Mas allá del notorio entreguismo de los embajadores de “México” en Washington -Jesús Reyes Heroles Jr. con su “consejero político”, Luis Carlos Ugalde Ramírez (de macrabro recuerdo por la devastación del Instituto Federal Electoral), y el castañedista Arturo Sarukhán Casamitjana-, ya no se diga las variaciones coreográficas entre los partidos Republicano y Demócrata, ¿Por qué razón resucita en el Pentágono en la post guerra fría el NORAD, esta vez con la extraña inclusión de México? ¿Sabrán tales “gobernantes” que la adopción que haga México de los teoremas militares del Pentágono -desde la guerra contra las drogas, pasando por la que va contra el terror islámico, hasta el NORAD-, lo obliga a compartir los enemigos globales que se ha ganado a pulso es Eurasia, África, Europa y Latinoamérica.
Hechos: “La ruta antigua de los hombres perversos” ya había sido trazada, como hubiese expresado el filósofo francés René Girard, a partir de la incrustación de “México salinista” al TLCAN de
Daddy Bush (un fracaso rotundo, según los centro académicos de máxima jerarquía de Estados Unidos) que siguió con el ASPAN -Alianza para la Seguridad (¡súper sic!) y Prosperidad (¡súper sic!) de América del Norte que encubre la entrega de los hidrocarburos de México, y que no aportó ni “seguridad” ni “prosperidad”, como es sencillo constatar en los alrededores- y luego se afianzó con el Plan México (clon del fallido Plan Colombia), rebautizado como
Iniciativa Mérida.Lo tres trayectos -TLCAN, ASPAN e
Iniciativa Mérida- forman parte de la agenda unilateral de los Estados Unidos impuesta a un emasculado México valetudinario que la dupla Joseph Marie Cordoba-Zedilllo (en ese orden), Ángel Gurría y los hermanos Tener Wainfeld -Alejandro, Mariano y Martín, hoy uno de los jerarcas de la Banca Mifel (Voces del Periodista, No. 207, 1/4/09) y empleado de Goldman Sachs)-, se encargó exitosamente de desmantelar el sistema financiero mexicano, controlado obscenamente por el eje Wall Street-la City.
Aprobada la Iniciativa Mérida por el Congreso calderonista-beltronista, Bob Gates cumple su promesa bushiana y ha iniciado los preparativos, en la fase de Obama, para inscrustar al “México neoliberal” al NORAD, como se desprende del análisis de Defensa, dentro de pensamiento militar europeo (9/0/09.)
A su juicio, el Pentágono “integra a México y a la frontera sur de los Estados Unidos en su feliz (sic) planificación de su guerra contra las drogas”, como expuso el general James E. Hoss Carwright durante la conferencia de prensa del 6 de abril en la que Bob Gates, secretario de Defensa, planteó sus propuestas de recorte presupuestal del año entrante.
El general Carwright, estratega de la globalización militar, pertenece a los marines y es adjunto del almirante Michael Mullen, presidente del Comando Conjunto del ejército. A una pregunta de un periodista sobre la” participación de México por primera vez en su historia en ejercicios militares conjuntos en Florida” bajo la égida del Comando Sur, el envalentonado general Carwright respondió afirmativamente que la “cooperación” (¡súper sic!) se realizará “tanto a nivel de los servicios, para entrenamiento, como a nivel operativo, con el Comando Norte, para el apoyo en el combate a las drogas en curso, pero también con el apoyo general en su capacidad para defender su territorio (¡extra sic!)”.
Además de la hollywoodenses amenazas de Al-Qaeda a Pemex, ¿qué país o coalición de cárteles trasnacionales cuenta invadir a México cuando Calderón y Carstens aseguran que todo va viento en popa con los “mejores financieros del mundo”? El doble “apoyo” develado por el general Carwright, redentor inesperado de México y sus hidrocarburos, a Dios gracias, “será más robusto (sic) en cantidades significativas (sic) que en el pasado” vierte una grave acusación: “el Pentágono tomó la iniciativa de las decisiones de cooperación operativa y ha hecho presión (¡súper sic!) Para que los militares mexicanos acepten”, Entonces, ¿no es iniciativa de Calderón, Beltrones y Sarukhán para los comandos del Norte y Sur defiendan la integridad territorial de México con sus hidrocarburos?
El nuevo Pentágono con su presupuesto restringido, debido a la doble grave crisis financiera y económica de Estados Unidos, ye se instalo en la escenografía de la guerra irregular (ver
Bajo la Lupa 7/12/08), donde México sirve para no variar, como su primer cobayo experimental a escala global.
El bienaventurado general Carwright no oculta la “transición” del nuevo Pentágono a la guerra calderonista contra las drogas (y su agenda de entrega oculta de los hidrocarburos y la seguridad nacional por la vía militar), que requiere de específicos entrenamiento y equipamiento dotados, a Dios gracias, por la vecina superpotencia redentora.
De Defensa se asombra de la “remarcable densidad” de la respuesta del general Carwright y aporta un mordaz comentario: “el ejercito Mexicano implicado en un ejercicio con en le ejército de Estados Unidos”. Adiós a la discreción y al disimulo, y bienvenida a la operación conjunto bajo el doble mando en pinzas del Comando Norte (para el combate a las drogas en las transfrontera con todo y su muro de la ignominia) y del Comando Sur (para la defensa del territorio mexicano). ¿No será, más bien, que en Estados Unidos teme, en su fase de decadencia, que algunos de sus pletóricos enemigos globales se infiltre por su frontera sur y/o el Caribe, sus dos puntos más vulnerables? ¿adelanta el pentágono sus filas defensivas hasta el Canal de Panamá, que conectan, además, el Plan México al Plan Colombia. Lo que de paso devora a México y a los pequeños países del Caribe y Centroamérica?
Afirma que “el ejército Mexicano deberá seguir sin discutir (sic) las nuevas doctrinas que Estados Unidos desarrollará” y plantea que la guerra en la transfrontera sirve de “conducto para la anexión (¡súper sic!) del Pentágono”, que representa, al mismo tiempo, “un ensayo de la grandiosa nueva doctrina “ donde la implicación militar estadounidense será “estructuralmente masiva”. No es para menos: atrapa a México entre los dos comandos operativos de Estados Unidos para todo el hemisferio americano. ¿Constituye México la nueva placa tectónica de la geopolítica entre el decadente norte y el ascendente sur del hemisferio fracturado?