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Edición 426
Escrito por Pablo Moctezuma Barragán   
Lunes, 21 de Febrero de 2022 01:08

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Joe Biden, a un año

en la presidencia de Estados Unidos

Pablo Moctezuma Barragán

La humanidad ha llegado a una encrucijada que debe resolverse a favor de una auténtica democracia

Hace un año, el 20 de enero la presidencia de Donald Trump terminó. Hoy la situación del país, con Joe Biden, se ha deteriorado aún más luego de que llegó al poder bajo sospecha de fraude por parte de decenas de millones de norteamericanos, y con un país dividido. Las instituciones fracturadas y un panorama que empeoró en 2021.

EN ESTADOS UNIDOS (EE.UU.), la actividad económica se desaceleró a finales de año, debido a los problemas en las cadenas de suministro, los rebrotes de las nuevas variantes del Covid-19 y el repunte de la inflación. A estas fechas hay 16 millones de desempleados, mientras aún no se recuperan 5,3 millones de puestos de trabajo perdidos por la pandemia. La creación de empleo ha vuelto a quedar por debajo de lo previsto con 199.000 nuevos empleos en diciembre, que queda muy lejos de los 400.000 previstos. Por otra parte, el Congreso de EE.UU. cesó el subsidio para familias con hijos menores de edad. Más de 30 millones de familias dejaron de percibir el fin de semana pasado la ayuda especial para manutención de hijos menores de edad, que reciben desde julio de 2021 para paliar el impacto de la pandemia.

La crisis de salud persiste y escala la pandemia. De Covid se reportan más de 500,000 casos diarios en un país de salud privatizada que ha mostrado su inoperancia. Se han enfermado 66.5 millones de estadounidenses y han muerto 850,000 víctimas de la pandemia y de un sistema de salud enfocado en el lucro, convirtiendo las necesidades básicas del ser humano en un negocio.

Y los índices de aprobación del presidente Biden han caído, es desaprobado por más del 60 por ciento de la población en momentos en que se sufre la peor inflación en 40 años. La mayoría en EE.UU. culpa al presidente Biden, reveló una encuesta de Morning Consult/Politico; lo responsabilizan del alza en la inflación 6 de cada 10 consultados. A la vez crece el desabasto en supermercados, escasea el huevo, leche, pan, carne, sopas y productos domésticos mientras que los estantes de los supermercados se muestran vacíos. Mientras que la economía globalizada, dependiente de importaciones sufre la “crisis de los contenedores”, paralizados en los puertos de todo el país. El transporte naviero global y el mercado internacional ha sido incapaz de satisfacer demandas elementales.

Biden llegó a la presidencia con la sombra de la sospecha de fraude por decenas de millones de norteamericanos en un país confrontado. Hoy más del 50 por ciento de la población teme por el futuro de la democracia en su país según revelan las encuestas. La mayoría de los jóvenes de 18 a 29 años consideran posible una nueva guerra civil y una secesión que fragmentaría el país.

En el año de Biden se ha seguido la represión y aumentan las deportaciones, las detenciones en centros de confinamiento: mexicanos, centroamericanos, haitianos, sudamericanos. Deportó 200,000 en un año un 20 por ciento más de los que expulsó Trump durante la administración. Además de 18,600 menores de edad, separados de sus padres que han sido deportados.

Kamala Harris fue supuestamente a resolver problemas en Centroamérica, pero el conflicto ahora es mucho mayor. El gobierno de Biden enfrenta la crisis migratoria más grande en décadas.

Mientras tanto hay sondeos que colocan a EE.UU. como una amenaza para democracia en el mundo. El 17 de diciembre tres generales retirados del Ejército tomaron una inusual posición pública. Hablaron de la posibilidad de una guerra civil violenta en un artículo de opinión de The Washington Post. Esto después de que Biden convocó a la “Cumbre por la Democracia” para el 9 y 10 de diciembre pasado excluyendo a Rusia y a China, lo que deja clara” la mentalidad de EE.UU. de “guerra fría” y “confrontación ideológica”, hoy se siente la diplomacia de EE.UU. más crítica con Rusia desde la Guerra Fría. Mientras que se ve a China como una amenaza a enfrentar. La economía china creció un 8.1 por ciento en 2021, cuando EE.UU. creció alrededor de 5.5 por ciento, pero se pronostica que perderá fuerza y en 2022 llegará solo al 3.8 por ciento y en 2023 al 2.5 por ciento.

