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¿La City se tambalea?
Gral Ret.Roberto Badillo Martínez*
Las palabras del Primer Ministro Cameron en el Parlamento Inglés: “no voy a pedir perdón por defender a Inglaterra”, son tan falsas como una moneda de 2121 libras esterlinas.
Lo anterior, porque Inglaterra no firmó el nuevo tratado, pacto, acuerdo, etcétera, que comprometió a los países europeos a regular las transacciones bancarias y financieras imponiéndoles un impuesto, en la crisis más incontrolable que padece Europa en los aspectos económico, bancario, financiero, político y social, que por cierto afectó a los pueblos de Europa y Estados Unidos, no a los banqueros de esos países (aunque sí a algunos de sus bancos, pues el tiro les salió por la culata, al igual que a los bancos de Estados Unidos) al no afectar al BRIC (Brasil, Rusia, India y China, con la crisis de las hipotecas), que les hubiera producido enormes ganancias por bancarrotas de todo tipo, en esos países. Eso no se produjo, llevamos cuatro años de crisis y esta continúa. El BRIC sigue en crecimiento y con esos países, otros que comercian con ellos, como casi toda Latinoamérica y muchos países de Asia y África.
Mintió Cameron. Históricamente la política británica es la más mentirosa del mundo; por ello, a su país se le llama en las cancillerías del mundo “la pérfida Albión”. Es la maestra de los estadounidenses. Incluso la frase de John Foster Dulles: “Estados Unidos no tiene amigos, tiene intereses” se la fusiló de un inglés, Palmerston, quien dijo: “El reino de su majestad no tiene amigos, tiene intereses”.
Camerón dice que defendió los intereses del pueblo británico y también de la City. Bien, ¿qué es la City?: Es el primer centro de la industria especulativa que permitió a Gran Bretaña formar su imperio especulativo y explotador en decenas de pueblos en África, Asia y el Caribe, que por lógica se extendió a todo el mundo. También le permitió a Gran Bretaña ser el gran prestamista y militarista pirata de los siglos XVII y XVIII y parte del XIX.
El imperio fue entonces financiado con usura, especulación y explotación, beneficiando a los banqueros internacionales y con provecho, hay que decirlo, para el país, el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, y su pueblo; este provecho, fue de sufrimiento y de explotación, impuesto por ese imperio a los pueblos de los países colonizados. Sin duda, es una de las etapas más negras de la historia de la humanidad, pues entre otras hazañas se formó un sistema mundial de especulación en los continentes africano y asiático, que tuvo y tiene consecuencias mundiales en la explotación de materias primas estratégicas, que aún se realiza en los países independientes. Ese fue el origen en gran parte del imperio británico, imperio de terror, muerte y esclavitud, que prácticamente duró así sin taxativas hasta finalizar la segunda guerra mundial.
Todo ello hizo entre otros “logros” también la grandeza de la City, primera plaza mundial bancaria especulativa y usurera hasta la Primera Guerra Mundial, en que es relegada al segundo lugar por Nueva York, y que son hasta nuestros días, las dos plazas de los banqueros internacionales y de la Reserva Federal, provocadores de la crisis recurrentes, incluyendo la ultima de las hipotecas estadounidenses, con lo que trataron de derrumbar al BRIC. Al no lograrlo, la crisis, se pasó a Europa, con grandes bancos, también inmersos en el gran negocio hipotecario estadounidense. Estas dos plazas son las matrices de centenares de paraísos fiscales ubicados por todo el mundo en especial en el Caribe y en Europa. Esto es lo que defendió Cameron en su Parlamento.
Ministro David Cameron.
Entonces, lo que defendió Cameron es a sus banqueros, a la City, que son hermanos gemelos de los banqueros de Nueva York, no al pueblo británico, también doliente de esta crisis y tan afectado que ha protestado en Londres y otras ciudades. ¿Qué ya se olvidó que nada más en Londres hubo este año más de mil detenidos, a los que se aplicará implacablemente la ley, como también lo dijo Cameron?
Cameron defendió entonces al banco de Inglaterra, a sus banqueros, muchos de los cuales ostentan títulos de la corona británica, como sires y lores, y a la City.
¿Qué representa la City para Inglaterra? El 10 por ciento de su Producto Interno Bruto, o sea, ciento cincuenta mil millones de euros por año.
El contraste de este sistema británico con el resto de Europa, es extraordinario. Simplemente un dato: Los gobiernos europeos tienen prohibido pedir préstamos a sus bancos centrales, como si éstos manejaran efectivos de Marte o de Venus, así como también al Banco Central Europeo que maneja los ahorros de varios países de Europa, en tanto que Gran Bretaña, que está prácticamente tronada, desde el punto de vista de su comercio exterior, pide alegremente no sólo a sus bancos, sino al Banco Central de Inglaterra, donde se guarda gran parte del oro del Fuerte Knox, perteneciente a los banqueros privados de la Reserva Federal de Estados Unidos. Es dinero para financiar sus proyectos a tasas mínimas, e incluso tasa cero; en tanto que el resto de los gobiernos europeos se ven obligados por el artículo 123 del Tratado de Lisboa, que pasó íntegramente así, procedente del 104 del Tratado de Mastricht, a pedir con tasas especulativas y usureras a los bancos mundiales, llámense de la Reserva Federal, Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y decenas de bancos europeos. Prácticamente toda la banca mundial forma parte del sistema especulativo y usurero que dirige la Reserva Federal desde Estados Unidos.
