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Edición 235
Escrito por Jacques Bombardier   
Lunes, 31 de Mayo de 2010 10:46

DARFUR: LA COCINA DEL DIABLO

 

Jacques Bombardier

(En exclusiva para Voces del Periodista)


  • Una sola palabra define a Sudán y a la destrozada Darfur: Genocidio
  • Un peligroso y explosivo laboratorio de guerra que se expande a Chad y la República Centro Africana.
  • Del odio tribal al genocidio por intolerancia racista.


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“Un grupo paramilitar llega a una aldea de Darfur, Sudán; el calor solar es un infierno ataviado de miseria, hambre y dolor; estos matones inmisericordes y genocidas son llamados con terror “Los Demonios a caballo”, quienes vienen a cumplir otra misión sangrienta con la violencia que les caracteriza y que les significará un gran botín, en un acto que no se puede llamar de guerra, puesto que atacarán civiles inermes, inocentes que están aprendiendo a vivir con la muerte y la violencia en lugar de pan y educación. En cuestión de minutos han rodeado una escuela de mujeres, de niñas, el silencio se rompe por un gritería que taladra los oídos, el asalto desigual y abyecto termina con la violación masiva de cientos de aterradas darfuríes, cuyo único error fue estar en el lugar y el momento adecuado para los matones, verdaderos sicarios protegidos y al servicio de un gobierno despótico comandado por un genocida…Más allá de esta escuela sólo hay cadáveres de hombres ejecutados a mansalva, casas y chozas ardiendo y niños encadenados por el miedo para convertirse en esclavos. (Una escena real, con un fin doloroso, amargo y repudiable que sólo terminará en noticia efímera para el resto del mundo…”

Enclavada en la parte occidental del Sudán (nación llamada antiguamente “La Tierra de los faraones negros”), Darfur y su capital Al-Fasher, son, desde 1980, el escenario de un terrible Apocalipsis en donde la vida humana, la integridad física y los derechos humanos no tienen valor alguno. Hasta nuestros días, esa región africana es una especie de laboratorio del infierno, de una cocina del diablo en medio de una interminable guerra civil, migraciones forzadas, guerras de exterminio, hambruna, sequías, enfermedades, ambiciones políticas, fundamentalismo religioso fanático, racismo y cantidades industriales de violencia, demasiada violencia.

Según los expertos e historiadores internacionales, todo inició en los años ochenta del siglo pasado, con los cruentos enfrentamientos entre etnias irreconciliables como lo son los fur, los zaghawa y los massalit, especialmente por la creciente escasez de pastos y agua, lo cual creó una pugna abierta, a nivel nacional entre el norte y el sur de Sudán, al que se agregó un factor más, el conflicto de intereses del centro-capital Jartum en contra de la periferia marginada de la que forman parte Darfur y Beja. Para el 2003 las tensiones raciales derivaron en conflictos entre nativos y musulmanes, ya que el gobierno central decidió poner en práctica un malévolo plan de “una muy conveniente arabización” del país mediante la apertura de fronteras a población árabe procedente de Chad, Mali y Mauritania.

Fue en ese mismo año cuando aparecen, para agravar más la situación, dos grupos rebeldes en defensa de la población nativa: el Movimiento de Justicia e Igualdad (JEM) y el llamado Ejército de Liberación del Sudán (SLA), los que enfocaron sus baterías militares contra las instalaciones y agrupaciones policiaco-militares del gobierno central. Esto obligó al Estado sudanés a recurrir a la fuerza aérea nacional, organizar y lanzar a combate a las milicias Yanyawid, integradas por ganaderos árabes nómadas convertidos en los temibles y criminales autodenominados “Demonios a caballo” que se dedicaron y dedican a arrasar aldeas, asesinar hombres, violar mujeres, robar víveres y quemar casas, verdaderos paramilitares sanguinarios.

 

rage CHILD DEAD

LAS CIFRAS DEL DOLOR Y EL TERROR

A lo largo de los conflictos que viene padeciendo Darfur, principal punto de crisis en esta ya larga guerra civil, las cifras son escalofriantes y vergonzantes no sólo para los sudaneses y el África, sino para el mundo entero, ante la impotencia típica de la ONU y el Unión Africana, así como la de la cuestionable pasividad sospechosa de las naciones poderosas de Europa, Asía y los propios Estados Unidos, quienes parecen estar a la expectativa como los buitres, muy a pesar de sus misiones de paz como la de la llamada AMIS, en donde norteamericanos, canadienses y miembros de la Unión Europea se han concretado a enviar ayuda material, misma que ha sido inútil y , por el contrario, ha complicado más la situación imperante en Sudán, y especialmente en Darfur, pues ha demostrado ser un “obstáculo en la lucha civil”.

En tan sólo siete años de conflicto, el éxodo de civiles alcanza los 2.7 millones de sudaneses, de los cuales un millón están en el vecino Chad, repartidos en doce campos de refugiados en los que carecen hasta de lo indispensable, en tanto que otros 48 mil refugiados están en la República Centroafricana; 1.8 millones son menores de edad entre los afectados por el conflicto darfurí y tan sólo en el 2008 se reportaron desaparecidos 800 niños y niñas entre los 12 y 18 años; ya se suman más de 300 mil muertos.

 

sudanpresident OMAR HASSAN AL BASHIR

EL GENOCIDA AL BACHIR Y SUS SECUACES

Y mientras tanto las ONG nacionales mantienen una lucha cerrada con el gobierno del déspota y criminal Omar Hasan al Bachir, quien no obstante ser perseguido por una corte penal internacional, se mantiene en el poder con el misterioso respaldo de poderosos padrinos; igual situación guardan, desde 2007, otros dos genocidas como son Ali Muhammad Ali Abd al Arman, apodado como Ali Kushayb, líder tribal y miembro de las Fuerzas de Defensa Populares, y más conocido como "Aqid al Oqada", ”Coronel de los coroneles”, en el sector Wadi Salih de Darfur y Se le considera uno de los comandantes de las milicias Janjaweed y está acusado de cometer crímenes de guerra bajo el artículo 8 del Estatuto de Roma, y de crímenes contra la humanidad según el artículo 7 del mismo estatuto. El otro buscado es Ahmad Muhammad Harun, apodado Ahmad Harun, ministro de para Asuntos Humanitarios en el actual Gobierno de Sudán, desde 2006. También sirvió como ministro del Interior entre abril del 2003 y septiembre de 2005. Tiene cargos por crímenes lesa humanidad cometidos entre agosto del 2003 y marzo del 2004, bajo el artículo 7 del Estatuto de Roma.    .

Es más, el conflicto sudanés ya traspasó las fronteras nacionales y se está complicando con las quejas internacionales de sus vecinos de Chad y la República Centro Africana, los que acusan a Omar Hasan, a las fuerzas paramilitares y los grupos guerrilleros de atacar con una frecuencia cada vez mayor sus territorios, lo que les está obligando a unirse para combatirlos y con ello, sin remedio, internacionalizar la guerra.

 

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