Partida de Afganistán

El 30 de agosto por órdenes de Biden dejó Afganistán el último militar de Estados Unidos. La catastrófica retirada de Afganistán donde el complejo militar-industrial ha gastado 2 billones de dólares en contratos para sus corporaciones bélicas. Pero EE.UU. ha seguido bombardeando con drones y buscan reforzar su presencia en la región. Cambia la forma no el fondo. Ahora los talibanes están bien armados por culpa del abandono de armas de los ejércitos invasores y en Afganistán, armas y drogas fueron el botín. En vez de luchar contra el narcotráfico durante dos décadas que controlaron Afganistán, EE.UU. implementó el más grande proyecto para crear un laboratorio de drogas a escala mundial. La producción de productos de opio se multiplicó por más de 40 veces. Todo a costa de la muerte de miles de soldados de EE.UU. y cientos de miles de pobladores de Afganistán. Los ex soldados que regresan al país luego de invadir Irak y Afganistán, se enfrentan en su tierra a la pobreza y a una triste realidad. Llegan con problemas psicológicos serios, pero además tienen entrenamiento militar. Hay veteranos que se organizan, están entrenados para matar y abonan a la violencia. Mientras tanto Julián Assange se encuentra en prisión y enfrenta una pena de 175 años de prisión por filtrar información de acciones de guerra en Irak y Afganistán.

En vez de resolver sus problemas internos, lo que es su responsabilidad, Washington se ocupa de rodear a Rusia apoyado por su aliada la OTAN, que aumenta las fuerzas en los países limítrofes con Rusia, aumentando la tensión en Ucrania. Acusa a Rusia de querer agredirla, pero no olvidemos que EE.UU. tiene 800 bases militares y cientos de miles de soldados en todo el mundo y sin embargo acusa a Rusia de fortalecer sus defensas en la frontera dentro de su territorio.

En los últimos meses ha aumentado la tensión internacional por el enfrentamiento de EE.UU. con Rusia y China, y la creación del AUKUS —con Reino Unido y Australia— para aumentar la presión en el Mar del Sur, de espaldas a la OTAN y socios en Europa, donde además se complica y encarece el suministro de gas y electricidad debido a la política contra el Nord Stream 2.

El pueblo quiere paz, no guerra

Salió Trump, pero sigue su apoyo irrestricto a Israel contra Palestina, la guerra en Siria y Yemen y aumentan las sanciones y acciones contra Cuba, China y Rusia, Irán, Corea del Norte y Venezuela. Sin embargo, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, evalúa el 2021 como el año del fracaso absoluto del plan golpista de la narcoligarquía colombiana, respaldada por EE.UU. En Cuba no solo sigue el bloqueo y las sanciones de Trump, sino que Biden las ha aumentado. La cárcel de Guantánamo, en territorio cubano sigue ahí ante el escándalo mundial.

El acuerdo nuclear con Irán de 2015 que rompió Trump no ha podido ser reestablecido, por la presión de aumentar otras demandas. También sanciona a Líbano, pero Irán rompe el cerco mandando diésel. Cómo también hizo con Venezuela.

El pueblo de EE.UU. quiere paz, no guerra, pero para el complejo militar industrial que domina la economía norteamericana la guerra permanente es una necesidad. El 10 de agosto de 2021, Estados Unidos organizó maniobras de guerra en el área de Singapur involucrando a las armadas de 21 países y 10 barcos.

