CRISTAL ESTÁNDAR
“Las cosas no cambian; cambiamos nosotros “ Henry D. Thoreau
LAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN política han variado entre sí a lo largo del tiempo en su composición, así como también la visión del concepto democracia entendida desde su origen etimológico como “gobierno del pueblo” Sin embargo, para el mejor entendimiento de nuestros estimados lectores haciendo un análisis de fondo con fundamentación filosófica, jurídica e histórica examinaremos si realmente son los ciudadanos de un país los que “triunfan en los comicios”.
De acuerdo con el maestro Mario Justo López, destacado académico, abogado y doctor en Jurisprudencia (q.e.p.d) de la universidad de Buenos Aires, las formas de gobierno son cada uno de los modos de establecer quienes son los aptos para ocupar cargos de elección popular y cómo deben ejercerse. Otros autores consideran que las formas de gobierno son referidas a la distribución de los órganos políticos capaces de expresar la voluntad del Estado. En época de la Grecia Antigua, Platón consideraba que las formas de gobierno son seis, pero de ellas, dos sirven para designar las formas reales que se alejan en mayor o menor medida de ésta. De las cuatro constituciones corruptas 3 de ellas corresponden a las formas degradadas de las tipologías tradicionales: la oligarquía es la forma corrupta de la aristocracia, la democracia de la politeia (según Aristóteles, democracia buena) y la tiranía de la monarquía. La timocracia es un concepto introducido por Platón para designar una forma de transición entre la constitución ideal y las formas tradicionales. En su obra más importante “La República”, Platón realiza un análisis de las formas de gobierno, que irá graduando desde la mejor hasta la peor. En primer lugar sitúa la aristocracia, es decir, el gobierno de los mejores, que vendría representado por el gobierno de la República ideal; en ella los mejores son los que conocen las Ideas, los filósofos, y su gobierno estaría dominado por la sabiduría. La segunda mejor forma de gobierno la representaría la timocracia, el gobierno de la clase los guardianes, que no estaría ya dirigida por la sabiduría, sino por la virtud propia de la parte irascible del alma, que es la propia de dicha clase, abriendo las puertas al desarrollo de la ambición, que predominaría en la siguiente forma de gobierno; la oligarquía, el gobierno de los ricos, y cuyo único deseo se cifra en la acumulación de riquezas. Posteriormente encontramos la democracia, cuyo lema sería la libertad e igualdad entre todos los individuos y cuyo resultado, según Platón, es la pérdida total del sentido de los valores y de la estabilidad social. Por último, en el lugar más bajo de la escala, se encuentra la tiranía, que representaría el gobierno del despotismo y de la ignorancia, dominado el tirano por las pasiones de la parte más baja del alma, dando lugar al dominio de la crueldad y de la brutalidad. En lo político nos ofrecerá otra clasificación de las formas de gobierno, según el criterio de la buena ordenación del gobierno, es decir, del respeto de las leyes. El gobierno puede estar en manos de uno, de varios, o de muchos. Si respetan las leyes la monarquía es el mejor, seguido de la oligarquía y, en último lugar, de la democracia, por lo que la democracia es catalogada como la peor forma de los gobiernos que tienen ley; pero si no se respetan las leyes entonces la jerarquía se invierte, siendo mejor la democracia, peor la oligarquía y, en último lugar, la tiranía. Aristóteles, en cambio, nos propone una teoría de las formas de gobierno basada en una clasificación que toma como referencia si el gobierno procura el interés común o busca su propio interés. Cada una de estas clases se divide a su vez en tres formas de gobierno, o tres tipos de constitución: las buenas constituciones y las malas o desviadas. Las consideradas buenas formas de gobierno son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia (Politeia); las consideradas malas, y que representan la degeneración de aquellas son la Tiranía, la Oligarquía y la Democracia extrema o Demagogia. La Monarquía, el gobierno del más noble con la aceptación del pueblo y el respeto de las leyes, se opone a la Tiranía, donde uno se hace con el poder violentamente y gobierna sin respetar las leyes; La Aristocracia, el gobierno de los mejores y de mejor linaje, se opone a la Oligarquía, el gobierno de los más ricos; la Democracia o Politeia, el gobierno de todos según las leyes establecidas, se opone a la Demagogia, el gobierno de todos sin respeto de las leyes, donde prevalece la demagogia sobre el interés común. La Democracia moderada o "Politeia" es considerada por Aristóteles la mejor forma de gobierno, tomando como referencia la organización social de la ciudad-estado griega; una sociedad por lo tanto no excesivamente numerosa, con unas dimensiones relativamente reducidas y con autosuficiencia económica y militar, de modo que pueda atender a todas las necesidades de los ciudadanos, tanto básicas como de ocio y educativas. Lo que le hace rechazar, o considerar inferiores, las otras formas buenas de gobierno es su inadecuación al tipo de sociedad que imagina, considerándolas adecuadas para sociedades o menos complejas y más rurales o tradicionales; pero también el peligro de su degeneración en Tiranía u Oligarquía, lo que representaría un grave daño para los intereses comunes de los ciudadanos. Maquiavelo en su obra “El Príncipe” dice que: "Todos los estados, todas las dominaciones que ejercieron y ejercen imperio sobre los hombres, fueron y son repúblicas o principados." Los principados nuevos se distinguen cuatro especies de acuerdo con el diverso modo de conquistar el poder: por virtud; por fortuna; por maldad y por el consenso de los ciudadanos. Montesquieu, en su pensamiento político, expresado en el “Espíritu de las Leyes”, elabora una física de las sociedades humanas. La república debe gobernarse por el principio de la virtud, el amor a la patria y la igualdad. ¿Realmente somos los ciudadanos quienes salimos adelante en cada proceso electoral.
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