SNTE
y CNTE: Papel de los sindicatos, partidos e ideologías
PEDRO
ECHEVERRÍA V.
Si
gobierno y empresarios siguen reprimiendo como hasta hoy, surgirá el México
bronco.
1. EL PODEROSO MOVIMIENTO magisterial de 1989 encabezado por la Coordinadora
Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) contra
la dirigencia espuria o charra que entonces tenía en la cabeza a Carlos Jonguitud
Barrios, obligó al gobierno de Carlos Salinas (1988-94) a desconocer a aquel
líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que en 1972 había acabado con el fuerte
dominio del caciquismo de Robles Martínez. El presidente Salinas impuso a
Esther Gordillo Morales como nueva líder pero ésta tuvo que reconocer a varias
secciones sindicales independientes (Oaxaca, sección XXII y Chiapas, sección
IX), y otras secciones “de composición”, entre ellas la sección X de profesores
de enseñanza secundaria que fue un comité ejecutivo mitad charro y mitad
independiente que en menos de tres años se hizo charro con la estrategia de la Gordillo.
2.
A LOS TRES AÑOS, quizá en 1992, al encontrarme con mi amigo Carlos Ezequiel,
entonces uno de los más destacados dirigentes de la sección donde figuraban
otros amigos y compañeros muy notables de izquierda (Ramiro, Palomino, Tobón,
Torres, Martín, Jenaro y otros), me dijo algo así: “no nos dieron en la torre los charros, sino nosotros mismos -con
nuestros enfrentamientos- llevamos a la derrota a izquierda sindical”.
Entonces recordé que alguien me había comentado que mientras en la izquierda
discutimos mucho, los dirigentes charros se dedican a hacer gestiones
burocráticas que es lo que siempre solicitan los maestros de base; pero no sólo
eso, sino que también cuentan con todos los apoyos administrativos, de dinero,
además de un bajísimo nivel del magisterio que sólo quiere que obedezca.
3. ¿O ACASO NO SON ASÍ todos
los sindicatos a nivel gremial que sólo han sido educados a no ver más allá de
sus intereses individuales y de gremio? ¿Hubo alguna vez en el mundo algún
sindicato revolucionario cuya preocupación haya sido o sea, transformar
radicalmente al país para que la producción y la riqueza producida sea
repartida por igual, sin privilegios? Por eso muchos analistas han escrito que
los sindicatos son sólo organismos para que los trabajadores vendan con mejores
ventajas, en mejores condiciones, su
trabajo, no para que ellos mismos lo controlen y dirijan. Este es una discusión
que debe reiterarse con los elementos que han surgido en los últimos 50 años.
¿Qué pasaría si Peña Nieto y su Pacto de partidos propone que los comités
nacional y por estados se dividan por igual?
4. IMAGINEN UN COMITÉ NACIONAL del SNTE de composición: uno de Oaxaca, un charro, uno de Michoacán, otro
charro, uno de Guerrero, otro charro, uno de Chiapas, otro charro, uno de la IX, otro charro, etcétera.
¿Pasaría lo mismo que pasó en la sección X después del primer comité o como
hasta ahora ha pasado en Oaxaca donde la oposición charra es casi inexistente?
¿Estará el millón y medio de maestros preparado para un amplio proceso de
educación sindical con ideas de solidaridad, de colectividad, de servicio
comunitario o le será más fácil y cómodo seguir con el individualismo dominante
en busca de privilegios? Obviamente la clase dominante, sobre todo los medios
de información dirigidos por los intereses empresariales seguirá estando al
servicio de los charros.
5. LO QUE SUCEDE ES QUE todas
las organizaciones sindicales son terriblemente gremiales y parece que no
pueden ser de otra manera obligando al aislamiento. Llegan ha obtener un
discurso revolucionario, a dar solidaridad a otras organizaciones en lucha;
marchan muchas veces en las filas de partidos y organizaciones radicales, pero
en última instancia domina el gremialismo que lleva a los dirigentes incluso a
ser parte del gobierno, tal como está llena la historia de México de la que
sólo se salvan los anarcosindicalistas en cuyos estatutos prohíben la
participación en partidos y gobiernos. ¿Es que acaso no son las mismas masas
sindicales quienes le piden a sus dirigentes favores de gobierno y la necesidad
de incluirse en él para servirlos con más afectividad?
6. EN OCTUBRE DE 1976, hace 37 años, escribí un
pequeño ensayo sobre las Perspectivas de las luchas por la democracia
sindical en la revista Autogestión 2. En él escribía sobre las
consignas que se manejaban -desde mi punto de vista erróneamente- de la
independencia sindical, de la democracia en los sindicatos, del carácter de los
sindicatos, de las falsas perspectivas de los pequeños grupos y de lo que llamé
entonces Nuestras perspectivas.
Proponía entonces: a) la organización de las bases por departamentos, turnos…
b) que estos grupos discutan con independencia y libertad… c) romper la
estructura piramidal e incorporar a las bases a la deliberación y d) Vetar cualquier
acuerdo que no se tome por las bases. Sin embargo desde entonces ya veíamos el
papel limitadísimo de los sindicatos.
7. UN AÑO DESPÚÉS, también
publicada en Autogestión número 8, en noviembre de 1977, editamos una larga
entrevista (de alrededor de 20 cuartillas) que le hice al político radical de
izquierda, fundador del Frente Obrero Comunista (FOC) y asesor de más de 10 de
los importantes sindicatos, Juan Ortega Arenas; en ella analiza ampliamente el
papel de los sindicatos, de sus dirigentes, así como el papel de los partidos y
grupos de izquierda. (Pienso que sería importante su reedición) Desde que
Ortega dejó el PCM en 1953 y fundó el FOC, escribió libros y fundo el periódico
Claridad, dedicó su vida al sindicalismo obrero. Fue al mismo tiempo motivo de
fuertes críticas de quienes competían con él entre el sindicalismo charro o
gobiernista y entre los grupos de izquierda. Ya falleció.
8. LA REALIDAD ES QUE la
calificación de “sindicalismo
revolucionario” nació de Georges Sorel y su libro: Reflexiones de la violencia,
que a fines del siglo XIX vio que el sindicalismo bien ideologizado podría
cumplir el papel de dirección de los trabajadores hacia el gobierno de la
sociedad. Le otorga Sorel una gran importancia a la huelga general dándole un papel
central en la acción sindical. La concepción de los partidos de izquierda era
que el sindicalismo debía de ser controlado por el partido revolucionario y
socialista; la visión de los anarquistas sobre los sindicatos era de lucha
social independiente junto a otros sectores de trabajadores por la revolución
libertaria. Sin embargo esta discusión lleva más de doscientos años y vale la
pena tenerla en cuenta.
9. ¿QUÉ PAPEL DEBE CUMPLIR la CNTE ante un gobierno del PRI
y Peña Nieto que históricamente sabe tender trampas, engaños, maniobras, con el
fin de envolver a sus enemigos? ¿Debe aprovechar la coyuntura de apertura
temporal del régimen para negociar o debe cerrarse como se ha mantenido durante
tres décadas? No puede haber respuestas categóricas y determinantes para la
gente que piensa en soluciones en beneficio del pueblo. Así como Peña Nieto ha
asimilado al PAN, PRD y demás con su Pacto, lo mismo busca hacer con los
maestros de la CNTE. Pero
allí está bien reflejado la política de la burguesía, pero también las
posibilidades de avance de las organizaciones de masas. No hay duda de que
estos debe analizarse con razón y pasión, pero evitando que una u otra domine.
http://pedroecheverriav.wordpress.com
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