El gobierno de Biden, aumenta su gasto militar a 768 mil millones de dólares, el más alto de la historia mientras su deuda se dispara. La carga de deuda actual del país es de 28,9 mil millones de dólares El Congreso de EE.UU. autorizó aumentar en 2.5 mil millones de dólares el límite de la deuda para evitar un incumplimiento de pagos sin precedentes. Pero todo este dinero no se gasta en interés de la gente, sino para abonar las ganancias de los señores de la guerra.

También hay guerra económica de cara al dominio de las finanzas mundiales por parte de EE.UU., que usa el dólar, las tarjetas de crédito y las instituciones (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Asiático de Desarrollo, Banco de Pagos Internacionales y el sistema SWIFT), como arma para asegurar su hegemonía global. Pero se enfrenta al hecho de que Rusia y China han acordado establecer un nuevo marco financiero internacional compartido para asegurarse de que EE.UU. ya no pueda controlar sus relaciones comerciales o interferir en sus relaciones comerciales. Ni en sus asuntos internos mediante la imposición de sanciones.

Instituciones, en el descrédito

Las instituciones de EE.UU. están anquilosadas, su Congreso es tan disfuncional que no puede aprobar una legislación importante, como lo es el presupuesto, venciendo plazos se repiten las amenazas de cierres del gobierno. No importa que tales medidas afecten a ancianos, familias enteras, desempleados, beneficiarios de fondos federales, derechohabientes del seguro social, ni que su sobrevivencia esté en juego. Ese Congreso está desprestigiado, pues no le sirve a la gente. La Corte Suprema también ha sufre descredito como una Institución que favorece a una u otra de las partes contendientes sin importarle la justicia, en múltiples asuntos, como el derecho a no ser criminalizadas las mujeres que se ven obligadas a abortar. El Tribunal Supremo conservador que nació durante la Administración de Donald Trump ha demostrado ser un muro infranqueable frente a las políticas de Biden.

La “democracia americana” se exhibe como una farsa. Se dice en círculos oficiales que la democracia en EE.UU. ha recibido la puntuación más alta como país democrático, se sostuvo en 10, o casi durante casi toda su historia. Pero en los años de la administración de Trump se derrumbó la zona de la “anocracia”, que significa semi autocracia y semi democracia; es decir, una democracia muy limitada y acotada, lo que sucede por primera vez desde 1800. Finalizando la presidencia de Trump, el puntaje había caído a un 5, convirtiendo al país en una democracia parcial por primera vez desde 1800. Aunque esos analistas olvidan que su “democracia” fue la que esclavizó a las personas afroamericanas y a los mexicanos les robó la mitad de su territorio y como migrantes los ha tratado con racismo, discriminación y sometimiento.

En un artículo publicado este mes en el portal canadiense Globe and Mail, Homer-Dixon señala que “para 2030, si no antes”, EE.UU. podría estar “gobernado por una dictadura de derecha”. “No debemos descartar estas posibilidades sólo porque parezcan ridículas o demasiado horribles para imaginarlas”.

Por lo pronto en los últimos días, Biden va de fracaso en fracaso en un infierno legislativo, cuando naufraga su nueva ley electoral, así como se atascó su legislación climática porque dos demócratas en el senado se rebelan. En el senado hay 50 demócratas y 50 republicanos, aunque la vicepresidenta tiene voto de calidad. Y en la elección del 8 de noviembre de 2022, se renovará un Congreso en el que los demócratas tienen una pequeña mayoría de los 435 escaños de la Cámara de Representantes, son indispensables 218 escaños para contar con mayoría, en la actualidad los demócratas suman 221 y los republicanos tienen 213 (hay una vacante). Pero estos últimos tienden a recuperarse rápidamente, todo está en juego en un Congreso incapaz de aprobar una reforma migratoria, sacar adelante leyes que no restrinjan el voto de las minorías o mantener la moratoria a los desahucios en tiempos de pandemia.

La problemática actual muestra la necesidad de renovar la democracia y las instituciones democráticas para que el pueblo tenga la capacidad de decidir y controlar sus vidas. La humanidad ha llegado a una encrucijada que debe resolverse a favor de una auténtica democracia, la paz y la justicia, así como el respeto de la soberanía de cada pueblo.



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