De nueva cuenta el municipio de Buenavista Tomatlán se ha convertido en un punto crucial del conflicto armado no resuelto que azota a Michoacán. El pasado 16 de diciembre Luis Antonio Torres Morales, conocido como Simón “El Americano”; llegó a dicho lugar con más de 70 camionetas con la consigna de acabar con Hipólito Mora Chávez y su gente. Se registraron dos tiroteos que duraron más de dos horas, con un saldo preliminar de once muertos. Mora Chávez, quien reconoció que entre los caídos se encontraba su hijo Manuel. 300 elementos de la Gendarmería tomaron e control del lugar.
El fundador de las autodefensas en Michoacán denunció que Torres Morales lo amenazó días antes de atacar su cuartel. Culpó del asesinato de su vástago al comisionado federal para la seguridad y el desarrollo integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes.
El conflicto que existe entre ambos personajes es por el liderazgo en La Ruana. Vale la pena recordar cómo se llegó a tal situación. A finales del año pasado se dio una fractura entre dos de los cinco líderes de “Los Caballeros Templarios”. Enrique Plancarte asesinó a un sobrino de Miguel Ángel Gallegos Godoy, alias “El Micheladas” quien como venganza pactó con las autoridades, las autodefensas de Mora Chávez y José Manuel Mireles: así ambos personajes tuvieron un mayor impacto en Tierra Caliente.
Hipólito Mora Chávez quiso poner orden: se le acusó de haber ordenado la muerte de Rafael Sánchez Moreno, “El Pollo”, a quien encontraron calcinado dentro de su camioneta el pasado 9 de marzo, acompañado de su trabajador José Luis Torres Castañeda, conocido como “Nino Torres”.
Como guerra entre pandillas de película
La reacción a estas muertes se sintió de inmediato. “El Americano” irrumpió en la población de Felipe Carrillo, municipio de la Ruana, con decenas de autodefensas exigiendo a los policías rurales al mando de Mora Chávez que le entregaran a los supuestos asesinos del “Pollo”. La temperatura subió y resultó necesaria la intervención de la Policía Federal (PF), quien declaró el Estado de sitio en esa zona del país.
Hipólito fue detenido y llevado a la ciudad de México, donde aseguró que “El Americano” y su gente trabajan con La Tercera Hermandad, “Los H3”, encabezados por Miguel Ángel Gallegos Godoy quien controla casi toda Tierra Caliente, incluida Nueva Italia (controlada por Plancarte quien murió tiempo después).
Hipólito fue absuelto y salió libre de la cárcel en mayo, después se integró a la Fuerza Rural donde ya estaba como comandante “El Americano”. Castillo Cervantes los obligó hacer las paces, y se dieron la mano hace poco más de seis meses.
Quien se inconformó con estos arreglos fue José Manuel Mireles. Tiempo antes de caer preso alertó que en la entidad había presencia de “Los Zetas” y del cártel del Golfo, Además de La Tercera Hermandad, cuyos miembros eran autodefensas.
Pactos con criminales
Lo que sucede en la entidad es producto de haber pactado con criminales para acabar con “Los Caballeros Templarios”. El periódico ABC publicó que los bloqueos que protagonizaron diversos grupos de civiles en carreteras de nueve municipios, el 15 de este mes, se derivaron de la notificación del Gobierno Federal sobre que 300 de 400 aspirantes a conformar la Fuerza Rural reprobaron los exámenes de control y confianza.
El rotativo afirma que los reprobados son afines al grupo armado de “Los Viagras”, que comandan los hermanos Sierra Santana, quienes habrían ordenado los bloqueos como medida de presión a las autoridades.
Ante tal situación, la tarde del mismo 15 de diciembre Castillo Cervantes celebró una reunión en Apatzingán, donde estuvieron presentes mandos militares, la Policía Federal y titulares de seguridad del estado, así como ex líderes de grupos de autodefensa como Hipólito Mora y Estanislao Beltrán, entre otros, de las regiones de Tierra Caliente, Sierra y Costa.
Ahí los ex líderes de grupos de autodefensa y de la Policía Fuerza Rural, que bloquearon diversos puntos carreteros el 14 de diciembre, acordaron abstenerse de movilizarse fuera de los municipios que habitan. También se confirmó la desintegración del G250 –grupo especial de Fuerza Rural responsable de perseguir a los criminales–, por lo que los militares se harían responsables de la seguridad en Apatzingán.
El asesinato de Manuel Mora cambia el panorama para Castillo Cervantes, a quien se le acabó el tiempo. La sociedad michoacana exige su salida ante el fracaso que ha representado la estrategia que implementó contra el crimen organizado.
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