ALAN HAY EXHORTA A MÉXICO A INDAGAR HASTA QUÉ NIVEL ESTÁ INFECTADA LA POBLACIÓN DE CERDOS STEVE CONNOR* El puerco posee receptores en el tracto respiratorio a los que se adhieren esos microorganismos tanto humanos como aviares, explica especialista del Instituto Nacional de Investigación Médica.
Uno de los principales expertos británicos en influenza exhortó a las autoridades mexicanas a investigar hasta qué nivel está infectada la población porcina del país con la cepa H1N1 del virus, que ha causado el brote en humanos. Un análisis genético del virus H1N1 presente en humanos ha descubierto genes virales compartidos con la influenza porcina, pero no se han confirmado casos de ese virus en las piaras de cerdos en México, señaló el profesor Alan Hay, del Instituto Nacional de Investigación Médica, en Mill Hill, suburbio de Londres. Es muy probable que la fuente del brote humano sean los cerdos, pero hasta ahora no se ha identificado. La forma más lógica de contagiarse de un virus que infecta a un cerdo es por un contacto razonablemente cercano, indicó Hay. “Uno especularía que las granjas porcinas son una fuente probable del brote, y me parece muy importante que las autoridades mexicanas determinen el grado de infección que se ha dado recientemente allá”, expresó. “De particular importancia es identificar el o los virus que puedan haber causado esas infecciones y si tienen la misma conformación genética que el que infecta a los humanos.” Se sabe, continuó Hay, que los cerdos pueden incubar virus de influenza tanto aviar como humana, además de porcina, y que esta infección múltiple en un solo animal puede conducir a una recombinación triple de la cual surja un virus completamente nuevo que se propague entre la población humana como una influenza pandémica. El cerdo se infecta con rapidez con virus tanto humanos como aviares porque en su tracto respiratorio tiene receptores -moléculas proteínicas- a los que se adhieren esos microorganismos tanto de influenza humana como de gripe aviar, explicó. “En general, los humanos no contraen virus de aves. Éstos no pueden infectarnos con facilidad a causa de la gran barrera de especies entre aves y humanos. Pero la barrera es mucho más baja tanto para que el virus humano se transfiera al cerdo o viceversa, porque ese animal tiene estos receptores para el virus humano.” Si las piaras de cerdos en México son origen de la nueva cepa H1N1, como es cada vez más probable, entonces tal vez saltó la barrera de las especies cuando trabajadores locales o pobladores cercanos a las granjas porcícolas entraron en contacto físico con los animales o con equipo contaminado. A diferencia de la gripe aviar, la influenza porcina no se transmite a través de las heces. “Como ocurre con los humanos, la influenza en los cerdos es algo que se replica en el tracto respiratorio y se transmite por las secreciones respiratorias. Pero uno puede infectarse de influenza tanto por la transmisión por aire -tos y estornudo- como por superficies contaminadas”, precisó el profesor Hay. Ahora que el virus H1N1 se ha esparcido entre la población humana, puede continuar evolucionando en formas que se transmitan con mayor facilidad entre personas, así como en otras que se vuelvan más peligrosas conforme avanza el tiempo. Segundas y terceras olas de pandemia Los científicos temen que conforme la cepa H1N1 circula entre la población humana pueda experimentar nuevas mutaciones que se vuelvan más virulentas y letales con el curso del tiempo. Esto podría conducir a segundas y terceras olas de la pandemia, que causen altas tasas de mortalidad. En el pasado han ocurrido ejemplos de esto, en especial cuando la enfermedad se propaga en una época del año en que normalmente la influenza no circula con tanta efectividad, como ocurre en el hemisferio norte en este momento, indicó Hay. Angus Nicoll, director del Programa de Influenza del Centro Europeo de Control de Enfermedades, en Estocolmo, manifestó: “Los virus de la influenza son criaturas muy escurridizas. No se sabe cómo se van a comportar y su conducta puede cambiar con el tiempo. Las relativamente pocas muertes que hemos visto hasta ahora podrían ser la punta del iceberg”.
Traducción: Jorge Anaya
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