Muy buenos días a todas y a todos los distinguidos invitados a esta ceremonia. Reciban una afectuosa felicitación y reconocimiento por su labor de informar y saludo a todos los que siguen siendo baluartes de esta maravillosa institución de hombres y mujeres libres.
A los señores representantes de los medios de comunicación, compañeros y amigos del Club de Periodistas de México, reciban un saludo del Jefe del Ejecutivo.
Señoras y señores:
Permítanme transmitir el mensaje del Presidente de todos los mexicanos, licenciado Enrique Peña Nieto, quien me ha designado para representarlo ante ustedes.
También traigo un fraternal abrazo para los colegas periodistas de don Eduardo Sánchez Hernández, coordinador general de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República.
Es para mí un privilegio dirigirme a ustedes en este recinto donde se han librado duras batallas en favor de la libertad de expresión… y se ha debatido incansablemente en torno a los temas que interesan al periodismo organizado.
No sé ustedes… pero yo, espero con verdadera ilusión esta reunión… nada más grato que ver estas mesas ocupadas por periodistas, con sus invitadas e invitados, nada más estimulante que saludar a quienes recibirán el Premio Nacional de Periodismo, por sus trabajos entregados a la sociedad durante el año inmediato anterior.
¿Pero saben por qué me da más gusto venir a este tradicional desayuno?, porque veo, saludo, abrazo y platico con muchos queridos colegas, con entrañables amigos que han dignificado a través de los años esta noble labor de informar.
Hoy colaboro en el equipo de Comunicación Social del Presidente de México, pero reclamo mi condición de reportero… hace 43 años publiqué mi primer reportaje y he sido columnista, articulista, jefe de información, coordinador editorial y otras cosas en diversos medios; por eso me creo reportero.
La libertad de prensa y expresión que se vive en México a pesar de los contratiempos que se tienen, es plena e irrestricta; por ello el Gobierno de la República lamenta las muertes y desapariciones de diversos periodistas y se pronuncia por una investigación profunda y efectiva de las autoridades competentes, que lleve ante la ley a los responsables. Desde luego que es un llamado para que se aplique la justicia por las muertes y desapariciones que no debieron ocurrir y por la protección de un gremio lastimado y agraviado por la violencia criminal.
El Presidente ha dicho que el respeto a los derechos humanos es esencial para el Gobierno. Las causas y razones por las cuales asesinan a los periodistas no son exactamente las mismas y eso obliga a las instancias investigadoras a trabajar intensamente en el esclarecimiento de los hechos, para deslindar responsabilidades.
La actividad de los periodistas es profundamente humana. Tienen todo el derecho de exigir justicia y merecen que los traten con dignidad y mucho respeto.
Pero también es muy fácil difamar a través de los medios de comunicación, hay quien distorsiona los hechos y declara con ocurrencias y especulaciones, incluso se ha manifestado en forma majadera y ofensiva contra el Ejecutivo y las fuerzas armadas. Por ello convoco, aquí, en esta plaza de la libertad a no más descalificaciones sin pruebas, e invito a quienes dicen que las fuerzas castrenses violentan derechos humanos y reprimen ciudadanos, a hacer la denuncia respectiva.
Hablar con mentiras o difamar no es nuevo para ciertos personajes de nuestro país; acusar a nuestros soldados de cometer masacres es inadmisible e inaceptable; quienes con ignorancia o dolo descalifican la labor de las fuerzas armadas denigran a México.
México cuenta con fuerzas armadas profesionales, entregadas y siempre comprometidas con la lealtad y patriotismo a la causa de nuestra nación.
Amigas, amigos, hagamos lo que nos corresponde para hacer de este México la nación que todos queremos…
Estoy seguro que nos irá mejor.
Gracias por su paciencia.
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