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Edición 268 | ||||
Escrito por GUILLERMO FÁRBER | ||||
Viernes, 14 de Octubre de 2011 13:12 | ||||
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Cómo sobrevivir…
El título completo del libro es “Cómo sobrevivir a esta mega crisis… e incluso prosperar durante ella”. El autor es Darryl Robert Schoon, conocido monetarista de fama mundial y experto en historia económica. Según Schoon, la mayor sacudida económica de la historia es la ya comenzó y estamos empezando a vivir. Será una época de enormes dificultades y carencias, pero a la vez un tiempo de grandes oportunidades. Ten esto en cuenta, querido lector, para conservar en todo momento una lucecita de esperanza (pero esperanza racional, fundada, no meras ilusiones y fantasía basadas en la arena), ahora que sin duda se incrementan los problemas de empleo, de ingresos, la inflación de precios, y en general todos los aspectos de la existencia. Sin duda la cosa estará de la chifosca en muchos sentidos, pero siempre habrá salidas para quien ejerza la creatividad, la laboriosidad, y mantenga la idea del servicio a los demás. Servicio rentable para ambas partes, desde luego, no simple filantropía franciscana (no tengo nada contra los hábitos franciscanos, me parecen admirables, pero esto es otra cosa: relaciones de ganar-ganar). En este libro, Darryl Robert Schoon analiza las razones que dieron origen a esta profunda crisis, cómo fue que llegamos a ella, y hacia dónde va todo el desorden global. Como ves, es un tema fundamental. Lo puedes consultar en:
PRÁCTICO El profesor de traumatología presenta a sus alumnos a un hombre manco, rengo y con severas deformaciones en la espalda: “Ustedes ¿qué harían en un caso así?” Un alumno responde de inmediato: “Pedir limosna.”
Darryl Robert Schoon
DEUDAS Como sabes, el problema económico del mundo es muy sencillo (por eso no lo entienden los economistas): hay demasiadas deudas. Y lo que está ocurriendo es que la economía mundial se está purgando de esa indigestión, nada más. Todas las demás sesudas “explicaciones” que lees en medio dizque “especializados” no son más que intentos de darle la vuelta a este sencillito problema, y tratar de enmascarar la simple realidad de que no hay nada qué hacer sino dejar que la economía mundial termine de vomitar tantísimo crédito que se tragó en tres décadas de festín. Por eso me parece que esta explicación va al mero meollo del cogollo: “Ninguna deuda simplemente desaparece. Las deudas no se esfuman nunca. Incluso si tienes éxito en ‘manejarla’, tú todavía tienes que sustraerla del balance de alguien. Los excesos de deuda son como granadas de mano después que le has quitado la espoleta. Puedes pasársela al de junto o al de enfrente, pero de que va a explotarle a alguien, ni vuelta de hoja. El estricta teoría, no importa quién tenga y quién deba la deuda. Una deuda es una deuda; es un derecho a reclamar cierta cantidad de riqueza. Riqueza presente o ingresos futuros. Cuando el crecimiento económico es impetuoso, las deudas parecen ligeras y pequeñas. Pero cuando el crecimiento se ralentiza, las deudas se vuelven más pesadas. Sin crecimiento, las deudas deben sustraerse de la riqueza actual, no de riquezas futuras. Eso es lo que son un repudio o una moratoria. El deudor (por ejemplo el gobierno de Grecia) reconoce que no puede pagar; el acreedor reconoce que ha sido un tonto. Muchos economistas tienen una idea equivocada de lo que es una deuda. Para todo deudor hay siempre un acreedor, dicen, de modo que no hay que preocuparse: todo se salda automáticamente. Sí, pero no. ¿Qué pasa si una deuda resulta incobrable? El prestamista soltó dinero. El deudor usó ese dinero para comprar recursos varios (que en este caso, despilfarró alegremente). De pronto el deudor se da cuenta de que ya no tiene aquello recursos, pero sí la deuda, que no puede pagar. De pronto también, el prestamista lamenta haber soltado ese dinero. El crédito desaparece, la deuda desaparece, los recursos hace rato que desparecieron… y entonces el prestamista, quebrado y desprestigiado, se da un tiro en la cabeza.” (Lo que es un poco extremoso y tan de mal gusto, pero a veces llega a ocurrir.
¡Chicles, joven!
El otro día fui a comer a un gran lugar: el piso 51 de la Torre Mayor. Espléndida vista al esmog (la visión de más altura de la ciudad, sin cargo extra en caso de terremoto), platillos gourmet (la mejor sopa de almejas que he probado en años), inmejorable compañía (puros colegas de fuste). Pero mi habitual ociosidad me llevó a hurgar con los dedos debajo de la mesa, ¿y qué crees que palpé? Dos chicles masticados, secos, pegados. No, si somos únicos. Adivino y contesto tu pregunta perversa: no, no despegué y me llevé los chicles (bueno, nada más uno).
FIDELIDADES Una pareja está practicando sudorosamente el antiguo ritual de hacer el amor. Suena el teléfono, ella contesta, replica puros ajás y mmmmsss y al colgar se ríe. Él pregunta: “¿Por qué te ríes?” “Era mi marido. Dijo que estaba tomando una copa contigo.” El otro clásico: UNAM-IPN
CLÁSICOS Tú sabes, queridolectora, que nunca he sabido gran cosa de ese deporte menor que es el futbol soccer (en mi infancia mahatleca no vi un balón de esos hasta la prepa). De modo que le comento a un verdadero eperto que los medios ya me tienen confundido con el barajeo de dizque “clásicos” con el que inevitablemente me tropiezo de cuando en cuando. En su respuesta, el experto ni menciona al Atlas, y yo vagamente creo recordar que lo oía mencionar como un equipo de alguna manera importante en la imaginería popular chilanga, durante mis vacaciones hace medio siglo en esta Corruptitlán de mis Pecados. En fin, seguramente una prueba más de mi ignorancia supina. Dice él: “El CLÁSICO es América-Chivas. Al Cruz Azul-América le llaman el Clásico Joven. Pumas-América es de nuevo cuño. En todos los deportes hay clásicos. UNAM-POLI, el más tradicional, en el futbol americano. En el béisbol, Diablos-Tigres, cuando ambos equipos eran defeños. En el fútbol, aprovechar la animadversión hacia el América se ha convertido en un buen pretexto-negocio. En la provincia, el día que va el América lo escogen como Día del Club y cobran las entradas al doble. Ahora que América anda tan mal que se va a acabar. Todos le pasan por encima y no ve el camión que lo atropella.”
La Torre Mayor de la ciudad de México. EVITA
TÚ
FEA Era tan, pero tan fea, que quiso volverse prostituta y murió virgen.
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