Descobijando
ESTAMOS ENTRANDO en tiempos durísimos. Todos los recursos se vuelven cada día más escasos y/o caros: agua, alimentos, aire puro, empleos, dinero, energéticos, medicinas… Unos dicen que es la consecuencia natural de un crecimiento demográfico desorbitado. Otros alegan que se trata más bien de un injusto reparto desigual de la riqueza. En fin, no discutamos. “Haiga sido como haiga sido”, el caso es que aquí estamos y no se va a mejorar. Esa cantaleta de que lo peor-ya-pasó, la recuperación-está-ahí-nomás-tras-lomita y demás zarandajas, son puras distracciones apantallapendejos. Este problemón durará, según dicta la historia de todas las crisis económicas previas, al menos diez años más, y la nueva fase de prosperidad no comenzará antes del año 2020. Eso, en el mejor de los casos (que no es el caso pues la actual situación mundial es inédita por muchas razones). La pregunta es qué vamos a hacer en los próximos diez, doce años. ¿Vamos a seguir aplicando el mismo modelo salvaje de costumbre? ¿Nos vamos a seguir descobijando unos a otros a punta de “ingenio” o de fuerza bruta? ¿Vamos a seguir siendo enemigos todos de todos? ¿O por fin vamos a creer que de veras todos somos hermanos de todos y la fraternidad es nuestra única esperanza? ¿Vamos a seguir optando por el odio y la destrucción, o entenderemos que el amor es nuestra única posibilidad?
¿Catarrito o catarrazo?
A PROPÓSITO DE ESA incursión impune del secretario de Hacienda en el Senado (asustas y te vas), un queridolector me dice: “Lo que no sale en las gráficas y en las cifras (que presentó don Agustín) es dónde quedó el catarrito. Que también, en su momento, se ilustró de idéntica forma, con cifras y gráficas.” Moraleja: el único arte que dominan los tecnócratas es el de justificar con números dizque apabullantes cualquier decisión… previamente tomada por razones ideológicas o de interés particular.
20 lecciones zen
1. No camines detrás de mí, porque puedo no guiarte. No camines delante de mí, porque puedo no seguirte. No camines a mi lado, porque el sendero es estrecho. De hecho simplemente bórrate del mapa y déjame solo.
2. El sexo es como el aire. No es importante a menos que carezcas de él.
3. Nadie te presta jamás la menor atención hasta que te echas un pedo.
4. Recuerda siempre que tú eres único. Igual que todos los demás.
5. Nunca sondees la profundidad del agua con ambos pies.
6. Si crees que a nadie le importa si vives o mueres, trata de dejar sin pagar dos o tres estados de cuenta de tu tarjeta de crédito.
7. Antes de criticar a nadie, debes caminar un kilómetro en sus zapatos. De esa manera, cuando lo critiques, estarás a un kilómetro de distancia y te habrás llevado sus zapatos.
8. Si no lo logras al primer intento, el parapente no es para ti.
9. Dale pescado a un hombre y él comerá un día. Enséñale a pescar y él saldrá en su bote y beberá cerveza todo el día.
10. Si le prestas cien pesos a alguien y no vuelves a verlo, te salió barato.
11. Si siempre dices la verdad, no tienes que acordarte de nada.
12. Algunos días tú eres el insecto; otros días tú eres el limpiaparabrisas.
13. No te preocupes; sólo parece chifladura la primera vez que lo haces.
14. El buen juicio viene de las malas experiencia, y las malas experiencias vienen de un mal juicio.
15. En boca cerrada no entra comida.
16. Hay siete teorías sobre cómo disctutir con una mujer. Ninguna de las siete sirve.
17. Hablando en general, no aprendes gran cosa cuando tus labios se están moviendo.
18. La experiencia es algo que no obtienes hasta que ya no la necesitas.
19. Nacimos desnudos, mojados y hambrientos y en seguida nos dan de nalgadas. Después se pone peor.
20. Nunca, bajo ninguna circunstancia, tomes un laxante y un somnífero al mismo tiempo.
La génesis del submarino
Encuentro en http://www.lagazeta.com.ar/lc.htm este curiosísimo texto que de alguna manera me evoca el mar de mis infancias: “Una de las opiniones menos cuestionados del mundo es la que atribuye a Julio Verne la invención del submarino. Como tantas otras, y a pesar de su popularidad, es lamentablemente falsa, porque para la época en que Verne escribió 20.000 leguas de viaje submarino (1870) ya existían embarcaciones subacuáticas, y la primera de ellas se había llamado precisamente Nautilus
Aplausos y chiflidos:
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Consultas: www.buhedera.mexico.org
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