La crisis actual, que ya lleva cuatro años, está perfectamente documentada en mi libro El Complejo Militar Industrial de los Estados Unidos, editado en el 2010, y para demostrarlo tomaré un pequeño párrafo de cada una de las páginas 32 y 33 del libro:
“En el año 1692 estalló la Revolución inglesa que dejó como resultado la ejecución del rey Carlos, la disolución del Parlamento y la consolidación del poder de los banqueros, quienes se apoderaron de una amplia extensión de Londres a la que bautizarían como la City de Londres, hoy uno de los centros financieros más importantes junto con Wall Street.
“Sólo quedan los Estuardo como enemigos de sus intereses; para despejar el camino, financiaron a Guillermo de Orange en su guerra contra éstos. Entonces, en 1694, los políticos, en su desesperación, recurrieron de nuevo a los préstamos bancarios. El precio por pagar sería muy alto: nada menos que la creación de Banco de Inglaterra (BC) en manos privadas, lo que les daba el monopolio sobre la emisión del dinero. Desde ese instante el Banco Central tomó el control de la economía y la política británicas, pues financiaba las carreras de los políticos y decidía quién de ellos llegaría al poder.
“Todo préstamo iría con cargo al pueblo mediante impuestos directos. El dinero era creado de la nada, pues el BC prestaba varias veces lo que poseía en reservas. Tal es el modelo del Banco Central que prevalece hasta nuestros días en todo el mundo y que la Reserva Federal norteamericana controla porque Estados Unidos pasó, en el siglo XX, a ser el país más poderoso del mundo; desde la creación del Banco Central de Inglaterra hasta la creación de la Reserva Federal en 1913, pasaron más de dos siglos del predominio del poder intrigante, como lo define Woodrow Wilson: “Existe un poder organizado, sutil, vigilante, unido, completo y penetrante” que se comunica sus metas y objetivos de generación en generación para así poder alcanzarlos.
“Para 1698, la deuda de Gran Bretaña pasaba de los 1.25 millones de libras esterlinas a 16 millones, es decir, que se había multiplicado 14 veces como resultado de la serie de préstamos que le había concedido el Banco Central, el cual supuestamente había sido creado para evitar los bruscos vaivenes de la economía inglesa que, por el contrario, se habían agudizado desde la aparición del citado banco. De esta forma, Inglaterra había entrado en una interminable sucesión de etapas de auge y depresiones que la mantenían en un estado de postración financiera, ante los banqueros privados que controlaban la economía británica.
“Para 1743, justamente 50 años después de la creación del Banco de Inglaterra, un banquero llamado Amschel Moses Bauer (que más tarde cambiaría su apellido por el de Rothschild) establecía en Francfort, Alemania, su negocio de prestar dinero con interés a las naciones europeas. Así, la dinastía Rothschild comenzaba la edificación del más poderoso imperio financiero que haya conocido la humanidad, gracias a los impuestos que los gobiernos imponían a sus ciudadanos para pagar las onerosas deudas que contraían con ellos.
“Fue así como los Rothschild se convirtieron para el siglo XIX en la banca más poderosa de toda Europa, y pudieron financiar la explotación de oro en África a cargo de Cecil Rhodes y la prensa de los Estados Unidos con la familia Vanderbilt. Tal era su poderío que ni siquiera los bancos europeos igualaban su capital de su rama francesa, que los superaba en más de 150 millones de francos. La casa Rothschild era el ‘único poder en Europa’, según un comentarista francés de la época”.
La conclusión que podemos exponer es que atrás de la fanfarronada de Cameron, despreciando a la Unión Europea, (finalmente gobernada en la mayoría de los países por sus compinches, asustados por las reacciones de sus pueblos), es que lo hizo tomando en cuenta que atrás de sus decisión se encuentran el Banco de Inglaterra, privado y perteneciente a banqueros mundiales desde hace siglos; la Reserva Federal de Estados Unidos y sus doce bancos, que por cierto en esta crisis han acumulado ganancias estratosféricas, no sólo en Estados Unidos sino también en Europa; y atrás de esos banqueros, la totalidad de los gobiernos estadounidense y británico. Por lo anterior podemos concluir que la fanfarronada de Cameron puede llevar incluso a una guerra buscada por los banqueros como última solución para los problemas de Gran Bretaña y de Estados Unidos.
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