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Edición 331

Regino


“No se puede exprimir continuamente a países
que atraviesan una depresión económica”
Barak Obama

 


MADRID.- Si el PP me sigue llamando delincuente, iré al ataque. Si no, todo seguirá igual, respeto mutuo.
Así se expresó Luis Bárcenas, ex tesorero del partido popular, en una de sus acostumbradas declaraciones a la prensa poco después de quedar en libertad. Después, enmudeció.

 

Bárcenas está acusado de lavar dinero por 48 millones de euros y antes fue la mano derecha financiera de la cúpula del actual gobierno.
Se caracteriza por ser un hombre duro, inteligente y, como buen emprendedor, habla con valentía aunque penda sobre su cabeza la acusación irrefutable de que lucró durante el tiempo en que manejaba la economía de ese organismo político.
Poner la mano en el fuego por este individuo es quemársela. Pero hay que reconocer que desde Mariano Rajoy hasta Carlos Floriano, pasando por María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Álvaro Lapuerta y demás, todos estaban enterados que existía una contabilidad b que costeó las campañas electorales, las obras de renovación de Génova y la entrega de dinero negro a una gran parte de los dirigentes populares.
Como era de esperar, los enfrentamientos políticos están siendo cada vez más graves y ya hay algunas deserciones en medios de información que se dedican a tirarse los bártulos con motivo del surgimiento de nuevas formaciones políticas que pudiesen acabar con la corrupción, o al menos lo intentaran.
Syriza, en Grecia, es un motivo de preocupación para la troika y los gobiernos neoliberales que se defienden, como es natural para mantener los privilegios que consiguieron y aumentar la desigualdad entre ricos y pobres.

Acusaciones

Directamente, Bárcenas señaló a Prometeo y a Cospedal como receptores de miles de euros en épocas pasadas. La respuesta del gobierno ha sido categórica: “la contabilidad b es de Luis Bárcenas, no del PP”.

Con esta afirmación, que todos saben es falsa, se inició la lucha por el poder que se definirá en diciembre próximo.
El toma y daca se acentúa y lo que era un razonamiento sensato se está transformando en acusación desproporcionada y hasta en insultos entre tertulianos de la radio, la televisión y la prensa.
Desde luego, no todos son responsables. Los hay que mantienen su integridad pero son muchos, muchos más, los que se han empequeñecido por miedo o intereses. Lo veremos en poco tiempo.

Que me ataque un delincuente es un honor

La España política ha comenzado otra vez a dividirse, no en dos sino en tres o cuatro. ¡Cómo damos oxígeno a la ultraderecha radical y a los “extremistas de izquierda”!

Por ejemplo, he aquí algunas reacciones imbéciles de ciertos protagonistas de la sociedad: “Ese señor, (Rafael Hernando, portavoz del PP en el congreso), fue del grupo que intentó tumbar a Rajoy en 2008 y luchó contra él hasta que pudo. Ahora, trepó como una culebra y, con la ayuda de Javier Arenas, ocupa un lugar que no merece. Es un descerebrado”…, dice el ex reo de Soto del Real.
Contesta don Rafael (el don es mío) y elude la acusación con esta frase: “que me ataque un delincuente es un honor…”. Es la respuesta que da el ínclito individuo a tan grave señalamiento.
En cualquier parte del país, no importa el rincón, se comenta que muchos de los mandamases del gobierno han sido corrompidos. También los políticos socialistas y algunos de Izquierda Unida, caerán sin remedio. Están hundidos en cenotes cenagosos y saben que se aproxima su defunción.
La situación es grave. Por si fuera poco, Podemos acaba de contratar, “temporalmente”, a Hervé Falciani para que elabore un informe con las medidas a aplicarse para combatir el fraude fiscal.
Recordemos que Falciani ha desvelado una lista de alrededor de 2,900 españoles que tienen cuentas en Suiza. Entre otros, están un distinguido banquero, ya fallecido, y algunos deportistas. En la nómina aparecen, igualmente, empresarios y monárquicos así como periodistas y dueños de medios de comunicación. Poco a poco saldrán más nombres ilustres.
El caso de Juan Carlos Monedero, acusado por el periódico El Mundo de tener 445,000 euros sin declarar, es un ejemplo de la guerra sucia que se está llevando a cabo. Es cierto que Monedero dejó mucho que desear a la hora de justificar su cuenta bancaria y que las explicaciones que dio han sido, posiblemente, insuficientes porque sí obtuvo beneficios.
Pero estos fueron a parar, hasta que no se demuestre lo contrario o se denuncie, a la creación de una televisión privada. Si Juan Carlos es culpable como dice ese diario, tendrá que probarse y si se prueba, mandarlo a la cárcel. Pero en principio los inspectores de Hacienda han dado por buena su declaración final.
En cualquier democracia es necesario, imprescindible, que los medios asuman sus responsabilidades y presenten pruebas ante las autoridades para que se haga justicia. Hasta el momento sólo son periodicazos y exabruptos.
Así, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, aprovecha la ocasión para exigir al líder de Podemos, Pablo Iglesias, que “aclare las dudas” sobre la financiación de su ente político. Sánchez está, como es evidente, en el centro, centro derechoide. Da bandazos con el fin de convencer que el único partido de izquierda es el que él lidera. Sin darse cuenta que dentro de su seno aumentan las voces inconformes con su política y vuelven la cara hacia Susana Díaz, ya sin ocultarse.
Lo que desean Rajoy y Sánchez (al menos esa es la impresión que dan) es que estarían contentos con coaligarse para gobernar la nación.
El joven socialista se apunta siempre a la descalificación del nuevo partido y no tiene empacho en hablar de populismo aunque sabe que esta palabra es muy usada por los neoliberales europeos representantes de las multinacionales y otras parecidas.

¿Fin del tsunami?


En la España de Mariano Rajoy no hay nobleza ni bondad. Son conceptos olvidados por los conservadores. Pero los aires frescos que soplan en la península dan esperanza. El tsunami conservador tendrá que emplearse a fondo para evitar una derrota. Y, aún así, perderá.
La gente ya no se rinde. Son muchas las decepciones sufridas. Somos el país donde nunca llega la primavera. Los acuerdos de hoy, si no hay un cambio real, fortalecerán la eterna división entre las dos Españas. La historia volverá a repetirse.
Agarremos a los políticos por los hombres y agitémoslos. A ver si despiertan. Si no, busquemos hasta encontrar los gobernantes que España necesita.
Haberlos, los hay.

RDR



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