CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Sexpacio
Dr. Hernán Edrían Chavarría Aguilar
Dejando a un lado algunas excepciones como Barbarella con Jane Fonda o Viaje fantástico con Raquel Welch, la ciencia ficción clásica del cine estaba siempre copada por hombres, casi siempre los temas eran heroicos y bastante alejados de los vericuetos espinosos de la reproducción humana, aunque si se mencionaban —un tanto de paso— los romances y las familias; quizás una de las más famosas en ese rubro sean los Robinson de la serie televisiva sesentera Perdidos en el espacio, en donde el tema gira alrededor de una valiente y casta familia nuclear que se ha aventurado allende la Tierra, con la compañía extra de un osado piloto joven y un adulto mayor de ambigua actitud y una muy sospechosa propensión a quedarse a solas con el único niño del grupo, muy a pesar de que el chaperón robótico le gritara ¡Peligro, peligro!
SEXO.Está en la historia gringa, que la carrera espacial era coto casi exclusivo del sexo masculino, de hecho eran los rusos quienes tenían más cosmonautas mujeres; en el ámbito de las películas de ciencia ficción, a partir de la Guerra de las Galaxias poco a poco comenzaron a incluir más heroínas y temas tabú relacionados con el sexo, hasta el punto en el que algunas de ellas ya rayaban en lo pornográfico, sin embargo, no solo es en el cine donde estos temas son importantes, en la estación espacial internacional finalmente entre 2017 y 2018 se hicieron algunas… ehem… pruebas, cuyos resultados además de interesantes y divertidos, pueden consultarse en internet.
SERIOS. Sin embargo, este rubro encierra algunos aspectos muy importantes, como la mayoría de los científicos saben – rusos o de cualquier otra nación -, ya que para poder colonizar otros planetas o establecer hábitats para los viajeros del espacio, será necesario iniciar familias justo como se hace en la Tierra. Para su mala fortuna, en Rusia están teniendo problemas con el proceso de reclutamiento, ya que sus cosmonautas siguen rehusándose a proveer muestras de semen durante sus misiones espaciales, poniendo un alto a los estudios de reproducción en el espacio, antes de que siquiera puedan comenzar. REACCIÓN. Irina Ogneva, biofísica celular de la Academia Rusa de Ciencias, quiere estudiar el efecto del viaje espacial sobre la producción de esperma, comparándola antes, durante y después de la misión, lo malo es que los cosmonautas no están muy entusiasmados con la parte intermedia. “Constantemente encontramos obstáculos de naturaleza moral, psicológica y ética” dijo Ogneva en una entrevista co el medio dirigido por el estado RIA Novosti. Y agregó: “No hay ningún cosmonauta que quiera”.
A TIENTAS. No esperma en el espacio, significa no concepción, no familias y nada de colonias espaciales que duren más de una generación. Ogneva le dijo a RIA que cuando se les pide a los hombres del espacio contribuir en este particular aspecto del progreso científico, al parecer todos consideran que es un asunto muy pegajoso, lo que “causa que todos sonrían y lo rechacen”.
Quizás sea una cuestión de estímulo, y la introducción de compañía más agradable para los astronautas, podría hacerles cambiar de opinión.
En todo caso, parecería que los cosmonautas rusos son mucho más tímidos que los norteamericanos, los cuales, aunque aún no tengan un Kama Sutra espacial, al menos ya nos pueden decir mucho más acerca de las prácticas sexuales en gravedad cero y es muy probable, que algunos espermatozoides gringos ya vuelen libres en el aire de la estación espacial, disfrutando de la ingravidez.
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