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Avances en el tratamiento
de la depresión resistente
DR. OSCAR MENESES LUNA*
En los últimos 20 años se han introducido variados y excelentes antidepresivos, mejores en tolerabilidad, seguridad y eficacia. De igual manera ha habido avances en el diagnóstico de la depresión y conocimiento por parte de la población de que es una enfermedad frecuente cuyo tratamiento es a través de psicoterapia y farmacológico. A partir de esto continúan importantes tropiezos en el logro de un éxito terapéutico.
Se calcula que más de 20 por ciento de la población mundial padecerá algún trastorno afectivo que requiera tratamiento médico en algún momento de su vida. El Informe Mundial sobre la Salud de 2001 menciona que la prevalencia de depresión en el mundo en los hombres es de 1.9 por ciento y de 3.2 por ciento en las mujeres; la prevalencia para un período de 12 meses es de 5.8 por ciento y 9.5 por ciento, respectivamente.
En México, Frenk y colaboradores estimaron que los trastornos neuropsiquiátricos ocupan el quinto lugar. Cuatro de las 10 enfermedades más discapacitantes son neuropsiquiátricas: esquizofrenia, depresión, trastorno obsesivo compulsivo y alcoholismo. La depresión se integra en el conglomerado de trastornos mentales que cada día cobran mayor importancia y se estima que en 2020 será la segunda causa de años de vida saludable perdidos a escala mundial y la primera en países desarrollados.
La Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, llevada a cabo en 2002, entre población urbana de 18 a 65 años de edad, concluyó que los trastornos afectivos se ubican en tercer lugar en frecuencia para prevalencia alguna vez en la vida (9.1 por ciento). Aproximadamente 50 a 70 por ciento de pacientes con depresión mayor responden parcialmente a los antidepresivos actualmente usados dentro de las ocho semanas y más del 80 por ciento responden después de 2 años.
Tradicionalmente los trastornos depresivos que no responden a algunos tratamientos antidepresivos fueron llamados resistentes, refractarios o más recientemente depresión de difícil control . Existen algunas causas de la falta de respuesta terapéutica como: 1) Presencia de comorbilidades médicas, y 2) Incumplimiento terapéutico. Se debe definir a que se refiere falta de respuesta, remisión, recaída y recuperación. Es aceptado que los pacientes deben experimentar una reducción entre el 40 y 50 por ciento de la severidad de los síntomas durante las primeras seis semanas de tratamiento para que el resultado se considere exitoso.
Con frecuencia se utilizan dosis subterapéuticas y por lo tanto ineficaces de antidepresivos. En la práctica psiquiátrica tampoco se utilizan rutinariamente herramientas sencillas de evaluación como la escala de Impresión Clínica Global (ICG) o Escala de Evaluación Global de Funcionamiento (GAF). Por remisión debe entenderse el que los síntomas hallan cedido y que los niveles de funcionamiento global no sean diferentes de los de personas no deprimidas. El tratamiento continúa una vez que se ha logrado la remisión completa. Esta fase de sostén o prevención de recaídas, llamada por algunos “fase de terapia continuada” debe tener un mínimo de seis meses de duración, antes de declarar al paciente como recuperado.
Existen otras importantes alternativas terapéuticas aplicables como la Estimulación Magnética Transcraneal Repetitiva (EMTr), Estimulación del Nervio Vago, Psicocirugía y Neuroestimulación Cerebral Profunda. En esta última los estudios neuroradiológicos han demostrado el importante papel desarrollado por una región del cerebro llamada cíngulo, denominado Cg25 en los trastornos del humor y en los efectos de los fármacos antidepresivos. La actividad del Cg25 está característicamente disminuida en las personas que sufren depresión (4). Un equipo de investigadores de Toronto asegura haber obtenido los primeros resultados promisorios de un estudio quirúrgico de gran alcance, en el cual se utiliza la estimulación cerebral profunda en pacientes que sufren de depresión severa o resistente. La técnica consiste en la estimulación eléctrica de alta frecuencia en una zona determinada del cerebro con la finalidad de modular la actividad de esa región. Es por ello que desde hace dos años se viene trabajando en un proyecto de investigación para el tratamiento de la depresión resistente en el Centro Médico Nacional “20 de Noviembre” Issste ya que cuenta con la infraestructura de tecnología y de recursos humanos para llevarla a cabo.
* Psiquiatra adscrito
Centro Medico Nacional “20 de noviembre” Issste
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