Viernes, 03 de Julio de 2015 08:46 | 
Author: Paul Craig Roberts | 
| Edición 334 |
El 15 de junio de 2015, se cumple el 800 aniversario de la Carta Magna de 1215. En su libro, la Carta Magna, J.C. Holt, profesor de historia medieval de la Universidad de Cambridge, señala que tres de los capítulos de este antiguo documento siguen en pie en el libro de los estatutos inglés y que gran parte de lo que sobrevive de la Gran Carta es la “preocupación por la libertad individual”, que “es un reflejo de la calidad del acto original de 1215.”
En el siglo 17 Sir Edward Coke utilizó la Gran Carta de las Libertades para establecer la supremacía del Parlamento, el representante del pueblo, ya que es el origen de la ley.
Un número de estudiosos de derecho han hecho el punto irrelevante diciendo que la Carta Magna protege los derechos de la iglesia, los nobles y los hombres libres, un pequeño porcentaje de la población protegida a principios del siglo XIII. Escuchamos lo mismo de la Constitución de Estados Unidos —que era algo hecho por los ricos para sí mismos. No tengo ningún interés en desacreditar los logros humanos que, al final, dieron a la gente común la libertad.
Aquellos tiempos de la edad media
En 1215 nadie más que los barones armados tenían el poder y la audacia para hacer al rey Juan someterse a la ley. El imperio de la ley, no la regla del soberano o de la rama ejecutiva en Washingtonpor un Congreso y una Corte Suprema cobardes y corruptos, es un logro humano que surgió de la Carta Magna a lo largo de los siglos, con subidas y bajadas por supuesto.
Comentarios de Blackstone: en 1759 en la Revolución Americana nos dio la Constitución de Estados Unidos y la Declaración de Derechos.
Los Convenios de Ginebra extendieron el imperio de la ley para el ámbito internacional.
A partir de la administración de Clinton y acelerar rápidamente con la de George W. Bush y los regímenes de Obama y Tony Blair en Inglaterra, los gobiernos de Estados Unidos y del Reino Unido han atropellar a su responsabilidad ante la ley.
Tanto los EE.UU. y el Reino Unido en el siglo 21 hemos ido a numerosas guerras ilegalmente bajo la Norma Nuremberg establecida por los EE.UU. y el Reino Unido después de la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial y se utilizada para ejecutar los alemanes por crímenes de guerra. Los EE.UU. y el Reino Unido pretendemos que a diferencia de Alemania somos inmunes a la ley internacional que ellos mismos establecieron con el fin de castigar a los alemanes derrotados. Washington y Londres pueden bombardear y asesinar a voluntad, pero no Alemania.
¿Acabar con la Constitución?
Ambos gobiernos de manera ilegal e inconstitucional (la Constitución del Reino Unido no es escrita) espían a sus ciudadanos, y las ramas ejecutivas de Bush y Obama, han eviscerado, con la complicidad del Congreso y los tribunales federales, la totalidad de la Constitución de Estados Unidos con excepción de la Segunda Enmienda, que está protegida por el fuerte grupo de presión de la Asociación Nacional del Rifle. Si el control de armas "progresistas" tiene su manera, no quedará nada de la Constitución de Estados Unidos.
Washington y sus satélites europeos han subordinado el derecho a un programa político y económico hegemónico. Del mismo modo que bajo el apogeo del colonialismo cuando Occidente saqueaba el mundo no ‘blanco’, hoy Occidente saquea su propio mundo. Grecia está siendo saqueada como Irlanda, Italia y España… no escaparán a los saqueos a menos que renieguen de sus deudas y salgan de la UE.
Piratería global
El capitalismo occidental es un mecanismo de saqueo. Se saquea el medio laboral. Se saquea el medio ambiente, y con la transpacífica y "asociaciones" transatlánticas será inmediato saquear la ley soberana de los países.
Por ejemplo, las leyes de Francia contra OGM se convierten en "las restricciones sobre el comercio" y sujetan a Francia a demandas punitivas por Monsanto. Si Francia no paga los daños a Monsanto éste afirma, Francia estará sujeta a sanciones punitivas como Washington las aplica a Rusia cuando ésta no hace lo que quiere Washington.
