ALFREDO JALIFE-RAHME (Exclusivo para Voces del Periodista)
QUIÉN ESTO ESCRIBE desea sintetizar con una anécdota real lo sucedido durante la “pandemia del PAN” y las alocadas medidas tomadas por las dizque autoridades sanitarias: Resulta que el virus híbrido AH1N1 resultó muy respetuoso de las soberanías citadinas al solamente confinarse en La Gloria (Perote, Veracruz) y luego en el DF, adonde su vector de transmisión llegó sepa Dios por qué vía.
LO INTERESANTE ES QUE el virus citado no cruzó Ciudad Satélite y se postró ante sus majestosas torres, lo que llevó a dos medidas diametralmente opuestas en la transfrontera metropolitana entre el DF norte, que dictaminó el cierre de los restaurantes y bares, y Ciudad Satélite donde podíamos ir a comer libremente como si nada hubiera sucedido a unos cuantos metros. Mientras los VIPS -para citar sin afanes publicitarios a los populares restaurantes de comida rápida- de la Ciudad de México permanecían en cuarentena, la misma empresa permanecía abierta de par en par en Ciudad Satélite y, por extensión, en todo el estado de México -ya no se diga en la otra frontera metropolitana de Cuernavaca. Esta anécdota demuestra en todo su esplendor la demencia de las medidas antagónicas de las autoridades panistas que dejaron cerrar los restaurantes y los bares en el DF perredista y toleraron su apertura en el Estado de México priista y en el Estado de Morelos panista. !Los epidemiólogos andan locos! Más allá de esta anécdota vivencial, cuando los capitalinos pudimos haber llevado nuestros virus citadinos a Ciudad Satélite o a Cuernavaca durante nuestras escapadas gastronómicas de la cuarentena, nuestro país exhibió tristemente el colapso del sistema sanitario hoy en manos del desaseado y poco higiénico gobierno panista. Nos podrán refutar, con justa razón, que tal colapso no es producto solamente del PAN, sino también de los anteriores gobiernos neoliberales del PRI, cuando inició desde hace 27 años (exactamente desde Miguel de la Madrid Hurtado, el impulsador de la “renovación moral de la sociedad” -no es broma- que operó como nadie su secretario particular -pero muy particular- Emilio Gamboa Patrón, socio exhibido de presuntos narcopederastas) el desmantelamiento de la infraestructura de salud pública para beneficiar los cánones (y cañones) del TLCAN en beneficio de la privatización del sistema de salud por las trasnacionales (y hasta su militarización mediante el ASPAN). Este es el sustrato verdadero de la “pandemia del PAN”, donde proliferan en su seno todo tipo de virus, bacterias y protozoarios. El PAN foxiano y calderonista, con su “PAN-dllla” y su “PAN-demia”, ha hecho de la salud pública un asunto privado, faccioso y electorero donde destaca el manejo discrecional “seguro popular” y el programa “Oportunidades”, alejados de la ciencia médica y social. No es el momento ahora de penetrar los dédalos del “seguro popular” ni del programa “Oportunidades”, pero que mencionamos únicamente como estereotipos electoreros (de donde fue amantado ideológicamente el guanajuatense Córdova) de la instrumentación panista de lo que a su juicio representa la salud pública que sucumbió ante la rapacidad de las trasnacionales farmacológicas anglosajonas: un botín de votos y de “devotos” neoliberales. En un enfoque macro-médico, el neoliberalismo global y local condiciona el óptimo entorno para la proliferación infecciosa. ¿Cuál fue el rol, si lo hubo llegado a tener, de los hospitales privados, durante la “pandemia de PAN” que manejó la salud pública con los criterios del neoliberalismo económico? ¿Por qué razón, hasta el escrutinio más reciente en medio de una brutal desinformación calderonista, existió un desproporcionado número de decesos en México que en otros países? Aquí la respuesta es multifactorial, si definimos al paciente afectado como un ente “sico-bio-social”, como enseñan las facultades de Medicina de México, incluida la