reformas en el crecimiento  económico de México” y que “es complicado cuantificar  el impacto de los cambios hechos”. 

Lo peor es que el Banco Mundial hace sus declaraciones sobre el futuro de la economía interna de México,  después de una propuesta de nuevo préstamo condicionado, ahora por 300.7 millones de dólares -más de 3 mil 750 millones de pesos -,  lo que viene a incrementar  en endeudamiento publico interno y externo que asciende a más de seis billones de pesos, cifra que especialistas califican de impagable . 

Resulta ominoso que  México siga endeudándose, porque ello grava sobre nuestra soberanía e independencia nacional. Este dato nos da idea de la tremenda carga que significa tan descomunal deuda: Con base a declaraciones del Banco de México -enero 6 -,   “entre enero y septiembre  del año pasado, la economía mexicana pagó  en el extranjero,  21 mil 725.6 millones de dólares  por intereses de la deuda pública y privada 

Salario insuficiente 

La economía interna de México sufre en estos momentos una de sus más graves crisis: Después de 44 años de inicio de la aplicación de  la macroeconomía neoliberal tecnócrata, el salario del trabajador ha perdido poder adquisitivo, gradualmente, y a la fecha, según estimaciones de la Asociación Mexicana de Estudios para la Defensa del Consumidor (AMEDEC),  ha perdido más de 58 por ciento  de su capacidad de compra, debido a que la inflación es mayor a los incrementos del salario los fines de año. 



Ha subido tanto el pan que muchos ya no lo compran.


Califica la AMEDEC  de sumamente grave para la economía interna de México el escaso poder adquisitivo de la clase trabajadora mexicana, porque al no tener capacidad de compra en forma suficiente, la base de todo progreso que es la masa de consumidores, no puede absorber la producción nacional y entonces el desarrollo se frena, con riesgo de que se  produzca la temible “estanflación”. La inflación  en el costo de la vida, con estancamiento de la economía nacional, es un riesgo que “ya se encuentra México” 

El problema para mejorar  la economía familiar, además de mejorar salarios para tener capacidad de compra suficiente como lo apunta la AMEDEC, va más allá  porque sobre  el gasto en el hogar inciden negativamente, cada mes, los aumento al gas y a la gasolina.  

Como si fuera poco,  el boquete de 172 mil millones de pesos que, según el senador Manuel Bartlett, causará la entrega de nuestro petróleo a las trasnacionales,  ya ha desatado una serie de incrementos  en el costo de la vida. 

Dentro de ello, lo más significativo es que incide sobre los costos de los alimentos. Ha subido tanto el pan -el que alimenta, no el que hace política -, que ya la gente ha dejado de comprar  ese producto alimenticio. 

Momentos para reflexionar 

Es muy delicada la situación a que nos enfrentamos los mexicanos con motivo de las llamadas “reformas estructurales”, mismas que no pueden ser aplicadas  de la noche a la mañana, porque  la realidad tiene sus propias leyes, muy distintas a las de las teorías neoliberales-tecnócratas. 

Recordemos que la  propia  “fuente de inspiración de esas reformas”, el Banco Mundial,  admite que   “es complicado cuantificar el impacto  de estos cambios”. 

El capitalismo voraz  de la macro-economía neoliberal  con que se quiere conducir el desarrollo de México, tiene ya, a estas alturas, una enorme y grave hipoteca  pendiente de pagar. También el BM admite que “52 de cada 100 mexicanos, viven en pobreza, porcentaje similar al registrado hace 20 años”. 



Pérdida del poder adquisitivo.


Estamos los mexicanos dentro de la más grave crisis económica del México independiente y por añadidura, la más prolongada. No tenemos derecho a equivocarnos. Sobre todo quienes nos gobiernan debe caer a la conclusión de que se requieren de grandes cambios a la economía mexicana. Cambios que sirvan realmente al mexicano. Hemos dicho que los gobernantes la primera obligación con la que deben cumplir, es la de servir a sus representados, no a intereses extraños.

Dar a la actividad económica un rumbo nacionalista, es indispensable para crear un clima de trabajo productivo. Con reparto equitativo de lo producido.

La hipoteca social que debe el neoliberalismo es muy grande en tratándose de México. 

No es justo que, mientras el pueblo mexicano empobrece,  las corporaciones trasnacionales, como las empresas mineras canadienses, vengan a México a saquear el país, llevándose el oro a su país y pagando salarios de miseria a los trabajadores mexicanos. Ante esto, se teme que las empresas petroleras trasnacionales, a las que se les entregue nuestro petróleo, harán lo mismo. 

Mejorar la economía familiar de los mexicanos, es labor indispensable para que podamos llegar a tener una economía familiar sana, tal como lo dijo Luis Donaldo Colosio.   



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