![]() |
Edición 228 | |||
Martes, 02 de Marzo de 2010 11:35 | |||
EDITORIAL
Burocracia rica: Pueblo miserable
Desde que el siniestro salinato inventó el cuento del combate a la pobreza extrema, los economistas progresistas acuñaron una contrapropuesta para reencauzar el desarrollo social, en el sentido de que lo que hay que combatir es la extrema riqueza. Como esta opción no conviene ni a los plutócratas privados y ni a los públicos, la iniciativa no ha prosperado. Menos, en los sucesivos gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN), cuya tecnoburocracia engorda en proporción inversa a la pauperización de los menos favorecidos, que son la mayoría de los mexicanos.
De acuerdo con recientes reportes de Como en México no opera la regla de todos coludos o todos rabones, el lado alegre de ese criminal desequilibrio social favorece a quienes detentan el empleo público, desde el personal de base hasta la alta burocracia. Confirma este aserto el informe sobre Para lograr esa ventajista hazaña -la de disponer de finanzas públicas a la baja para premiar a la alza la improductividad de la burocracia-, el gobierno de Calderón echó mano, entre otras opciones, a remanentes de operación del Banco de México, a los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Petroleros y al reembolso de las coberturas petroleras que contrató en 2008 para garantizar un precio mínimo del barril de crudo mexicano en los mercados internacionales. Sobre ese crimen de lesa economía popular, es menester recordar un hecho: En diciembre de 2006, para tratar de congraciarse con la sociedad y pretender la legitimación de su mandato viciado de origen, Calderón simuló un decreto de austeridad en la administración pública, supuestamente para reducir el costo de la nómina de su gobierno. Es el caso que, por ejemplo, en el renglón de gasto programable, Calderón incrementó el de Durante su prolongado estío en los páramos de la oposición -donde subsistieron gracias la caridad de sus benefactores, no tan desinteresados como parecía-, los famélicos panistas fueron pugnases acusadores del PRI como “agencia de colocaciones” y denunciaban a éste como un rapaz gestor de la empleomanía a costa de la miseria de la mayoría de los mexicanos. Era sólo cuestión de esperar en la puerta trasera, para apropiarse del suculento banquete. ¡Y de qué manera!
|