de Guanajuato, que tiene unos de los peores ranking a nivel nacional, y de donde es egresado Córdova, el inepto Secretario de Salud, desviado luego a funcionario electorero por los caprichos foxianos y propulsado a su puesto actual por Margarita Zavala Gómez del Campo. Hasta los funcionarios de la OMS, que ha caído en las garras trasnacionales en forma silenciosa, susurran que la desnutrición en México resultó un factor determinante en el abultado número de muertos. Pero la desnutrición tampoco es una característica del “México neoliberal”. También cuenta enormemente la infraestructura sanitaria que gracias a los neoliberales conjuntos del PRI y el PAN desde Miguel de la Madrid Hurtado y su secretario particular Emilio Gamboa Patrón (quien, por cierto despedazó al IMSS en su cataclísmica “carrera política” que lo llevó a ser aliado en la Cámara de Diputados de Calderón Hinojosa, quizá el máximo “delamadridista” de la segunda generación) ha sido deliberadamente descuartizada. ¿Por qué la mayoría de muertes ha sido de mujeres jóvenes? No lo sabe ni el locuaz secretario de Trabajo calderonista, Javier Alarcón (alias “Lozano”, como fue delatado por los chinos adscritos a la CIA, con quienes presuntamente se involucró de manera poco estética.) ¿Por qué el gran número de obesas? Hasta la prensa extranjera sabe que la obesidad constituye el primer caso de mortalidad en México. ¿Sabrá el panista electorero y agorero Córdova que la obesidad es un caso de salud pública y que en México ha alcanzado niveles de epidemia? Joëlle Stolz, del periódico francés Le Monde, descubre que México “conserva las características de un país del tercer mundo donde los pobres tienen poco acceso a la información y a los cuidados”? !Que hallazgo! Joelle Stolz vino a descubrir el hilo negro a nuestro país y pontifica con estornudos que la pandemia “reveló las fallas del sistema”. !Oh.la.la! Más intrigante aún: fue Veratect, una entidad estadounidense vinculada al Pentágono, la que decretó que el foco de infección es La Gloria en Perote (Veracruz), con base en la recopilación de periódicos locales. !Vaya ciencia! Córdova y sus ineptos secuaces pronto hicieron suyo el descubrimiento de recortes de periódicos jarochos por Veratect y su inigualable servicio de BIOVIGILANCIA (Biosurveillance) que dio la vuelta al mundo. No queremos dudar siempre del Pentágono, y menos de la Secretaría de Salud panista en los tiempos de margaritas, pero ¿Cómo se saltó “el foco de infección primario” desde La Gloria jarocha hasta el DF sin tocar en el interludio a Puebla, Hidalgo, ni a Ciudad Satélite? !Que virus más travieso se traen los panistas! Más allá del encubrimiento propicio, como hemos abundado en nuestros comentarios al muy visto programa En Contexto del solvente periodista-investigador Rubén Luengas, de Telemundo, Los Angeles (que pueden ser bajados por You Tube para quienes estén interesados), de la grave crisis financiera y económica de Calderón (quien alardea le gustarle las “emociones fuertes” y nos ha pasado de “un catarrito” a una pandemia de influenza, pasando por la “gastritis” de una mujer acribillada), la influenza AH1N1 viene a ser la culminación del fracaso integral del neoliberalismo global y local que desnuda la fase terminal del cataclísmico calderonismo del que no se puede esperar nada positivo ,salvo la profusión de las exequias y las esquelas. Calderón se ha ostentado cómicamente como el “salvador de la humanidad”, gracias a las medidas (¿cuáles?) que dice haber tomado contra la Influenza híbrida. Por lo que se ha visto hasta ahora en toda la actividad integral de su gabinete ,compuesto de pigmeos disfuncionales, es probable que Calderón haya salvado al mundo, pero está llevando a México a su precipicio, más que nada por su necedad en aplicar teológicamente a contracorriente histórica el neoliberalismo global y local mas caduco y fenecido que nunca.
More articles by this author
|