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Edición 357

 

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Excélsior significa en latín “lo más alto”; título de un poema de H.W. Longfellow, sobre un alpinista que sacrificaba su vida por alcanzar su meta, según refiere Arno Burkaolder, académico del Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, quien me obsequió su libro espléndido “La Red de los Espejos”; una historia del diario Excélsior 1916-1976.

 

Política y periodismo son dos actividades íntimamente ligadas, a saber, las dos están vinculadas con el poder, en su nombre se cometen muchos excesos, abusos e injusticias.   Son las libertades de pensar, escribir y transmitir ideas y opiniones como se analiza y realizan críticas al poder.100 años cumplió nuestra casa editorial Excélsior de realizar esta tarea.

 

Informar a la sociedad mexicana todos los días de los asuntos más relevantes de la vida nacional, de reflexionar las conductas y decisiones de nuestros gobernantes que benefician o afectan la vida cotidiana de los mexicanos y de los hechos más relevantes del mundo. De culturizar al pueblo por medio de sus páginas y revistas, y de contribuir en buena medida a desnudar los abusos del poder.

 

Ser independientes del poder, críticos de sus acciones y buscar la verdad han sido la constante para ganarse la confianza de la gente y para tener credibilidad.  Excélsior ha sido incómodo para muchos gobernantes, desde que surgió el 18 de marzo de 1917 ha narrado la historia de México, desde la promulgación de la Constitución producto de la Revolución, hasta sus consecuencias institucionales hechas gobierno.  

 

Su fundador Rafael Alducín, en la Calle de Colón esquina con Rosales en el centro de la CDMX; instaló una rotativa de segunda mano, acuñando en su cabezal la frase célebre: “El periódico de la vida nacional”.  En su primer editorial Excélsior señaló… “la prensa mexicana había sufrido dos etapas negativas: la censura del porfiriato y la anarquía durante el modernismo de Madero”.

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Fue así que transitó con gobiernos autoritarios como el de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Excélsior ha sido referente obligado del periodismo moderno de nuestro país. La revolución mexicana y el fin de la primera guerra mundial, recibieron una cobertura tan puntual que aún son ejemplo para los jóvenes periodistas que se forman en las aulas universitarias. El asesinato de Venustiano Carranza, el de Obregón y el Maximato, el surgimiento del partido del gobierno, el auge del cardenismo, y los posteriores gobiernos civilistas, fueron cubiertos, como hasta la fecha, por el periódico de la vida nacional.

 

Extenso acervo                          

 

El empoderamiento del poder soviético, el ascenso y el declive de los fascismos, la segunda guerra mundial, la guerra fría, la caída del muro de Berlín y el surgimiento del nuevo orden mundial, anunciado por el presidente John Herbert Bush, también forman parte del acervo histórico de Excélsior.                            

 

Para la historia quedara su actuación durante el movimiento estudiantil de 1968. Excélsior ha sido testigo fiel de las transiciones y transformaciones del México actual, de creación de instituciones, de la alternancia del poder y del derrumbe de viejos sueños partidistas y el arribo de nuevos actores sociales que no se consideraban en el escenario tradicional. Excélsior representa una buena parte importante del periodismo nacional. Hoy referente obligado como testigo de la historia.

 

De su Consejo Editorial saliente nacieron prestigiadas publicaciones: Julio Sherer, fundó la revista semanal “Proceso”. Manuel Becerra Acosta, fundó el periódico “unomásuno” antecedente del periódico “La Jornada” y Octavio Paz, la revista plural editada por Excélsior.

 

Fue Don Olegario Vázquez Raña, propietario del Grupo Imagen quien rescató a esta Casa Editorial del naufragio que vivió, bajo su dirección y la de su hijo Olegario Vázquez Aldir, Excélsior recobró el esplendor de sus páginas al contar con una gran variedad de prestigiadas plumas de las diversas tendencias e ideologías de nuestro país.

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Un acto nacionalista

 

El rescate de Excélsior fue un acto nacionalista como lo expresó su hijo Olegario Vázquez Aldir, para fortalecer a la democracia joven e incipiente con instituciones periodísticas que permitan su consolidación donde se puedan expresar libremente las corrientes de pensamiento con una auténtica libertad de expresión.

 

Desde su fundación, Excélsior se distinguió por lanzar campañas sociales que favorecieron a la gente. Como las de vacunación, becas para niños, regalos por suscribirse e incluso inventó el festejo del día de la madre, todos los 10 de mayo de cada año. Siempre a la vanguardia nuestra casa editorial aprovecho la construcción de los ferrocarriles, el telégrafo y el teléfono para informar las noticias lo más rápido posible.

