Sábado, 28 de Mayo de 2011 09:28 | 
Author: GUADALUPE SANTA CRUZ DE LA MORA | 
| Edición 259 |
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La invasión
en marcha
GUADALUPE SANTA CRUZ DE LA MORA
Un presidente asesino... ganador del Premio Nobel de la Paz e imperialista, y presidente entreguista que oculta su debilidad tras el Ejército. Existen, son, actúan.
Barack Obama busca un personaje -civil o militar- que tome el control de la aviación en México, desde la Embajada de Estados Unidos; y "dirija" a la Procuraduría General de la República, donde ya está colocada la nueva procuradora premiada en Washington: Marisela Morales. ¿Quién lo dijo? Se publicó en la página en línea de EL UNIVERSAL, el 9 de mayo pasado... y luego, silencio total.
Señor Presidente Calderón: Usted debe saber que nosotros, los mexicanos, rechazamos que su administración, bajo ningún motivo ni pretexto se ponga de alfombra para que pase por ella encima las barras y las estrellas, y hemos de conservar todavía lo mucho que queda de esta nuestra querida patria que Usted ofrece al postor anglosajón.
Los norteamericanos son seres híbridos que ignoran que el señor Bush hijo, es el responsable de la caída de las Torres Gemelas en Manhattan y sigue impune.
Felipe de Jesús Calderón, usted quiere entregarle el Estado a los yankees; ejemplo: el petróleo. Usted dio la noticia en Washington antes de que supiera de sus planes la soberanía de la Cámara de Diputados y de la Cámara de Senadores, a las cuales no consultó.
Nosotros nunca hemos objetado el que en su calidad de jefe supremo de las Fuerzas Armadas, luche con el Ejército y la Marina para detener la avalancha del narcotráfico, impulsado por los intereses norteamericanos reforzados en la frontera, dado que con su doble moral de "te elogio y luego te pego", ahora pretenden venir por todo.
No queremos ni pensar que ese incógnito personaje que envíen a la par del sucesor de Carlos Pascual, se erija en jefe de las operaciones de las aeronaves no tripuladas, las cuales volarán por todos nuestros cielos.
Estamos cansados de las burlas y angustias de las que no somos culpables, pues la responsabilidad es los políticos. Nosotros nos hemos fijado que cada vez que Calderón va a la capital norteamericana hace anuncios de cosas que el Congreso de la Unión ignora. Por ahora le tocó a Pemex. El Ejecutivo federal no quita el dedo del renglón de que la empresa paraestatal se integre a las empresas extranjeras, léase norteamericanas, para explorar, explotar e irse adueñando del crudo mexicano.
Pero a pesar de todo es difícil aceptar que el primer mandatario de este país habiendo analizado la situación ayude a E.E. U.U. a despojarnos, en lugar de centrarse en atrapar a los peces gordos del narco a cambio de que nosotros pongamos los muertos que ya son 40 mil; y el Presidente se conforma con la limosna de unos cuantos millones de dólares de la Iniciativa Mérida, incumplida principalmente por ellos.
En cuanto al petróleo, Cantarell no es lo último que nos queda; si mal no recordamos, verdaderos conocedores del Instituto Mexicano del Petróleo, afirman la existencia de muchos yacimientos en Chiapas y Tabasco con grandes reservas no estimadas aún. Eso que hace Felipe de Jesús Calderón Hinojosa tiene un nombre que se llama traición.
Nuestras Fuerzas Armadas que no saben de disimulos; y a quienes les ha costado perder 500 militares asesinados en esta lucha, se encuentran muy disgustadas y les sobra razón.
Escuchamos al general Roberto Badillo, divisionario, diplomado de Estado Mayor, hombre de brillante trayectoria castrense de 47 años, ex jefe de Zona Militar y ex comandante de Región Militar, inconformarse severamente.
El general Badillo ha señalado varias veces que en las regiones más conflictivas de la campaña contra los narcotraficantes se declare el Estado de Sitio, pero los izquierdistas ponen el grito en el cielo y los señores de Derechos Humanos estorban a la Justicia porque victimizan a los delincuentes, y a las víctimas las minimizan.
El pueblo que sabe quién lo protege y lo sirve con abnegación, vitoreó y saludó a los soldados y a los marinos el pasado 16 de septiembre, año del Bicentenario. Le repetimos, Presidente Calderón, nosotros los que sí somos nacionalistas, nos oponemos a que personal de USA venga a dar órdenes a México. ¿Entonces para qué es usted el Primer Mandatario de la Nación? Y los secretarios de Estado, los de Sedena y Marina, Armada de México, ¿para qué están?
De todo lo malo que nos pase lo responsabilizamos, pero no a usted solo; con usted los políticos sinvergüenzas y vendidos. Si aquí está el Palacio Nacional en una metrópoli cargada de historia y de abolengo, despache usted Presidente estos asuntos y no se convierta en vocero allá en Washington.
Perdón por mencionar a Don Porfirio como el mejor de los presidentes de la Patria, independientemente de sus méritos como estratega, el Héroe de la Batalla del 2 de abril y el ganador de la Batalla de 5 de mayo en Puebla, con sus zacapoaxtlas, les pegó una corretiza a los franceses, a despecho de lo que opinen los partidarios de los generales Negrete y Zaragoza.
Punto final a la invasión en marcha. Somos más de cien millones los que no respaldamos la política exterior de los gobiernos panistas.
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