MEDICINA PARA TODOS
¿Deprimido?
¡Aspirina!
Dr. Hernán Edrian Chavarría Aguilar
SI ALGO NOS DUELE buscamos alivio como sea, la mayoría toma analgésicos comunes, otros “cosas más poderosas” o bien “sutiles”, pero casi nadie se detiene a pensar que el dolor/inflamación puede ser depresivo y el tratamiento actual para esto, se enfoca en químicos que actúan sobre el cerebro (como la serotonina).
HAY CIENTOS DE CAUSAS de inflamación, pero hoy los científicos piensan que cuando se disemina en todo el cuerpo (tal vez desencadenada por un sistema inmune hiperactivo) puede estar produciendo sentimientos de infelicidad, desesperanza y fatiga, y ser la raíz del problema.
Si esto es cierto, la depresión podría ser tratada con drogas antiinflamatorias y ser considerada un síntoma físico, tal como el desánimo experimentado por muchos cuando enferman y su sistema inmune está ocupado peleando contra infecciones virales, bacterianas, o secuelas traumáticas, si después de un episodio así el sistema inmune omite “desconectar” esta sensación, puede haber “depresión crónica”.
30% de las personas con depresión tiene niveles mayores de citoquinas (proteínas que controlan la función del sistema inmune), lo que podría indicar inflamación en sus cerebros
Una conexión
Parece existir una conexión entre el tratamiento de la inflamación y el alivio de la depresión, esto lo revela un cuerpo creciente de pruebas de investigación, que incluye artículos científicos y resultados de pruebas clínicas. En octubre del 2016, una revisión mayor de la investigación de las drogas antiinflamatorias de nueva generación (usadas con más frecuencia en desórdenes auto-inmunes), también revelaron una liga definitiva entre la inflamación y la depresión, la cual podría llevar a una nueva forma de tratamiento.
El trabajo mostró que cerca de 30% de las personas con depresión tiene niveles mayores de citoquinas (proteínas que controlan la función del sistema inmune), lo que podría indicar inflamación en sus cerebros, también reveló que la gente con sistema inmune “hiperactivo” es más propensa a desarrollar depresión. El pasado julio del 2017, investigadores de Stanford revelaron que ellos podrían crear un estudio diagnóstico de laboratorio para la encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica (ME/CFS por sus siglas en inglés) que con frecuencia se asocia con depresión, junto con lo que podría ser el primer tratamiento en el mundo. Este trabajo confirmó y creció sobre otro trabajo previo que conectaba a la inflamación con ME/CFS.
El profesor Ed Bullmore, Jefe del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge, comenta que se está desarrollando un nuevo campo denominado “Inmuno-Neurologia” y dijo que “es claro que la inflamación causa depresión” en un informe a Londres conectado con la exposición del FORO anual de la Academia de Ciencias Médicas y agregó: “en relación al humor, y más allá de la duda razonable, hay una muy robusta asociación entre la inflamación y los síntomas depresivos. La pregunta es: ¿La inflamación lleva a la depresión o viceversa?, ¿Es sólo coincidencia? En estudios de medicina experimental si tú tratas a un individuo sano con una droga que causa inflamación como el interferón, un porcentaje substancial de esa gente se deprime. Así que creemos que hay suficiente evidencia de causa-efecto”.
HAY CIENTOS DE CAUSAS de inflamación, pero hoy los científicos piensan que cuando se disemina en todo el cuerpo (tal vez es desencadenada por un sistema inmune hiperactivo)
Tratamientos anti-depresivos más efectivos
Un resultado importante que se podría derivar de este trabajo, serían tratamientos anti-depresivos más efectivos y que no necesiten ser de por vida. Otra implicación mayor es que si este conocimiento deviene en norma para entender y tratar la depresión, la dicotomía artificial entre cuerpo y mente se vería refutada para siempre. Ver la depresión como una condición con una causa física definida, puede reducir su estigma social como enfermedad mental, lo que con frecuencia evita que muchos busquen tratamiento.
En cuanto a la inflamación cerebral por adicciones como la del alcohol, quien tras un exceso sufre de “cruda” o “resaca” con o sin cefalea/náuseas, siempre padece de fuertes sentimientos de depresión con culpa y remordimiento, lo que lleva a “curarse” mediante más consumo de alcohol, ya que este promueve liberación de endorfinas y deshidratación de los tejidos, baja de momento dicha inflamación y elimina los síntomas, atrapando al adicto en un ciclo que se repite ad nauseam con la consecuente depresión crónica aunque ya no se beba.
Con más de un siglo de existencia, la humilde aspirina campea triunfal y vigente, porque ahora también podrá servir (junto con los demás analgésicos-antiinflamatorios) para calmar la inflamada depresión.
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