Edición 228 |
Buhedera
Gracia y dignidad
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GUILLERMO FÃRBER
Sorprendentemente leo esto en un boletÃn financiero: “Las cosas van y vienen, suben y bajan, avanzan y retroceden. Las vidas humanas se vuelven cada dÃa más confortables gracias a innovaciones y progresos tecnológicos. Pero cada existencia termina exactamente en el mismo punto en que terminaban sus predecesoras hace un millón de años. Polvo al polvo, cenizas a las cenizas… ¿Pero qué hay respecto de la vida de una empresa, o de una acción determinada, o de un mercado alcista? Igual, terminan en donde empezaron: en ninguna parte. Todo termina donde comenzó. El reto, desde nuestro punto de vista, es llegar allá conservando cierta gracia y dignidad.â€
Hacienda y la simplicidad
A propósito de la vana esperanza de esperar siquiera un átomo de sentido común en el fisco me dice un desencantado queridolector: “¡Claro que el SAT no utilizará ni aceptará una solución sencilla! Un trámite sencillo y económico: 1. No suena importante para gente tan sabia como ellos. 2. No cuesta dinerales de dinero, que al fin es ajeno. 3. Les importa un cacahuate muy serenado que el cliente reciba un mejor servicio; más bien prefieren lo contrario. 4. Con trámites difÃciles pueden ser más arbitrarios y ejercer su poder. 5. Lo de veras esencial: si dan soluciones complicadas se sienten más importantes. Se saben como dioses al ser tan importantes y poderosos. ¿Qué puedes contra el ego, y más aún si es tan potente que te puede sacar tu dinero, preferentemente dejándote en la ruina? ¿Algún iluso espera comprensión, razón o decencia en alguno de los modernos publicanos? Lo confirma el dicho carpintero: hay maderas que nomás no agarran el barniz. Lo cual no es culpa del barniz.â€
Se revela ubicación geográfica de la chingada
â€Por fin, tras largos años de incertidumbre y vueltas en vano, todos los mexicanos a quienes nos han indicado que nos dirijamos a ese incógnito paraje contamos con las coordenadas de nuestro destino, instrucciones precisas para llegar e incluso fotos satelitales. Gracias al Sistema Nacional de Información Municipal (SNIM) y al navegador GoogleEarth, ha sido posible desentrañar la ubicación de la localidad más buscada de México, ignorada hasta el advenimiento de esta Era de
¿Y si Dios fuera mujer?
A propósito de la ociosidad bizantina expresada en esta Buhedera en dÃas pasados, un queridolector me manda este poema de Mario Benedetti (que aquà entre nos me parece bastante tonto en todos sentidos, pues creo que Dios está infinitamente por encima de estas bobas especulaciones):
Si Dios fuera una mujer
¿Y si Dios fuera mujer? / pregunta Juan (Gelman) sin inmutarse, / vaya, vaya si Dios fuera mujer / es posible que agnósticos y ateos / no dijéramos no con la cabeza / y dijéramos sà con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez / para besar sus pies no de bronce, / su pubis no de piedra, /
sus pechos no de mármol, / sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazarÃamos / para arrancarla de su lontananza / y no habrÃa que jurar / hasta que la muerte nos separe / ya que serÃa inmortal por antonomasia / y en vez de transmitirnos SIDA o pánico / nos contagiarÃa su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalarÃa / lejana en el reino de los cielos, / sino que nos aguardarÃa en el zaguán del infierno, / con sus brazos no cerrados, / su rosa no de plástico / y su amor no de ángeles.
Ay Dios mÃo, Dios mÃo / si hasta siempre y desde siempre / fueras una mujer / qué lindo escándalo serÃa, / qué venturosa, espléndida, imposible, / prodigiosa blasfemia.
MinironÃas
Una noche espléndida estaba en mi cama viendo las estrellas cuando de repente me pregunté: ¿Dónde esta el techo?
¿Dios es femenino?
A este otro queridolector no le hizo nadita de gracia la tal posibilidad: “No voy a decir que me extraña que personas serias se hagan esa pregunta porque serÃa demasiado agresivo, superfluo y contraproducente sin necesidad alguna. Para un cristiano (no sólo católicos) San Pablo dice “Nadie puede conocer lo que hay en lo profundo de Dios, a no ser el propio EspÃritu de Dios†(1a Cor.2.11). En este tema el Papa Juan Pablo II dijo en julio de 1985: “Ningún signo, ninguna imagen creada puede desvelar al conocimiento humano la Esencia de Dios como tal. Sobrepasa todo lo que existe en el mundo creado y todo lo que la mente humana puede pensarâ€. (Ver la cita completa en: http://www.caminando-con-jesus.org/DIOS/UN-DIOS-ESCONDIDO.htm ). Para los cristianos Dios se revela en las Escrituras (La Biblia) y sobre todo en Jesucristo quien es, en el concepto romano, el que ‘hace un puente’: Pontis Fax: PontÃfice. El pensar que Dios es masculino es una herencia judÃa: Javeh: ‘El que es’. Y como buen judÃo, Jesucristo lo llama “Padreâ€. Pero prácticamente todas las religiones antiguas tenÃan las dos divinidades, un dios y una diosa o muchos, como los griegos. Y aquà es donde entra la figura de MarÃa (el principio espiritual femenino). Ya desde los principios del cristianismo se le da el tÃtulo o reconocimiento de ‘Madre de Dios’ en la oración del Ave MarÃa. Y dice la ortodoxia que no se la considera como diosa, sino como ‘intercesora’: ‘Ruega por nosotros...’ Si efectivamente ‘que nadie venere a MarÃa’, Epifanio Obispo... La creencia mexicana de que la Virgen ‘hace milagros’ raya en la idolatrÃa. El culto a la Virgen recibe el nombre de HiperdulÃa†(“DulÃaâ€: culto que se da a los santos como intercesores ante Dios). En cuanto a la ordenación sacerdotal de mujeres, fue muy simple la explicación que Juan Pablo II dio a los norteamericanos en una de sus visitas: ‘Nosotros seguimos la tradición de que Jesucristo eligió 12 apóstoles hombres.’ Claro habÃa mujeres en el entorno, como ahora las hay ‘Ministras de la EucaristÃa’. (¡Claro, salvo mejor opinión del Maese Dan Brown o el Priorato de Sión!) De esta manera no necesitamos que Dios sea hombre o mujer. En el cristianismo nos podemos dirigir a Dios hombre y a MarÃa mujer, sin necesidad de meternos a averiguar ‘la esencia de Dios’.
Aplausos y chiflidos: Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla      Consultas: www.buhedera.mexico.org
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