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El oro negro compra las revoluciones
de los pueblos pobres árabes
Obama y aliados: La televisión, su arma letal para penetrar la opinión pública mundial por los ojos
Al Jazeera y Al Arabiya:, los aliados mediáticos de Obama
JACQUES BOMBARDIER RENAUD
(Exclusivo para Voces del Periodista)
“El problema es que la televisión amalgame y convierta
en papilla informe la realidad, la ficción, lo fundamental,
lo secundario, el divertimento y la reflexión”.
Pierre Auguste Renoir
“La dependencia de las personas de la televisión es el
hecho más destructivo de la civilización actual”.
Robert Spaemann
Desde hace décadas, la política norteamericana dentro y fuera de la nación entendió que el uso de la televisión satelital es un arma muy efectiva dentro del arsenal mediático y de apoyo sustancial al ideológico, económico, cultural y militar; otras potencias también lo han captado así, pero no han logrado darle el uso y obtener los beneficios que Estados Unidos ha alcanzado al penetrar países, gobiernos, sociedades y todo tipo de estructuras humanas en función de obtener beneficios y el vital apuntalamiento de su poder y riqueza que le mantienen como la primer potencia del globo.
A través de la “televisión controlada”, las diversas administraciones norteamericanas de mediados del siglo XX a lo que va del XXI, con gobiernos pintados de demócratas o republicanos, liberales o conservadores (los que en el fondo son todos de una derecha inmutable), han venido moviendo sus piezas en el gigantesco ajedrez internacional. Instrumento clave de penetración, ideologización, información y desinformación, la televisión por satélite ha rendido frutos, algunos dulces y otros muy amargos a los sucesivos gobiernos de Washington y sus aliados israelíes, sauditas y europeos, demostrando que una potencia debe, por obligación y necesidad, controlar totalmente los medios de comunicación en todo el orbe, si quiere mantener la supremacía y el poder en todos los renglones, desde el económico hasta el cultural. Así ha sido desde la Guerra Fría, la Guerra de Corea, Vietnam, las revueltas en América Latina y sus dictaduras, en África, en Europa y el antiguo Bloque Soviético y ahora, después del costoso montaje mediático-político del S-11, frente al creciente mundo musulmán en pugna con el “Occidente infiel”.
Sobre lo que queda de la mente árabe
La actual administración del presidente Barack Obama, desde que tomó la presidencia de los Estados Unidos, aprovechó, como él mismo dijo una ocasión en Washington, sus “raíces paternas musulmanas” para cambiar el discurso y la dirección de la conflictiva y violenta relación Occidente-Mundo Árabe, al realizar una serie de operaciones y estrategias de acercamiento con los líderes, sean aliados o enemigos, de la esfera musulmana, logrando negociar y realizar maniobras estratégicas para ampliar su presencia en el Norte de África y el Oriente Medio en beneficio también de sus aliados naturales, Israel y Arabia Saudita, así como de sus “súbditos de conveniencia” de la OTAN.
Sin embargo no es tarea fácil, máxime que los Estados Unidos han tenido éxitos y fracasos alternados en diversas partes del bloque árabe “del Golfo Pérsico al Atlántico y también en el cuerno de África”. Es por ello que las tareas de acercamiento con el mundo musulmán y la comunidad árabe, han tenido que ser apuntaladas con operaciones subterráneas de espionaje, contraespionaje, guerrilla, contraguerrilla y el uso de un arma tan efectiva como letal a favor de los intereses del eje Washington-Tel Aviv-El Riyad: la televisión vía satélite.
Los resultados saltan a la vista con la llamada Primavera árabe y con la asociación clave con los medios televisivos satelitales más importante de la región árabe como son Al Jazeera, Al Arabiya y Al Hurra, el canal árabe pro-yanqui (construido con dinero y recursos norteamericanos), que están jugando un papel clave al operar en beneficio de los intereses de la administración Obama y sus aliados. Es Al Jazeera (“La Isla”), la cadena pro-árabe con base en el emirato de Qatar, la más importante aliada de las estrategias norteamericanas en Medio Oriente y Noráfrica, convertida hoy en la versión árabe de la cadena estadounidense CNN y con una fuerza de penetración de 35 millones de telespectadores en Oriente Medio y otros 15 millones en Europa y América. Claro que años atrás Al Jazeera era considerada como un enemigo mediático de los E.U. y sus aliados, por considerarla el vocero de los líderes y grupos más radicales y violentos del extremismo fanático musulmán; sin embargo los tiempos cambian y los gobiernos también, tocando a Obama convertir, vía sus asesores árabes en Washington, a esta cadena, considerada la quinta en importancia a nivel mundial, como una aliada muy conveniente para los fines de la Casa Blanca, los halcones de la derecha estadounidense, y sobre todo, para protección y beneficio mayor de la industria que mueve al mundo: el petróleo, el llamado oro negro.
Un arma en plena acción
Así las cosas, la administración Obama ha venido utilizando a su “aliada mediática” para desarrollar una política de “información al mundo” (léase desinformación), mediante la cual se alcancen varios objetivos: 1.- Crear imágenes prefabricadas de un efecto dominó denominado La Primavera Árabe, que está causando revuelo y revoluciones en países a los que E.U., y sus aliados consideran peligrosos, enemigos de la libertad, la democracia y los derechos humanos; 2.- Hacer creer al resto del mundo que es urgente parar la violencia en naciones como Túnez, Egipto, Marruecos, Siria, Irak, Afganistán y otros más, pero con el patrocinio y al estilo estadounidense, es decir, apagar el fuego con el fuego. 3.- Utilizar la poderosa red de difusión y penetración de la televisión para establecerse en juez y parte frente a los que exhibe y constituye como “enemigos del mundo libre” (¿Recuerdan a Corea, Cuba, URSS, Vietnam y tantos otros?)
Y son los casos de Al Jazeera y Al Arabiya (esta en menor escala), los medios que están haciendo la función de monitores e informadores de lo que los intereses de la administración Obama y socios quieren que sepa el mundo; al considerar a estas grandes cadenas de tele satelital como las más cercanas al terreno de los hechos, el resto del planeta considera que son las que informan con mayor exactitud y veracidad de lo que ocurre en esas arenas políticas desde el cuerno de África al Golfo Pérsico. Y es que no es ninguna casualidad que sean las naciones de esa región del mundo las que estén bajo las presiones del cuadrilátero Washington-Tel Aviv- El Riyad- OTAN, simple y sencillamente son naciones, en su mayoría, enclaves petroleros y puntos de acceso entre Oriente y Occidente, en donde Israel y Arabia Saudita, juegan papeles estratégicos y decisivos para los intereses estadounidenses.
Es tal la manipulación mediática norteamericana principalmente a través de Al Jazeera, que no hay cadena televisora en el mundo que no se base a “las informaciones procedentes de la fuente confiable de esa cadena qatarí”, terminando por repetir hasta la saciedad lo que el gobierno de Obama y sus aliados quieren que sepa el mundo, sin importar, claro, que para ello haya que montar en el poder de las naciones en crisis a los propios enemigos irreconciliables de la democracia, la tolerancia y los derechos humanos (léase enemigos de E.U. y sus socios). No es nada nuevo, pues dentro de la perversa política norteamericana, ellos son capaces de crear aliados y enemigos, héroes y villanos, a los que después, conforme a sus intereses del momento, enroca para cambiarles el papel protagónico, es decir, el que era su enemigo hoy es su aliado, el que era su aliado mañana será su enemigo y así de manera interminable.
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