Una nueva existencia de esclavos se está creando ante nuestros ojos como la ley deja de ser un escudo de los pueblos y se convierte en un arma en manos del gobierno. Ochocientos años de reforma están siendo anulados como Washington y sus vasallos desean; invaden, bombardean, y derrocan a los gobiernos que están fuera de sintonía con la agenda de Washington. Comunidades agrícolas Anteriormente autosuficientes son cada vez más de esclavos asalariados, de empresas internacionales de agro negocios.
En todas partes los privilegios están aumentando por encima de la ley y se está perdiendo la justicia.
La concentración de la riqueza y el poder son reminiscencias de la época aristocrática y la de Roma bajo los Césares. La desaparición del imperio de la ley ha despojado a la gente común de seguridad y dignidad. Los pueblos del mundo deben protegerse actuando en defensa del principio de que los gobiernos son responsables ante la ley, consignados en la Gran Carta.
Los gobiernos que no rinden cuentas a la ley son tiranías cualesquiera que se llamen a sí mismos, no importa qué tan excepcionales e indispensables se declaren.
El Tribunal de Justicia Natural
Se está formando en Westminster, en Londres, el Tribunal Internacional de Justicia Natural. Si mi comprensión de esta obra de humanidad es correcta, tenemos un motivo de esperanza.
Quizá el Tribunal enjuiciará a través de Internet con los jurados y fiscales a los criminales de nuestro tiempo, casi todos los cuales son “líderes” de los gobiernos occidentales, para que las poblaciones de todo el mundo puedan presenciar el mal que cada gobierno occidental representa.
Una vez que el Occidente se perciba como la fuerza del mal que es,el mundo tendrá que abrazar de nuevo la visión de Edward Coke en la Gran Carta, y occidente tendrá que aceptar la reforma o convertirse en un remanso poco importante, mientras que el resto del mundo va a cosas mejores. El mundo se salvará una vez que deje de inclinarse ante el César estadounidense.
La Carta Magna
Podría decirse que la Carta Magna o la “Gran Carta”, fue la influencia primitiva más significativa en el extenso proceso histórico que condujo a la ley constitucional actual en el mundo de habla inglesa.
En 1215, después de que el rey Juan de Inglaterra violara un número de leyes y tradiciones antiguas con que se había gobernado Inglaterra, sus súbditos lo forzaron a firmar la Carta Magna, la cual enumera lo que después vino a ser considerado como los derechos humanos.
Entre ellos estaba el derecho de la iglesia a estar libre de la intervención del gobierno, los derechos de todos los ciudadanos libres a poseer y heredar propiedades y que se les protegiera de impuestos excesivos. Estableció el derecho de las viudas que poseían propiedades para decidir no volver a casarse, y principios de garantías legales e igualdad ante la ley. También contenía disposiciones que prohibían el soborno y la mala conducta de los funcionarios.
Considerada ampliamente como uno de los documentos legales más importantes en el desarrollo de la democracia moderna, la Carta Magna fue un punto de cambio crucial en la lucha para establecer la libertad. El personaje de ficción Robin Hood está enmarcado en esta época crucial y la reciente cinta de Ridley Scott sobre este icónico arquero, recrea la firma del documento por el rey… reacio pero obligado por sus nobles.
La Petición del Derecho (1628)
En 1628 el Parlamento Inglés envió esta declaración
de libertades civiles al Rey Carlos I.
El siguiente hito reconocido en el desarrollo de los derechos humanos fue la Petición del Derecho, elaborada en 1628 por el Parlamento Inglés y enviada a Carlos I como una declaración de libertades civiles. El rechazo del Parlamento para financiar la impopular política externa del rey, causó que su gobierno exigiera préstamos forzosos y que tuvieran que acuartelar las tropas en las casas de los súbditos como una medida económica. El arresto y encarcelamiento arbitrarios por oponerse a estas políticas, produjo en el Parlamento una hostilidad violenta hacia Carlos y George Villiers, el primer duque de Buckingham.
La Petición del Derecho, iniciada por Sir Edward Coke, se basó en estatutos y documentos oficiales anteriores e hizo valer cuatro principios: 1) No se podrá recaudar ningún impuesto sin el consentimiento del Parlamento. 2) No se puede encarcelar a ningún súbdito sin una causa probada (reafirmación del derecho de habeas corpus, del latín, “que tengas el cuerpo”, derecho que determinaba un plazo límite para resolver si se arresta a un detenido). 3) A ningún soldado se le puede acuartelar con los ciudadanos, y 4) No puede usarse la ley marcial en tiempos de paz.
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