Crímenes
contra periodistas: camino empedrado
CASI A DIARIO SE PUEDEN ENCONTRAR notas relativas a hechos lamentables de agresión, acoso y crimen contra el ejercicio de la Libertad de Expresión,
que van de las tradicionales y hasta cotidianas agresiones e
impunidad a mansalva de diferentes
sectores de la vida activa nacional, sean estos dentro del marco privado,
público o delincuencial, donde los saldos negativos corresponde a los
periodistas, comunicadores y medios con un sentido de conducción libre de
consignas o aliados sin conciencia.
Paralelamente, se responde a
los reclamos e indignación nacional e internacional en nuestro país con la
creación de diferentes instancias
burocráticas e institucionales en los tres niveles de gobierno, que son más de
forma que de fondo, lo mismo por conducto de la muy respetable Comisión
Nacional de los Derechos Humanos, que diligentemente ha creado una Visitadora
Especializada; como también dentro del
Poder Legislativo, que en la Cámara de Diputados donde está la flamante
comisión especial para atención de casos ya citados, o en nuestra Procuraduría
General de la República que, para no quedarse rezagada en la moda de
simulación, también confeccionó una instancia con nivel de subprocuraduría, sin que hasta la fecha se tengan resultados
que las pudieran justificar, pero bien dotadas de recursos presupuestarios,
instalaciones y demás prestaciones.
Con tremenda algarabía y no
menos cobertura de bonanzas por venir, me confirman por medios de cuberturas de
alto rating el nacimiento de un nuevo
ente de mortificación justiciera a tantos periodistas asesinados, perseguidos
exiliados o desaparecidos y que
textualmente reproduzco por su contenido tan altamente justiciero, pero sentimos será una golondrina más que no
hará verano:
Las comisiones de Justicia, Derechos Humanos y
de Estudios Legislativos del Senado aprobaron modificaciones a diversos códigos
y leyes penales para que la Procuraduría General de la República (PGR) atraiga
delitos del fuero común cometidos contra periodistas, personas e instalaciones
de medios, así como violaciones a la libertad de expresión o de imprenta.
De acuerdo con el senador
Roberto Gil Zuarth, presidente de la Comisión de Justicia, la atracción del Ministerio
Público Federal se ejercerá cuando se presuma intención dolosa en los delitos
contra periodistas.
Además, para que la PGR
pueda ejercer su facultad de atracción, se establecen nueve condiciones, entre
ellas, la existencia de un recurso de reconsideración o cuando se agoten las
líneas de investigación relativas a la afectación, limitación o menoscabo del
derecho a la información.
La presidenta de la Comisión
de Derechos Humanos, Angélica de la Peña, aclaró que con este dictamen no se
federalizan los delitos contra periodistas, más bien se buscan condiciones de
justicia para crear condiciones en el país a favor del ejercicio de la libertad
de expresión, el derecho a la información, la imprenta y la prensa.
De la Peña afirmó que con
estas reformas se crea una estructura legal que le permitirá al Ejecutivo
federal tomar acciones y medidas para que realmente haya justicia contra
defensores de derechos humanos, periodistas y medios de comunicación.
La senadora Graciela Ortiz
González, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos, precisó que la
reforma logra darle sustento jurídico a la “protección al derecho a la
información” a través de los periodistas.
Para quienes piensen que
aquella sentencia del ex presidente José López Portillo -de que México sería un país de cínicos- se puede aplicar al
Presidente de esta comisión de justicia, recuérdese que antes de contar con
fuero constitucional y mostrar tanto interés en la materia, se desempeñó muy
cercanamente a Felipe Calderón Hinojosa y también con Vicente Fox. Fue, por lo mismo, muy “importante” durante
los 12 años del panismo en el poder, siendo este periodo cuando los casos de asesinatos
a periodistas lograron los primeros lugares del mundo, y nunca supimos de
ninguna expresión o preocupación, más que aquellas sentencias cargadas de
demagogia de llegar a fondo, sea quien sea el autor material e intelectual, y a
esperar sentados los resultados del “nunca jamás”.
Cada año se repite la
historia cuando todos los organismos internacionales y nacionales realizan su
evaluación con respecto a estos vergonzosos hechos. La retórica gubernamental
parecería entrar con el nuevo gobierno -al menos esa es la intención que se
percibe- bajo el mismo tenor de transitar la cada día mas eficiente avenida de
las buenas intenciones, mientras el poder político caciquil, de la delincuencia
organizada libre y oficializada e institucionalizada en todo México disfruta de cabal salud.
Pensando que estamos en el
interior de nuestra bella nación -quizás
equivocados o bajo algún sentido de presión, que nos lleva a percepciones
equivocadas- encuentro un excelente
artículo del maestro Jorge Zepeda Paterson (“La impunidad que mata”) que
nos describe el análisis sobre el informe de Human Raights Watch, del Comité de
Protección a Periodistas, la SIP o la Organización Mundial Articulo 19. La
historia se repite con horrible tendencia a incrementarse y la actuación de la
Fiscalía Especial para la atención de Delitos Cometidos contra Periodistas, son
un fracaso colosal sobre el Informe de Doble Asesinato.
Ciertamente, coincido con el
maestro Zepeda Peterson cuando en la revisión del informe de Articulo 19 queda
demostrada nuestra falta de unidad, solidaridad y apoyo entre el propio gremio de periodistas, sin
llegar al extremo de analizar el juego perverso cuando es un propio colega,
quien asume funciones de sicario en linchamiento al servicio del poder y en contra de su
compañero de oficio, que dista mucho de diferir en ideas o puntos de vista.
No podía ser mejor el ejemplo de JZP cuando
toma como muestra la cita de Raymond Chadler: “Los periodistas son como los actores de cine: tienen el mismo ego
aunque carecen de la belleza física y el carisma”.
De verdad que no se puede
sentir ninguna tranquilidad, certeza o recuperación de la seguridad y respeto a
la libertad del periodismo nacional, al
saber de esta creación de la nueva reforma en el Senado puede ser sól el tejido
de nuevos membretes de buenas y cálidas intenciones para que se atraigan
delitos contra el gremio.
Para poderles creer,
deberíamos estar acometiendo el esclarecimiento de todos los crímenes,
secuestros y actos ya citados. Me parece
hasta perverso ver a quienes ayer, con cargos dentro del Poder Ejecutivo con
el ex presidente Felipe Calderón
Hinojosa, que produjo cifras son un escándalo,
como el senador Roberto Gil Zuarth transite cual metamorfosis de
mariposa cómplice por omisión, a bondadoso promotor de justicia de una herencia
institucional tan ruin y criminal, para esgrimirla como bandera de exigencia al
nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto, que esperamos frene estas acciones en
todo el país .
Los periodistas no somos
monedas de cambio o piel de reptil, ni objetos de chantaje del oportunismo sexenal de Tartufos. Son vidas que se perdieron con el sufrimiento de sus seres queridos,
escarnios y descréditos que no les permite
descansar en paz.
¿Cuántos empedrados más se
tienen contemplados para las buenas intenciones en ruta a la infernal
impunidad?
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