 

Rafael Alducín falleció en 1924, asumiendo la dirección su viuda Consuelo Thomalen, quien lo vendió en 1928 a un grupo empresarial de Nuevo León, provocada por la presión de Calles, disgustado por la gran cobertura que le dieron al asesinato de Obregón en la Bombilla, y los incisivos artículos del abogado Querido Moheno. En cinco años nombraron cinco directores: Rodrigo de Llano, José Castillot, Manuel L. Barragán, Abel R. Péres y de nuevo Rodrigo de Llano, resultado de la crisis con el Maximato.

 

El naciente Partido Nacional Revolucionario y las organizaciones sindicales, acusaban que la línea editorial del periódico mostraba su tendencia conservadora al señalar a los líderes gremiales como, “más que conquistadores sociales, son capataces de los gremios” pues exigían el cumplimiento del Contrato Colectivo de trabajo y el pago de las indemnizaciones a los trabajadores lesionados por accidentes de trabajo en el periódico.  Mal dirigido, en bancarrota, ayudado por los sindicatos obreros y la simpatía del Jefe Calles, eligieron el camino del cooperativismo, así surgió la empresa Trabajadores de Excélsior, S.C.L. en 1932 con 310 socios, un capital social de un millón 400, mil pesos y un pasivo por 800 mil, el periódico siguió naufragando económicamente.

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La nueva administración bajó sueldos y el precio del periódico a la mitad, recurrió a préstamos para paliar la crisis. En 1933 enfrentó su primer conflicto sindical de amenaza de huelga por mantener privilegios salariales de su directiva, sin apoyo de la poderosa unión de expendedores, voceadores y repartidores de la prensa de Manuel Corchado afiliada a la CROM, provocó que socios cooperativistas salieran a las calles a vender periódicos.

 

Fue Fidel Velázquez al separarse de la CROM para formar la CTM quien apoyó con 500 agremiados a la cooperativa. Así registró en sus páginas las transformaciones hacia la izquierda con Lázaro Cárdenas, el arribo al poder de los civiles con Miguel Alemán y su giro ideológico a la derecha, lo mismo dio cobertura en 1940 a las campañas de Juan Andreu Almazán y Manuel Ávila Camacho o en 1952 las de Adolfo Ruiz Cortines y Miguel Enríquez Guzmán. Excélsior siempre ha tenido una línea editorial crítica, lo mismo cubrió la guerra cristera, que la expropiación del petróleo, los conflictos en 1956 de los ferrocarrileros y los maestros.

 

Fue en 1963 que al fallecer Rodrigo de Llano eligieron a Manuel Becerra Acosta (padre), formador de Regino Díaz Redondo, Ángel Trinidad Ferreira y Julio Sherer García. Con una cooperativa dividida en 1968 Julio Sherer asumió la dirección al fallecer Becerra.   Su equipo lo integraron, Manuel Mejido, Regino Díaz Redondo y Miguel Ángel Granados Chapa. Sherer le dio amplia cobertura al conflicto estudiantil de 1968 y a los trágicos sucesos de Tlatelolco provocando el enojo del presidente Díaz Ordaz. Con Luis Echeverría; Secretario de Gobernación y posteriormente presidente.

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Al filo de la navaja

 

Excélsior deambuló al filo de la navaja. Las tensiones que provocaron los movimientos guerrilleros, el conflicto con los Industriales de Monterrey por el asesinato de Eugenio Garza Sada, el halconazo del 10 de junio de 1971 y la visita a Ciudad Universitaria donde Echeverría recibió una pedrada, sumados a una mala administración de Sherer, quien gustaba de despedir e inhabilitar cooperativistas, provocaron su salida el 8 de julio de 1976.   Regino Díaz Redondo ex incondicional de este lo relevó en el cargo,

 

En 1994 el deterioro económico alcanzó a Excélsior, endeudado suspendió publicaciones como: “Últimas Noticias”, “Segunda Edición”, “Revista de Revistas” y “Jueves de Excélsior”, debido a los ajustes al consumo de papel y tiraje, dando cobertura privilegiada a las actividades del EZLN y del EPR e incorporando a políticos y académicos destacados como Sergio García Ramírez, Diego Valadez y Jaime Labastida en la búsqueda de recuperar su época resplandeciente.

 

Sin cambios sustantivos en su formato y edición, cayó en el estancamiento tecnológico y editorial. Regino Diaz fue durante 38 años director hasta que, en asamblea fue suspendido en 2001, dejando una cooperativa dividida y endeudada a Patricia Guevara, Armando Sepúlveda, Salvador Legorreta y José Manuel Nava, quienes pretendieron darle oxígeno a un moribundo y prestigiado periódico a punto de fenecer. ¿O no estimado lector?

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*Presidente del Congreso Nacional de la Abogacía

 

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