La dupla Calderón-George W. Bush
La CIA-NSA y sus
topos en México
LA DECADENTE CIA fue fundada por Washington después de la Segunda Guerra Mundial en 1947,
como correa de trasmisión de la Guerra Fría.
EL 25 DE MARZO DE 1959, se asestó lo que después se
codificaría como El Vallejazo, operación por la que se reprimió militarmente más
de 10 mil ferrocarrileros sindicalizados, acaudillados por el oaxaqueño
Demetrio Vallejo -codificado como comunista- quien puso en huelga los
Ferrocarriles Mexicanos.
Con motivo del encarcelamiento del sinaloense Gilberto
Rojo, secretario de organización de la dirigencia nacional del sindicato
ferrocarrilero, se supo que sobre él habían puesto el dedo soplones de la CIA. Después
de esos acontecimientos, burlonamente se decía que el fundador del Partido
Popular, Vicente Lombardo Toledano, veía a la CIA “hasta
en la sopa”.
Complot contra México
En febrero de 1972 se hizo la presentación del libro Complot
contra México, editado por Selecciones Reader’s Digest, y firmado por
John Barron, ex agente de inteligencia naval de los Estados Unidos, quien había
estado destacamentado en Alemania.
Un dato particular en la presentación de ese libro, fue
que aparecieron como organizadores del evento dos ciudadanos estadunidenses,
que en noviembre de 1969 se habían colado en una entrevista de prensa que como
Presidente electo ofreció en la Casa Blanca
Luis Echeverría, después de su encuentro con Richard Nixon.
Siguiendo pistas, se ubicó a esos dos sujetos en el
directorio del Servicio de Información de los Estados Unidos (USIS), que
operaba entonces desde la Colonia Cuauhtémoc,
del Distrito Federal, a unos pasos de la sede de la Embajada en México. Pero
lo más extraño fue verlos en el área de Relaciones Públicas de Comunicación
Social de Los Pinos, cuando la dirigía el potosino Fausto Zapata Loredo.
Buendía, cazador cazado
A partir de entonces, el maestro Manuel Buendía
Tellezgirón, quien escribía para El Día su columna Para
control de usted, empezó a difundir información sobre el tema. Cuando
inició su columna Red Privada, causó conmoción cuando reveló, con pelos y
señales, la presencia de la estación de la CÍA en México, a cargo del agente Winston Scott.
Con ese mismo título, La
CIA en México, editorial Océano le
publicó al maestro Buendía una recapitulación de sus investigaciones.
El 30 de mayo de 1984, el maestro Buendía fue asesinado.
Se atribuyó el crimen a elementos de la Dirección Federal
de Seguridad, creada durante el gobierno de Miguel Alemán, con la asesoría de
servicios de inteligencia de los Estados Unidos, precisamente cuando la CIA empezó sus operaciones.
La Dirección Federal de Seguridad fue camuflageada
en 1985 como Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales adscrita
a la Secretaría
de Gobernación. Del otro lado estaba ya el Centro de Investigaciones y
Seguridad Nacional (Cisen).
Alejandro Poiré Romero.
La mención del Cisen sirve para actualizar otra pista.
Hasta el 17 de noviembre de 2011, la dirección de ese centro de espionaje
estuvo a cargo de Alejandro Poiré
Romero, quien había pasado ya por los Consejo y Gabinete de Seguridad Nacional
y, a la misteriosa muerte aérea del secretario de Gobernación, Francisco Blake,
Poiré asumió el relevo.
Con registro hemerográfico en mano, consta que Poiré
Romero llegó informar que Felipe Calderón solicitó a El Pentágono vuelos en
cielos mexicanos de drones asesinos
del tipo de los utilizados por Barack
Obama en Medio Oriente. Según el ex secretario de Gobernación, el pedido fue
“sólo para casos especiales”.
Para entonces, se sabía que El Pentágono tenía
debidamente mapeado el territorio
nacional en zonas consideradas críticas, con el auxilio de técnicos y científicos de
las universidades norteamericanas, cuyos mandos habían hecho lo mismo en
América Central y más recientemente en Colombia.
Ahora que se confirma esa larga historia de espionaje
norteamericano sobre México, descrita apenas en mínimos y suaves trazos, es
continuada por la Agencia Nacional
de Seguridad de los Estados Unidos, los
responsables mexicanos de la seguridad interna actúan como el marido que es el
último en enterarse que su mujer huele a leña de otro hogar.
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