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PEMEX: el socio desechado
Mucha atención debemos prestar en estos días al rumbo que deberá tomar la dantesca aventura transoceánica en que nuestro singular director general de PEMEX, Juan José Suárez Coppel, casi como un Hernán Cortez a la inversa, ha sido embarcado por su jefe Felipe Calderón Hinojosa desde Los Pinos, al ser enviado como colonizador empresarial privado petrolero a España, buscando como estratega de esta jugarreta, al hoy defenestrado empresario constructor de muy dudosa solvencia financiera, el belicoso Luis del Rivero, quien mediante un autentico juego de audacia ya conocida en la península ibérica, embaucó y embarco a la paraestatal PEMEX para triangular su jugada con la quebrada SACYR, para tomar el mando de REPSOL y de paso, cobrar personales conflictos contra Antonio Brafau, hecho que tanto ha “cabreado” a diferentes sectores empresariales y políticos de extrema derecha en la monarquía de la “madre patria”, mientras en México la desinformación es colosal y la pusilánime actitud del Congreso de la Unión, demuestra el nivel de ignorancia de senadores y diputados sobre los alcances de este escándalo y evidente ridículo internacional.
Aunque también gravita en el ambiente, que es deliberado, para garantizar nuevos escaños en el saltimbanqui multicolor de la temporada electoral del 2012.
Lo que se presentó como un logro casi similar a la llegada del hombre a la luna, por parte de los aduladores al servicio del poder sexenal en México, ignorando toda normatividad, sea jurídica, de forma y fondo; donde la mínima cortesía institucional y decencia debió corresponder en la dirección de la petrolera, solicitar el aval de Consejo de Pemex y -ni que decir a los mexicanos- en teoría “dueños” de esta empresa, terminó en una serie de maniobras cargadas de opacidad, malas mañas y extraña secrecia de acotar cualquier rendición de cuentas o informar de los hechos, cuando para realizar “la operación” se requirió de la nada despreciable suma de mil 600 millones de dólares.
Después de la triangulación, o casi carambola de tres bandas, se presumía que la compra de alrededor de 4.6 por ciento de las acciones de Repsol había sido un excelente negocio, al grado que los títulos accionarios en plena devaluación, de pronto alcanzaron un éxito multiplicador de precios inimaginables; ya que aunados a las acciones del 20 por ciento del Caballo de FECAL –Sacyr-, permitían a PEMEX (asociado con Sacyr-Luis del Rivero) participar como socios mayoritarios dentro del codiciado consejo de REPSOL y acceder al cúmulo de “información estratégica sobre tecnología, mercados y todo un tesoro de luces y sombras del negocio energético que solamente pueden encontrarse en la inteligencia visionaria de la -presunta- piedra angular del energético mundial escondida en claves secretas de la compañía en cuestión.
Pero el gozo de nuestro sueño de lograr el “tesoro escondido” en las claves de éxito (¡¡??) de Repsol, parecen esfumarse ante la reacción virulenta de los nacionalistos españoles, quienes de inmediato pusieron el grito en el cielo, ante las casi enternecedoras promesas y juramentos de Juan José Suárez Coppel, que garantizaba con vehemencia: Mantener virginal la españolidad de Repsol, lealtad a la monarquía y a S.G.M. Juan Carlos de Borbón y al bipartidismo democrático ejemplar del PSOE y el PP; “Por la gracia de Francisco Franco y su Dios”.
Virulenta y sin piedad ha sido la respuesta española, ante el hecho, que una empresa de su antigua y explotada colonia pretende dominar su compañía petrolera insigne.
La caída de Luis del Rivero; la consolidación de Antonio Brufau como presidente de Repsol apuntalado por el verdadero “hombre fuerte nuevo de Sacyr, el empresario de la cervecera “Damm” Demetrio Canceller, el ridículo y penoso actuar del director de Pemex, también ex directivo, no sólo de Televisa, sino también de la Cervecera Modelo, Suárez Coppel, vaticinan el ocaso de esta aventura que se fraguo en la residencia del Poder Ejecutivo de México, con la evidente intención de convertirse en la señal para poner a Pemex como platillo seductor -al mejor postor- en el inminente proceso electoral federal del 2012, donde parte de los operadores de esta jugarreta son colaboradores cercanos del visible proyecto sucesorio de Felipe Calderón, en la personalidad de su ex secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arrollo.
Quizá cuando esta colaboración vea la luz en las páginas de Voces del Periodista, el estoque a esta maniobra se habrá consumado, con los vaticinios de muchos analistas de España que juran que la constructora Sacyr (con garbo y salero) desistirá de la alianza con PEMEX y que esta telenovela, con mariachis y demás títeres, serán parte de una ridícula historia .
Nos dice el maestro Luis Miguel González en su análisis del 21 de octubre en el periódico El Economista: “...Pemex se queda solo. Manrique llega a la presidencia gracias al apoyo de accionistas que rechazan la estrategia de Del Rivero. Manrique se reunirá hoy con Brafau. Los analistas españoles dan por hecho que la constructora avisara que desiste de la alianza con Pemex al interior del Consejo de Repsol y, probablemente, buscara la venta de una parte de sus títulos accionarios en la petrolera española”.
¿Así o más clarito el papelón?
El golpe final se describe con peculiar desprecio y no menos soberbia al leerse: “Queda pendiente evaluar la operación de Pemex en REPSOL a partir de dos criterios: El financiero y el reputacional”.
Lo financiero puede ser más sencillo: Comparar cuánto va a costar pagar los mil 600 millones de dólares de la inversión contra los ingresos esperados.
Lo reputacional es más complejo, entre otras cosas, porque es una variable de salta volatilidad.
Hoy mis queridos compatriotas que con júbilo celebramos aún la nacionalización de Pemex cada 18 de Marzo y que tenemos cita crucial en las urnas el primero de julio del 2012, la noticia corresponde al mejor posicionado en las encuestas inductoras del maniqueísmo en los poderes fácticos pro Salinas. Enrique Peña Nieto no quiere verse en desventaja ante las jugadas fallidas de Felipe Calderón y su delfín Ernesto Cordero para la oferta de Pemex al mundo y brinda la apertura moderna, sin escollos ideológicos, del botín petrolero.
Llama la atención que mientras en España SACYR, la constructora con números de quiebra, decidió renunciar a Luis del Rivero por no informar de sus operaciones y amarres.
Juan José Suárez Coppel, en cambio, no considera necesario rendir informes, cuentas o explicaciones a los diputados, a los mexicanos… a nadie, de cómo maneja a su arbitrio la vital empresa Petroleros Mexicanos. Veamos qué sigue.
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