SEPARAR EL PODER POLÍTICO

DE LOS GRUPOS DE INTERÉS

Imelda Castro*

Guardar la “sana distancia” de los funcionarios con los grupos de poder es una de las medidas políticas importantes para evitar que se pervierta la función de gobierno, sostiene la senadora Imelda Castro en esta contribución para Voces del Periodista.

EN EL CONTEXTO de la Cuarta Transformacion (4T) que impulsa Morena, teniendo como guía al presidente Andrés Manuel López Obrador, la honestidad es el valor más relevante que hoy define a la política. Cuando me preguntan por qué razones me integré a Morena, respondo que provengo de la izquierda desde que participo en política y Morena es el movimiento político de izquierda más importante que existe hoy en nuestro país.

El movimiento del presidente López Obrador pregona honestidad; para mí es un compromiso central de Morena y del presidente. Es este un principio fundamental que caracteriza al proceso de transformación que está encabezando nuestro gobierno.

Los electores cuestionan el hecho de que los aspirantes a puestos de elección no pocas veces resultan involucrados en actos reprobables, ¿cómo me afecta ese desafío? Absolutamente limpia es mi trayectoria política. No hay nada que temer. La honestidad no es para mí una bandera que hay que sostener. Es un componente inherente al proyecto que representamos. La esencia misma que nos define a quienes queremos cambios de fondo.

En el contexto de las campañas políticas y de los grandes retos que enfrenta nuestro país, como la inseguridad pública, y la apertura de espacios para la mujer, se ponen a prueba las capacidades requeridas para una buena calificación de los gobernados. La condición de mujer no es obstáculo para encarar los retos para los requerimientos de un desarrollo social y crecimiento económico, aún y con la presencia de grupos de delincuencia organizada. Es la hora de separar al poder político de los intereses ilícitos. Que no haya vínculos que comprometan la tarea del Estado. Tengo confianza en que las mujeres podemos obtener un buen desempeño en la función de gobierno.

Principales retos de Sinaloa

Desde mi enfoque personal, los principales problemas de Sinaloa son el estancamiento del crecimiento económico, sobre todo del sector primario; la necesidad de una mayor justicia social; la corrupción en el sector público; la inseguridad, el desempleo y, por supuesto, los problemas de salud por la crisis sanitaria. Las prioridades a resolver son Salud y Economía, en este periodo.

Se considera que Sinaloa tiene larga tradición de ser un foco de violencia del narcotráfico, en este candente punto, para quien llegue a la gubernatura del Estado, el enfoque del problema debe estar en la lista de asuntos a resolver. Lograr la justicia y la paz. Ello a partir de abordar las causas de la inseguridad que están en las complicidades en el poder político, es decir combatir la corrupción y rescatar a los jóvenes a través de la educación, la cultura, el deporte y los apoyos económicos.

Una inquietud de los ciudadanos es saber si los gobernantes se pueden blindar contra los grupos de poder, que muchas veces acaban controlando o pervirtiendo a los funcionarios. Sana distancia es la medida más importante también en este tema.

Quien gane la gubernatura debe plantearse en serio “hacer historia” junto con los sinaloenses; este que viene no debe transcurrir como un sexenio más en el devenir del Estado. No tiene sentido llegar a la gubernatura para administrar las inercias burocráticas, los recursos financieros, administrativos y económicos del estado o para hacer currículum.

Propuestas para relanzar al Estado

Lo que más interesa a los electores son las propuestas de los aspirantes, qué ofrecen a los sinaloenses, conforme a las prioridades del Estado que todos conocemos (corrupción, narcotráfico, inseguridad pública, equidad de género, apoyo a los jóvenes, generación de empleo y otras): combatir la corrupción y el derroche en el sector público; atender las necesidades de seguridad y protección ciudadana en colaboración con el gobierno federal; y nuevas políticas públicas en beneficio de mujeres y jóvenes.

Otra inquietud de los sinaloenses es cómo debieran traducirse los compromisos de cambio de la 4T, a los desafíos mayores del Estado. Debo decir que en Sinaloa los compromisos de la 4T ya se están cumpliendo. Con la candidatura de Morena, al llegar a la gubernatura, vamos a acelerar el proceso, sin perder tiempo, dedicando todos los esfuerzos de todos los recursos humanos, financieros y administrativos para cumplirlos al cien por ciento. Ello será también movilizando a la ciudadanía.

También está en las preocupaciones de los sinaloenses que el ganador de la gubernatura sepa aprovechar las fortalezas del Estado y cómo piensa proyectarlas para aumentar su potencial. Las fortalezas de Sinaloa están en el potencial productivo de la pesca y la agricultura. En el talento y preparación de los profesionistas de las diversas áreas del conocimiento. Mi enfoque es que se deben proyectar estas fortalezas incluyendo el valor agregado a las actividades productivas y poniendo en movimiento la relación industria-conocimiento científico.

Para quien gane la gubernatura creo que los requisitos para integrar su equipo de colaboradores deben ser honestidad, compromiso, responsabilidad y perfiles con experiencia, ya sea en trayectoria o en formación. Y me han preguntado que si debiera aplicarse un control de confianza a todos los mandos superiores. No me desagrada la idea, debiera valorarse.

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*Imelda Castro y Castro es una conocida activista de la izquierda en el noroeste del país, con amplia trayectoria. Antes de llegar al Senado, en 2018, fue dos veces diputada al Congreso del Estado de Sinaloa por el PRD, donde coordinó al grupo parlamentario de ese partido, del cual también fue dirigente estatal. Es licenciada en Ciencia Política y Administración Pública por la Universidad Autónoma de Sinaloa y tiene maestría en Ciencia Política por la Universidad Autónoma de Zacatecas. También fue catedrática en su alma mater y ha publicado varios libros.

*) Senadora de la República.