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Edición 219 | |||
Domingo, 04 de Octubre de 2009 23:36 | |||
PLAZA PÚBLICA Castillo Peraza y Calderón
MIGUEL ÁNGEL GRANADOS CHAPA AL REFLEXIONAR AQUÍ sobre los 70 años del PAN, referí que cuatro de sus ex presidentes rompieron con su partido, todos por considerar que Acción Nacional abjuró de su pasado y perdió su identidad. Y eso que esas salidas ocurrieron antes de que ese partido ganara el poder federal, y apenas empezaba a ejercerlo en algunas entidades.
Tenemos noticias hasta ahora ignoradas -algunas de ellas supuestas, pero desconocidas con precisión- de las relaciones entre Castillo Peraza y Calderón. Se ha citado hace poco una carta en que el primero reconviene al segundo por algunos de sus defectos, y sabíamos del enfriamiento que sus relaciones experimentaron después de haber mantenido una relación fraternal, con tintes paternofiliales. Pero ahora contamos con la versión de Castillo Peraza, según la confió a Julio Scherer García.
En su libro Secuestrados, que está en circulación desde hace un par de semanas, el periodista que revolucionó Excélsior y fundó Proceso narra entre otros casos de personas dañadas por el delito al que se refiere el título de su más reciente obra, el de su propio hijo Julio Scherer Ibarra. Relata que para reunir en el breve plazo fijado la cantidad ordenada por los captores, al recibir la cual dejarían en libertad a su hijo, acudió a la generosidad diligente de algunos amigos. Entre ellos Castillo Peraza, que prestó a Scherer García 10 mil pesos. Otros aportaron cantidades diversas, hasta sumar la cifra demandada por los secuestradores. Al recordar sus contribuciones, el periodista retrata a cada uno de los amigos que las hicieron. Procede con su cruda sinceridad habitual, reseñando momentos que hubieran alterado y aun destruido la amistad -como una conversación sobre la existencia de Dios con Castillo Peraza- pero siempre con la gratitud de quien quedó obligado para siempre con esos amigos. "El tiempo y un trato cuidadoso entre Castillo Peraza y yo habían hecho posible una amistad irrenunciable entre nosotros", que incluyó confidencias como la anterior y las que fundan las líneas que siguen:
Cuando Carlos se marchó del PAN, "en Acción Nacional empezó a extrañársele. No había en el partido un intelectual de su altura. El paso de Calderón Hinojosa por "A la renuncia de Castillo Peraza, Calderón Hinojosa respondió, el 28 de abril, con un texto que publicó Tras varias confidencias ajenas, Scherer García hace una propia. Un día recibió un telefonema de Felipe Calderón: "Muy lejos el uno del otro, sin más comunicación que la circunstancial, me transmitió su preocupación en una frase reveladora. Qué pensaba Castillo Peraza de él, de Calderón Hinojosa. "Respondí con la verdad. Por un tiempo la reconciliación sería imposible. Castillo Peraza le había perdido la estima por el trato que había recibido de (Calderón) y por el abandono de los principios" del PAN.
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